El 19 de enero de 2022, hace ya todo un año, escribí un artículo sobre la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft.

Ante todo y en primer lugar, creo que a estas alturas nadie puede ignorar que esta adquisición no tiene precedentes en el mundillo y que, sí amigos, a raíz de todo lo sucedido canta a intento de monopolio que da gusto.

Activision Blizzard

En esta clase de artículos de opinión me gusta dejar claro que soy sonyer y no, no creo que eso me impida apreciar todos los sistemas y videojuegos cuando creo que lo merecen. Prefiero ir a cara descubierta que ocultarme tras un velo de supuesto redactor frío y metódico. Quien me lee sabe que de eso, poco.

Aclarado lo cual y volviendo a la susodicha compra, no me gustó entonces y sigue sin gustarme. La clave está en los argumentos chavales.

Nada ha cambiado realmente, salvo la apabullante cantidad de noticias en torno a este asunto, con Sony y Microsoft llorando a partes iguales.

De pronto se han invertido los roles, y ambas empresas han salido a la palestra para alabar las virtudes del rival y destapar las miserias propias.

Así hemos sabido que, según Sony, su servicio Plus, incluso recién renovado, no tiene nada que hacer contra Game Pass. De forma análoga, Microsoft ha venido a decir que ellos tienen muchos menos juegos. Con dos narices.

El caso de Sony es particularmente sangrante porque, seamos realistas amigos, los de Redmond siempre ha ido por detrás.

Con esto quiero decir que sólo un fanático de Xbox no se ha enterado de que, efectivamente, en PlayStation hay y ha habido más y mejores juegos. Vale, quieres Game Pass baratito y no gastarte un duro, aceptamos barco, pero no me vendas que Flight Simulator es la quintaesencia de los videojuegos.

Chico, plantéate que algo falla si todos tus anhelos para el GOTY consisten en que no se lo lleve God of War: Ragnarok. Esto es como esos cuyo equipo de fútbol no gana nada y sólo les queda animar al adversario de su odiado rival. Pero oye, al menos se llevan una alegría.

Por tanto no me cuesta imaginarme a Microsoft ni a Activision -contra las cuerdas por todas las polémicas laborales, de acoso, explotación, etc.- diciendo lo que haga falta para que la compra llegue a buen término.

Pero lo de Sony... Ya lo dije en otro artículo de hace unos meses, y es que básicamente se han hecho popó.

¿Tienes una consola referente en el mundillo? ¿Algunos de los mejores estudios? ¿Varias sagas consagradas? ¿Una marca en el imaginario colectivo?

Da igual, ¡que nos quitan Call of Duty!

Call of Duty Modern Warfare 2

Sony ha demostrado la nula confianza que tiene en su consola, supeditada a la saga de Activision. Más que supeditada genuflexa.

Entre Microsoft asegurando que CoD seguiría llegando a PlayStation casi de cualquier manera que se les ocurría, y Sony negando con la cabeza, tan desconfiados como aterrorizados, nos han dejado un cuadro...

Por supuesto, a las declaraciones inverosímiles de todas las partes se han sumado las famosas comisiones reguladoras de la competencia, primero la inglesa, luego la europea y finalmente la americana, que ha abierto la veda interponiendo una demanda. Por si fuera poco, recientemente Nvidia y Google se han sumado a la polémica, como unos buitres que sólo se abalanzan sobre su presa cuando otros ya la están picoteando.

Pero el enorme coste para esta adquisición, no sólo en términos económicos sino también legales, de tiempo, imagen, etc. es también una responsabilidad de la propia Microsoft.

En serio, con el dinero que manejas y los estudios que ya posees, ¿no puedes crear juegos que aporten al mundillo? ¿Para tener algo exclusivo necesitas comprar sagas multiplataforma?

Me vais a disculpar, pero este es el procedimiento de una compañía que ha vivido forrada con el monopolio de Windows y de competencia sabe más bien poco. Sony te puede caer fatal, pero se ha pegado en casi todos los frentes de la tecnología, con sonados éxitos y fracasos por el camino.

Esta comparación no es baladí. Al final lo que tenemos sobre el tablero es eso: una empresa que intenta apropiarse de juegos que eran para todos, irónicamente también para ellos mismos, o una gracias a la cual hoy en día hay juegazos nuevos creados de cero entre lo mejor de la industria. Sonyer, ya os decía, pero con argumentos.

En definitiva y para concluir, tras un año desde el famoso anuncio este culebrón está si cabe más enrevesado, con las partes implicadas haciendo el ridículo. En Microsoft andan desesperados porque no saben ya cómo ganar una puñetera generación, y en Sony se han cagado y van dando palos de ciego.

Si esta compra no sale, que lo dudo porque poderoso caballero es Don Dinero, sólo espero que la experiencia sirva a Microsoft para poner en marcha sus propios desarrollos y sumar sin restar a nadie. Y si sale como es previsible, sinceramente confío en que Sony se quite el miedo de encima y descubra que la marca PlayStation es mucho más que Call of Duty.