Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Playstation España, título disponible para exclusiva para PlayStation 5.

Ya tenemos aquí la esperada expansión de Horizon Forbidden West: Burning Shores, y digo esperada porque hablamos de uno de los mejores juegos exclusivos de Playstation, aunque quizás no tenga tanto tirón como God of War o The Last of Us... a ver si alguna plataforma se anima a llevarlo a la pequeña/gran pantalla, Aloy y su universo bien lo merecen.

Después del buen trabajo realizado con Frozen Wilds como expansión de Horizon Zero Dawn, se esperaba que Guerrilla volviese a ponerle cariño a esta ampliación de la historia aunque esta vez no nos hará pasar frío en colinas heladas, más bien el contrario.

Y es que esta vez volaremos (literalmente, gracias a nuestro pájaro-transporte) a la ciudad de Los Ángeles, donde no encontraremos zombies como en Dead Island 2, pero sí bastantes máquinas listas para ponernos las cosas difíciles.

¿Vale la pena esta expansión de Horizon Forbidden West: Burning Shores? Vamos a comprobarlo...

Horizon Forbidden West: Burning Shores, un puente hacia la tercera parte

A veces vemos que este tipo de expansiones son meros añadidos que aportan entre poco y nada a la historia principal, algo que pasó un poco en Frozen Wilds, pero en Burning Shores tenemos un guión potente que sirve de puente perfecto entre Forbidden West y su futura tercera entrega.

¿Es esto bueno o malo? Según se mire, sin duda se agradece que la trama tenga ese punto de interés más allá de algunas novedades jugables y visuales, aunque habrá quien piense que de esta forma "se nos obliga" un poco a comprar la expansión (19,99 euros, que sumamos a los 79,99 euros del juego en PS5 ya son 100 euros de bellón), aunque es de prever que en la hipotética tercera parte se incluya el habitual resumen para no perdernos.

Antes de nada una aclaración importante. Esta expansión te obliga a haber completado todas las misiones principales, incluyendo Singularidad, así que si lo tenéis a medias saber que tendréis que pasároslo.

El juego nos empuja a explorar una nueva región como encargo de Sylens, interpretado por el tristemente fallecido actor Lance Reddick, para investigar las acciones de un villano-zenith con gran poder que amenaza la estabilidad del planeta.

No os quiero contar mucho más para no caer en spoilers. En nuestra aparatosa llegada al archipiélago volcánico y ruinoso antes conocido como Los Ángeles, nos topamos con Seyka, una guerrera de gran corazón, incomprendida, valiente y que va por libre... vamos, otra Aloy más novata.

Aquí de nuevo Guerrilla sabe tejer una historia interesante, con una muy buena relación entre Seyka (que seguro veremos en más entregas) y Aloy, que tendrán que ayudarse para alcanzar un mismo objetivo, y que presentan una gran química, a ratos desconfiadas, a ratos competitivas, con mucho más en común de lo que creen.

En esta nueva zona descubriremos una nueva tribu, los Quen, que llegaron a la zona buscando riqueza, poseen cierto nivel tecnológico y tienen un gran cariño por las antigüedades. Eso sí, los forasteros no les hacen mucha gracia.

La historia principal presenta un gran ritmo, el hecho de que el mapa sea más pequeño y esté todo más concentrado (sin grandes llanuras vacías), y que la mayoría de las historias secundarias estén trabajadas y no sean misiones de recadero insustanciales, hacen que las 6-8 horas que podamos dedicar a la expansión se extiendan unas cuantas horas más si decidimos exprimirlo, algo muy recomendable además para descubrir zonas del mapa muy interesantes que de otra forma no veríamos.

Pocas novedades en la jugabilidad

Una vez llegados a la nueva zona veremos que las mecánicas se mantienen intactas, y comprobaremos además dos cosas, que el juego sigue siendo tan intuitivo y gratificante como siempre (llevaba mucho tiempo sin tocarlo y enseguida estaba haciendo estragos) y que tiene sentido que nos exija haberlo terminado, pues de entrada ya encontraremos enfrentamientos con máquinas que por número y tamaño serían un suicidio con una Aloy en sus primeros niveles.

No obstante el juego presenta novedades interesantes, tenemos nuevas armas, nuevas criaturas, una nueva posibilidad de navegación con nuestro pájaro bajo el agua... todo ello está muy bien implementado y luce muy natural, con el nivel de detalle que nos tiene acostumbrados Guerrilla.

Como decía, el mapa al ser más pequeño tienen todo más concentrado, enseguida encontraremos cosas que hacer, enemigos a los que batir, recursos que obtener... y toda esa nueva experiencia será importante para seguir mejorando el árbol de habilidades de Aloy.

Más allá de algunos puzzles algo simples, el juego sigue siendo muy satisfactorio, encadenar combos, cambiar de armas, planificar ataques con trampas... cuando tienes una base así sus expansiones se aprovechan de ello.

Burning Shores: Una belleza natural

Aunque podría decirse que el entorno es algo continuista (o al menos no tan visualmente diferente como sí lo fue Frozen Wilds), el contraste entre selva, playas paradisiacas y zonas volcánicas mezcladas con laboratorios futuristas y viejos vestigios de la civilización perdida, sumado al atractivo de reconocer algunos lugares icónicos de Los Ángeles como el cartel de Hollywood o el Observatorio Griffith, hacen que siempre tengamos esa sensación de variedad y sorpresa.

El juego en sí sigue siendo una maravilla técnica y una belleza visual, y el hecho de ser la expansión exclusiva de PS5 quizás le haya permitido mejorar a nivel técnico, ya sea con un poblado mucho más recargado en elementos, nubes volumétricas más reales y, especialmente, una batalla final que hará trabajar de lo lindo la circuitería de nuestra consola y que resulta una maravilla visual difícilmente adaptable a PS4.

El título sigue presentando unos modelos de personajes soberbios, no nos cansamos de la calidad de las texturas en las ropas, la iluminación, las zonas bajo el agua o hasta el vello facial de Aloy o el reflejo del mundo en sus iris.

El espectáculo gráfico vuelve a ir acompañado de una gran banda sonora y un magnífico trabajo de doblaje de Michelle Jenner (o de Ashly Burch si jugáis en versión original) redondeando uno de los juegos más potentes de la sobremesa de Sony. Veremos con qué nos sorprende Guerrilla en Horizon 3, porque el listón está realmente alto.

Conclusiones

Sin duda Burning Shores es una expansión más que digna y casi podríamos decir una compra obligada a poco que te gustase Forbidden West.

Su peso en la historia y en esa transición desde el final del juego base hacia el futuro de la saga, además de un argumento bien hilado, con un más que correcto desarrollo de personajes, se complementan con zonas de auténtica belleza y algunas escenas que superarán en espectacularidad a todo lo visto hasta ahora... que ya es decir.

Si a eso le sumamos algunas novedades en lo jugable que no solo no desentonan sino que aportan cierta variedad, y que todo sigue siendo tan gratificante como siempre, parece que vale mucho la pena pasar por caja y volver a los fuertes brazos de Aloy.