Permitidme empezar este análisis con una evocación del pasado, que ya empieza a ser marca habitual de este humilde redactor. De niño no tenía mucho dinero, pero al gustarme tanto los videojuegos solían regalarme bastantes. En fechas señaladas como reyes y cumpleaños se juntaban unos cuantos, y esto me permitía probarlos y elegir los que más me atraían. Sin embargo, invariablemente siempre jugaba más a los juegos que yo mismo ahorraba para comprar, como si hubiera que aprovecharlos mejor.

En cuanto empecé a ganar unas perras, irónicamente los regalos cambiaron por ropa y cosas más "adultas", así que los juegos empezaron a correr exclusivamente de mi cuenta. Esto me hacía valorar mucho más mi colección y sacar el jugo a cada título. Un amigo me decía que los videojuegos, para las horas de diversión que proporcionan, son baratos si lo comparas con salir por ahí de copas. No le faltaba razón.

Pero claro, al no poder probar juegos al tuntún, debía ser mucho más selectivo. Adopté la costumbre de condenar algunos títulos al ostracismo, sobre todo los de sagas con entregas periódicas y que no me llamaban mucho la atención. Soy consciente de que me he perdido buenos juegos por el camino, pero no hay tiempo material para jugarlos todos.

Dishonored es una de esas sagas. Cuando la primera entrega fue anunciada, allá por 2012, no pasó la tijera de mi censura. La segunda parte corrió la misma suerte. Y esta expansión independiente que nos ocupa, Dishonored: La muerte del Forastero, habría seguido los pasos de los dos juegos anteriores si no fuera porque me veo aquí, en Sonyers, y me ha tocado analizarla.

Con esto trato de decir que no tengo ni pajolera idea de qué iban los otros dos juegos, y además no voy a engañaros: ni siquiera he buscado información de los mismos, aunque sé que recibieron muy buenas notas por parte de la crítica. Lo he hecho a propósito, porque quería escribir este análisis de una forma totalmente independiente, de cero.

Nos encontramos en un universo que, casualidades de la vida, me ha recordado, salvando las distancias, al de The Order: 1886, del que os hablaba en un reciente artículo de opinión. Ambos juegos están ambientados en un siglo XIX alternativo, donde lo tradicional se mezcla con una tecnología extraña. Éste que nos ocupa es más steampunk, más decadente y mucho más siniestro.

Encarnamos a Billie Lurk, anteriormente Meagan Foster, una especie de asesina atormentada que tuvo al personaje de Daud como su mentor. Esta expansión arranca, en parte, evocando un montón de episodios pasados que imagino estarán narrados en los anteriores juegos. Da igual, enseguida le vamos cogiendo el puntillo. A poco que te metes en el personaje, el juego invita a ser fríos y despiadados. Me gusta imaginar cómo se comportaría mi alter ego en la realidad ficticia que estoy jugando, y esta chica, Billie, con un pasado oscuro que la persigue y un futuro incierto que se abre ante ella, podría decirse que no tiene nada que perder, ni mucho menos que ganar.

El juego se desarrolla a lo largo de cinco niveles localizados en distintas ubicaciones, con la excepción del segundo y el tercero, que tienen lugar en la misma zona de la espléndida ciudad Karnaca. Destaca el inteligente diseño de todos ellos, de generoso tamaño, no sólo en sentido horizontal sino también vertical. Como la asesina que somos, trepar y tomar ventaja de las alturas será una constante, y una forma de descubrir un montón de localizaciones nuevas y caminos alternativos.

En este universo parece que son muy importantes los huesos de ballena, con los que se construyen poderosos talismanes de propiedades místicas. Junto a un surtido equipo pseudo tecnológico en forma de dardos, granadas, minas, etc., , amén de nuestra sempiterna espada, contaremos también con una serie de poderes especiales y de talismanes para potenciarlos.

En los tres niveles centrales (es decir, exceptuando el primero y el último), además del objetivo principal, tendremos a nuestra disposición una serie de encargos o misiones secundarias, que son invariablemente muy interesantes y variados, y dotan al juego de una mayor profundidad. Si quieres completarlos todos y dominar las calles, la experiencia puede acercarse a las 20 horas de duración, lo cual da una idea de la importancia de esta expansión. No entiendo, de hecho, por qué se ha tachado por ahí de ser algo breve, a menos claro que vayas a saco, que definitivamente no es la filosofía de este juego.

Aunque no voy a dar detalles de la historia, puedo deciros que te va envolviendo poco a poco, y cuando quieres darte cuenta estás metido hasta el fondo en una trama de sectas chungas con un fondo de trascendencia que por momentos te pone la piel de gallina. Conforme avanza el juego, te vas adentrando más y más en un entorno que te supera por todos lados y, aún así, eres consciente de tu importancia en todo ello. Al final tendrás que tomar una decisión que influirá en uno de los dos posibles desenlaces.

Dishonored: La muerte del Forastero es un first person shooter, un juego de disparos en primera persona para entendernos, pero enfocado hacia el sigilo y el asesinato a sangre fría, al más puro estilo ninja y con un fuerte componente de lucha cuerpo a cuerpo. Puedes superar cada nivel sin ser visto (e incluso sin matar a nadie), pero en mi experiencia el precio por armar la gorda es bajo, salvo en contadas ocasiones.

En este sentido el juego falla un poco, porque a menudo nos veremos ante situaciones en que piensas: "bah, me lío a espadazos y acabamos antes". Esto no deja de ser algo contradictorio, pero es lo que hay, hasta el punto de que puedes vaciar un nivel de enemigos (no existe nada parecido a los refuerzos) y luego recorrerlo libremente, dejando aparcado el sigilo. No es que los combates sean fáciles, pero a poco que tengas cuidado vas a tardar menos en unas cuantas intentonas que en toda una incursión que puede acabar en las mismas. Digamos que la tentación de la acción directa está ahí, omnipresente, aunque podría decirse que el juego también cuenta con ello y no es ni mucho menos malo en este aspecto.

Las dinámicas jugables se combinan con la exploración: hay multitud de archivos, documentos y libros que nos pueden dar pistas no sólo para enriquecer la trama, sino también para encontrar pasadizos secretos o tesoros ocultos. Todo está muy bien hilado, todo guarda relación, cada rincón puede esconder una sorpresa, y eso nos hará recorrer las distintas partes del mapeado en busca de nuevas experiencias. Los objetos que no sean de equipo o de información, lo que harán es sumar dinero a nuestra cartera, que podremos usar después en el mercado negro para mejorar nuestro equipamiento y obtener nuevos poderes.

Gráficamente el juego luce muy bien, con unos entornos riquísimos en detalles y muy bien recreados, y como ya he dicho con un soberbio diseño. Destacan especialmente los personajes del montón, igual de bien hechos que los protagonistas y antagonistas principales, y muy bien animados. Las texturas son buenas, aunque a veces se nota que tardan un pelín en cargar. Por el lado malo tenemos 30fps que cantan a la legua, sin la menor intención de disimularlo con algún efecto de difuminado. En juegos como éste es donde entiendes que los peceros renieguen de las consolas, porque mientras jugaba no dejaba de decirme a mí mismo que la experiencia a 60fps habría sido espectacular. Además, curiosamente, he notado un cierto input lag a la hora de mover la cámara, no así de movernos nosotros mismos. Curioso.

El apartado sonoro es magnífico, con las voces en perfecto castellano y unos efectos que cumplen sobradamente. Billie irá comentando no pocas cosas a medida que avanza la trama, metiéndonos más en vereda. Pero lo mejor sin duda es la música, fundamentalmente ausente, diríase minimalista, excepto cuando quiere enfatizar momentos concretos, y vaya si lo logra. A medida que avanzamos en el juego, como decía, hay momentos en que nos sentiremos como el astronauta David Bowman de 2001: Una odisea del espacio en busca del monolito, incluyendo esos coros inquietantes que presagiaban "algo maravilloso".

CONCLUSIÓN

He jugado a Dishonored: La muerte del Forastero sin saber nada de las entregas anteriores, y por tanto no puedo decir si es más de lo mismo o si conseguirá sorprender incluso a los veteranos de esta saga. Pero sí puedo afirmar que como experiencia individual es más que recomendable.

Si te gustan los videojuegos de primera persona basados en la acción directa y las subidas de adrenalina, hay opciones mejores. Pero si eres de los que disfrutan recorriendo cada zona del mapeado y, lo que es más importante, encontrando motivos de peso para hacerlo, a medida que avanzas por una trama inquietante y te vas metiendo cada vez más en la piel de tu personaje, no lo dudes: este juego es una fantástica elección.

Dónde comprarlo

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