Vivimos un momento complicado, un momento único en nuestra historia reciente. La humanidad ya se ha enfrentado antes a otras pandemias a lo largo de su historia, pero en la edad moderna, la edad de Youtube, de Twitter, Netflix y de las videoconsolas, nunca había pasado algo así.

Las compañías pisan terreno inexplorado, las más grandes y con más medios tal vez lo hayan tenido un poco más fácil disponiendo de medios para poder teletrabajar, lo bueno del desarrollo de videojuegos es que la mayoría de puestos se pueden gestionar desde casa, pero está claro que la organización necesaria para que todo ese trabajo individual se junte y funcione es más complicada y lleva más tiempo.

Retrasos, una máxima en lo que queda de 2020

Por esa razón, aquellos desarrollos que estaban en sus últimas etapas no han tenido tantos problemas y han podido cumplir plazos, pero a partir de los juegos previstos para mayo en adelante ya hemos visto retrasos e incertidumbres.

El más sonado ha sido The Last of Us: Parte 2 y Iron Man VR, que la semana pasada veíamos como se retrasaban sin una fecha concreta, y ni siquiera Naughty Dog en el caso del primero saben si lo terminarán lanzando en digital en fecha o no.

No serán los únicos, cuando desarrollo en vuelo - y seguro que hay decenas para la nueva generación - se van a ver afectados por las restricciones, y no sería de extrañar que, a pesar de que las consolas tal vez sí puedan llegar a Navidades de 2020 como estaba previsto, vean necesario retrasarse para no salir sin juegos.

Ya habíamos escuchado el caso de Halo Infinite, el buque insignia de Xbox Series X, y tampoco sería raro que este movimiento hiciese que algún título terminase saliendo intergeneracional por salir más tarde de lo previsto, como Ghost of Tsushima.

Los motivos de los retrasos

Aunque pueda parecer que anunciar un retraso ahora se debe al confinamiento, no tiene por qué ser así. Me explico.

Obviamente a nivel logístico hay ciertas actividades difíciles de llevar a cabo en un estado de alarma con restricciones a trabajos no esenciales. Imaginaros las sesiones de captura de movimientos, impensables desde casa, o el doblaje, o trabajos de renderizado que requieran grandes estaciones de trabajo y que no se puedan hacer en remoto.

Todo eso puede suponer un motivo de retraso claro, pero también habrá compañías que aprovechen estos meses de parada como una oportunidad, terminar de pulir su juego, sacarlo en más plataforma, llevarlo a la nueva generación, o puede que simplemente moverlo porque los retrasos han movido a su vez fechas y necesiten reubicarse para no coincidir con algún peso pesado.

Y luego hay otro factor que creo es importante. Los desarrollos triple A cuestan mucho dinero, son una inversión fuerte y las compañías deben estar muy seguras antes de lanzarlos al mercado.

Creo que algunas tienen miedo por la incertidumbre instaurada y, a pesar de poder tener los juegos a tiempo, prefieren ser cautas y retrasar sus salidas ante tiempos mejores.

No es un problema de ventas

Si analizamos los últimos datos de ventas de videojuegos a nivel mundial, la gente sigue comprando los mismos juegos o más que habitualmente, con un lógico incremento en los títulos en línea y con micropagos (juegos como Fortnite o GTA Online se están forrando).

Simplemente, las ventas digitales han subido como la espuma, al mismo ritmo que han bajado las ventas físicas, es algo lógico y no debería ser una excusa para que una compañía piense que lanzar un juego en esta época es mala idea.

Ya se ha visto con las grandes cifras de Animal Crossing: New Horizons, agotado en Japón y con excelentes números en todo el mundo, así como otros juegos con gran recibimiento como DOOM Eternal, Resident Evil 3 Remake y más que previsiblemente Final Fantasy VII Remake.

Por ese motivo, no termino de entender las dudas de Naughty Dog con el lanzamiento de The Last of Us: Parte 2, uno de los juegos más importantes del catálogo de PS4 en 2020, un juego que apenas se ha mostrado y que está en la línea dubitativa y errática que está mostrando últimamente PlayStation con sus decisiones.

Si creen que van a tener el juego listo para la venta digital, ¿por qué retrasarlo? ¿Miedo quizás a vender algunas ediciones coleccionistas menos? No termino de entenderlo, lo achaco a que ni ellos mismos tienen ahora claro si van a llegar o no, pero sí me gustaría - y creo que muchos estaréis conmigo - que Naughty Dog fuese más clara al respecto y no especulase tanto.

Paciencia y comprensión, esto pasará

Aunque no lo entienda no significa que les ataque. En esta situación nueva para todos es lógico que haya dudas, que haya gente molesta y lo que debe pedirse, a todos por igual, es ser paciente y ser comprensivo.

En una situación tan cambiante, con una pandemia que nadie sabe cómo estará en EEUU cuando pase abril (y no pinta nada bien, gracias en parte al Presidente que votaron) la industria del videojuego tendrá que adaptarse y encontrar la manera de seguir avanzando, aunque decenas de videojuegos deban retrasarse para que nos lleguen con la calidad de siempre.

En este periodo de confinamiento los juegos se han convertido en una parte esencial, una perfecta vía de escape, una desconexión ante la montaña de datos de prensa escrita y online, de expertos y alarmistas, de bulos y de personas que solo saben verle el lado negativo a todo.

Este virus pasará, los juegos llegarán cuando estén listos, y nosotros estaremos ahí para comprarlos y disfrutarlos. Para que todo pase ya sabéis, aportar vuestro granito de arena, quedaros en casa y ser positivos, un retraso puede ser una nueva oportunidad.