Cuando recientemente anunciaron que mostrarían juegos de PS VR2 en el State of Play, lo cierto es que dibujé una repelente cara de escepticismo. Al fin y al cabo, se puede decir que Sony ha abandonado su casco de realidad virtual, ¿o tal vez no?

Esperaba ver más de lo que ya está anunciado, y poner velas a algún santo para que me pareciera interesante y no tuviera ese tufillo a las temidas "experiencias". Con eso me daba con un canto en los dientes.

Así estaban las cosas cuando, de madrugada y con unos panchitos de picoteo, vi casi de entrada el anuncio de The Midnight Walk para PS5 y PS VR2. Buenooo, ¡qué sorpresa!

Siempre he dicho que, para asentar la realidad virtual, hacía falta empezar por juegos híbridos, que funcionaran en la tele pero tuvieran soporte completo para VR. ¿Por qué? Sencillamente porque nadie va a vender al gran público una experiencia de media hora.

Aparte de ser un juego completo en toda regla, lo cierto es que este The Midnight Walk me cautivó por su estética, que pinta de miedo nunca mejor dicho.

Siguió más de Metro, que confirmó su buena pinta, y cuando esperaba lo propio de Alien o Behemoth me encuentro con Hitman: World of Assasination. ¡otra sorpresa!

El juego ya ha tenido sus iteraciones en la VR de PC y Quest, con escaso éxito todo sea dicho, ¡pero ya se sabe que a la tercera va la vencida! Y hablamos de tres juegos de primer orden con todos sus DLC señores.

Total que empecé a pensar en PS VR2, que como sabéis yo compré con una idea bastante clara de lo que me esperaba, y así a lo tonto me puse a contar.

Resident Evil Village, No Man's Sky, Horizon: Call of the Mountain, Humanity, Rez Infinite, Moss, Metro Awakening, Alien: Rogue Incursion, Skydance's Behemoth, The Dark Pictures: Switchback VR, Tetris Effect, Hitman: World of Assasination, The Walking Dead: Saints & Sinners, Resident Evil 4 Remake, Gran Turismo 7, Wanderer, The Midnight Walk, MADiSON VR, Red Matter...

Evidentemente no hemos llegado al punto en que sacarán el próximo God of War en VR, pero para estar abandonado el casco ya ofrece una veintena de juegos prácticamente imprescindibles, y eso en realidad virtual son palabras mayores.

Luego, volviendo al State of Play, vi la sección dedicada a PS5 Pro, con Mark Cerny hablando de sus bondades y de lo bien que iban a lucir juegos antiguos, algunos incluso de PlayStation 4.

Se me encendió la bombilla: ¿cuánta gente dejará pasar PS VR2 con semejante colección de juegazos y se gastará casi el doble en una consola para jugar un poco mejor a lo mismo?

Está claro que Sony no ha adoptado las políticas de precio más populares en esta generación, empezando por el propio incremento del de PS5, siguiendo por los 600 eurazos de PS VR2 y coronándose con los 800 euros de PS5 Pro sin lector, que suena a recochineo.

PS VR2 no fue, ni sigue siendo, un HMD asequible pese a que incorpora tecnología bastante puntera, como el seguimiento ocular. Dicho esto, es mucho más barato que una consola percibida por la mayoría como innecesaria, que no ofrece juegos propios y que presumiblemente volverá a estar lastrada por el modelo base.

Encima se añade el factor TV, que muchos desconocen. Dependiendo de tu tele, ya puedes tener las mejoras que incorpora PS5 Pro. Los televisores de gama media incluyen sus propios interpoladores, que a cambio de un leve incremento en la latencia mejoran drásticamente el frame rate. Lo mismo ocurre con el famoso PSSR, un reescalado que obviamente ya ejecuta cualquier tele 4K para mostrar contenido FullHD con buena calidad.

En definitiva podría decirse que este artículo se suma a los muchos que han surgido criticando el precio y la necesidad de una PlayStation 5 Pro, pero yo lo hago incorporando el factor de la realidad virtual.

Resumiendo: ¿buscas jugar a más resolución con ray tracing, o prefieres jugar como nunca lo habías hecho? Dicho así suena bastante contundente, pero es la pura verdad.