Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Plaion. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 5 (versión analizada) y XBOX SERIES S/X.
Introducción
En circunstancias habituales, de cara a analizar un título ambientado en el universo de Warhammer 40k, estaría tentado de hacer un justo homenaje a su increíble trasfondo.
Sin embargo, con Warhammer 40,000: Space Marine II sobre la mesa, quiero ahorrar toda la "tinta" posible para adentrarme de lleno en el juego puro y duro, incluyendo sus antecedentes.
Por tanto, para saber más sobre el despiadado futuro del milenio 41, podéis echar un ojo a las introducciones de mis análisis de Space Hulk: Deathwing, Warhammer 40,000: Mechanicus o Warhammer 40,000: Boltgun.
Dicho lo cual, vamos sin demora a desgranar este inesperado regalo que nos han traído Saber Interactive como desarrolladora y Focus Entertainment como distribuidora, que el Emperador las guarde en su seno.
Una secuela, dos generaciones
Allá por 2011, hace dos generaciones, llegaba a consolas y ordenadores el primer Warhammer 40,000: Space Marine. Por entonces Gears of War había cosechado gran éxito y no fueron pocos los juegos inspirados en la obra de Cliff Bleszinski.
Space Marine lo hacía a su manera, aprovechando el rico universo en que se basaba y prescindiendo de las famosas coberturas a cambio de un combate más visceral, donde encarnábamos a un Marine Espacial en la lucha contra los Orkos.
¡Qué tiempos señores! Servidor consiguió el trofeo de platino, mi joya de la corona puesto que era endiabladamente difícil.
El caso es que, aunque yo soy más de aventuras para un jugador, tras pasarme el juego me enganché al online cosa mala. Recuerdo con verdadera nostalgia no sólo los modos PvP, sino sobre todo el cooperativo, llamado Exterminatus, donde hacíamos frente a ingentes cantidades de enemigos en distintas arenas.
Warhammer 40,000: Space Marine tuvo una comunidad devota, pero tras dos DLC (un Exterminatus adicional y el famoso modo Dreadnought) y muchas horas de vicio, tenía poco más que ofrecer.
Así fue como, pese a haber llegado a ser un juego de culto considerado por muchos como el mejor de la franquicia, había permanecido en el olvido durante 13 largos años, hasta la esplendorosa llegada de su sucesor. Tanto es así que, al anunciarse Warhammer 40,000: Space Marine II en los Game Awards, ni sonaba a los periodistas más jóvenes mientras yo estaba ojiplático.
De xeno en xeno
Warhammer 40,000: Space Marine II se inspira claramente en el primer juego, definiéndose como una mezcla de shooter y beat'em up en tercera persona, pero incorpora su estilo propio como no podía ser de otra forma.
Ante todo cabe destacar que el enemigo principal en este caso son los pérfidos Tiránidos, que definitivamente dan un aire más sobrio.
Así, mientras los Orkos eran feroces pero al fin y al cabo humanoides con un cierto toque pintoresco, los Tiránidos son directamente monstruosidades desprovistas de sentimientos y cuya inteligencia colectiva, llamada Mente Colmena, es tan parecida a la humana como un huevo a una gallina.
El avance de la tecnología también permite representar a estos horribles xenos como se merecen, ya que por momentos contemplaremos oleadas masivas de auténticas pesadillas que se ciernen sobre nosotros.
De un modo similar, la participación de la Guardia Imperial será más activa en este juego, llenándose la pantalla tanto de amigos como de enemigos en una verdadera epopeya bélica.
Completa la lista de antagonistas el Caos y concretamente los adoradores de Tzeentch, que no dejan en paz a Titus quien por cierto repite como protagonista.
Titus que te quiero Titus
A vueltas con Titus, el buen hombre llevaba un siglo en los Guardianes de la Muerte, que se dice pronto.
Hablamos de la fuerza armada del Ordo Xenos de la Inquisición: una formidable hermandad compuesta por los mejores Marines Espaciales de diferentes Capítulos.
En el caso de Titus su pertenencia al cuerpo era una forma de penitencia, ya que al final de la primera parte era acusado de corrupción.
La introducción del juego, donde aún servimos a la Inquisición, sirve de nexo entre ambas entregas, ya que comenzamos con una Servoarmadura Mark VII "Aquila" que recuerda mucho al Space Marine original.
Luego, cuando empieza verdaderamente Warhammer 40,000: Space Marine II, seremos mejorados a la categoría de Primaris, con nuestra correspondiente armadura Mark X.
Esta forma de armonizar ambos títulos me ha parecido entrañable, y me hace pensar en lo rápido que pasa el tiempo y cómo ha avanzado el lore en torno a Warhammer 40k, con una trama que incluso ha resucitado a los Primarcas.
Bólter hasta en la sopa
El avance del propio mundillo en torno al hobby no se aprecia sólo por la estética de los Marines Espaciales, sino también por la forma y el tipo de armas.
Lo primero que llama la atención es la gran variedad de Bólters disponibles, ya que tradicionalmente siempre estuvo la pistola, el rifle estándar, el Bólter de Asalto y el pesado. Space Marine introdujo el llamado Bólter de Precisión, pero aquí hay por lo menos diez tipos.
Si me preguntáis, a mi modo de ver algo innecesario y excesivo, ya que el juego sufre en parte de esa moda consistente en poner el online como centro del desarrollo.
Así, el modo campaña se empeña en ofrecernos una cantidad constante de equipo para intercambiar. Yo sinceramente prefería esa sensación de conseguir un arma verdaderamente nueva y genuina en cada pantalla, como todo un acontecimiento.
Otras armas, sobre todo las pesadas, ya no son tan aparatosas, pero en este sentido siguen el canon actual del wargame. Curiosamente el Cañón Láser, aquí llamado Fusil Láser, es un arma de francotirador, pero al menos los Marines Devastadores pueden resarcirse con el inédito y flipante Cañón de Fusión.
Completan la lista cuatro tipos de granadas y cinco armas de cuerpo a cuerpo, incluyendo por primera vez el mítico Puño de Combate.
Una campaña diferente
Habiendo dicho que Warhammer 40,000: Space Marine II pone por delante el multijugador, quiero detenerme enseguida en el modo campaña.
No nos confundamos: en este caso ambos conceptos no se contraponen, de hecho podemos jugar toda la historia en cooperativo con otros dos amigos, que encarnarán a nuestros compañeros Gadriel y Chairon. De otra forma serán bots.
Pero sería engañarse negar que el juego está concebido como parte de un todo que se adivina seguirá creciendo, lo cual yo espero como agua de mayo. Es decir, no hay mucha diferencia entre las misiones principales y las online en cuanto a su concepción.
En este sentido la campaña sigue específicamente a Titus, lo que incluye secuencias in-game y algunas en CGI bastante épicas. Pero constantemente se alude a otras escuadras actuando en paralelo y, adivina adivinanza, en Saber han tenido la brillante idea de incluirlas en las llamadas Operaciones como parte del PvE.
Esto se puede ver de dos formas: o han descafeinado la campaña, que podría haber tenido una carga dramática más propia de un modo historia, ¡o bien dura el doble!
Sea como sea, la aventura principal nos ocupará unas diez horas a lo largo de tres planetas bien diferenciados y cinco misiones (aunque la tercera se divide en dos), cada una notablemente larga.
Modos online
Retomo enseguida el modo Operaciones, ya que realmente forma parte de la campaña, poniéndonos en la piel de esos Marines Espaciales que ayudan a Titus y su escuadra desde la distancia, cumpliendo misiones paralelas a las que se refiere la historia.
Quienes recordéis el modo Exterminatus del primer Space Marine os lo vais a pasar como enanos, porque esto es aún mejor. Eso sí para tres jugadores en lugar de cuatro.
Originalmente teníamos una serie de arenas interconectadas donde hacer frete a oleadas de enemigos. Aquí hay pantallas más parecidas a las misiones de la campaña principal, en el sentido de avanzar a lo largo de un recorrido y con una trama de fondo, a veces incluso resolviendo puzles. Mientras, no os preocupéis, seguirán apareciendo las típicas oleadas que requerirán de toda nuestra coordinación, ya que hay cuatro niveles de dificultad para las seis misiones disponibles.
¿Por qué repetirlas? Primero porque exterminar xenos o abominaciones del Caos es un vicio; segundo porque para hacerlo necesitaremos potenciar tanto a nuestros Marines Espaciales como sus armas; tercero porque a mayor dificultad mejores recompensas, lo que incluye toda clase de elementos estéticos, heráldica y armaduras de otros Capítulos.
Hay seis clases de Adeptus Astartes: Estratega (lo que viene siendo Táctico), Asalto, Vanguardia, Bastión, Francotirador y Pesado (o Devastador). Esto supone el doble que en el primer juego con todas las posibilidades que comporta, ya que desarrollar plenamente a nuestros personajes va a requerir de muchas horas que sin duda pasarán mejor y más rápido con los jugosos DLC que Saber ya prepara.
Mención aparte para el tema puramente estético, pues se han molestado en proporcionar una descripción de cada Capítulo y dotarlo de adornos exclusivos. Y para los más hardcore, sí, también podréis repartir leña como Marines del Caos, aunque no he visto a los Portadores de la Palabra, a los Hijos del Emperador ni, extrañamente, a los Mil Hijos que sin embargo hacen de antagonistas en la historia.
Hablando de Marines del Caos, toca referirse al modo PvP o Guerra eterna, que se divide en las modalidades Conquista, Captura y control, y Aniquilación. Por desgracia me ha sido imposible probarlas en esta fase previa al lanzamiento del juego, puesto que requieren un número de jugadores (6v6) y, a diferencia de lo que ocurre con la campaña o las Operaciones, no pueden ser bots.
En el primer Space Marine el equilibrio de la vida y los escudos funcionaba de otra forma en las batallas entre jugadores, lo que no me extrañaría se repita aquí. Por lo pronto ya he visto que algunas clases tienen más o menos armadura que en otros modos.
Dicho todo lo cual, espero de corazón que el juego tenga una buena acogida para seguir recibiendo apoyo: Dreadnoughts, nuevas especies, vehículos, más misiones de Operaciones e incluso la aparición estelar de algún Primarca... ¡Las posibilidades son tan inmensas como el universo que hay detrás!
Apartado técnico
En cuanto al apartado gráfico, en una PlayStation 5, Warhammer 40,000: Space Marine II funciona a 1080p y 60fps en el modo rendimiento, o bien a 4k entendemos que reescalados y 30fps en el modo calidad.
Hoy en día las propias TV son como tarjetas gráficas en sí mismas, por lo que apenas tengáis una decente os recomiendo el modo rendimiento, ya que la propia tele debería encargarse del reescalado. De igual forma podéis sufrir ralentizaciones ocasionales que sin embargo desaparecen con el VRR activado, aunque la fluidez ha mejorado mucho desde el parche 1.002.
Entrando en al aspecto puramente visual, diera la sensación de que Warhammer 40,000: Space Marine II sacrifica unos gráficos que podrían ser mejores en pro de mostrar cientos de elementos en pantalla, no sólo en forma de aliados o enemigos sino también de partículas y explosiones.
El precio a pagar son unas texturas mejorables, con pixelación por momentos, aunque en mi opinión el resultado compensa con creces, regalándonos algunas de las escenas militares más impresionantes que recuerdo. Si habéis visto las típicas ilustraciones de los Códex, pues eso moviéndose en pantalla.
Además los escenarios son invariablemente majestuosos a la par que sobrecogedores, honrando con creces la ambientación que intentan emular. La recreación de zonas devastadas, con cascotes y cuerpos desperdigados por igual, sólo es superada por la grandeza de las estructuras milenarias.
Con respecto al sonido es perfecto, tanto por la recreación de los efectos ambientales como de las armas. Los Tiránidos son mucho más silenciosos que los ruidosos Orkos, pero esto es así. La música acompaña meritoriamente aunque pasa algo desapercibida.
Warhammer 40,000: Space Marine II viene con voces en castellano, de modo que podéis repartir plomo, plasma, llamas o tortas sin necesidad de leer subtítulos.
La versión de PlayStation 5 hace un uso discreto del DualSense, implementando la vibración háptica aunque de forma genérica para representar nuestras pisadas al correr, así como beneficiándose de los gatillos adaptativos en los disparos.
Conclusión
De cara a una valoración justa me encuentro con dos problemas: el primero es que soy fan de este universo desde mi adolescencia; en segundo lugar el juego original me cautivó.
Dicho así, uno podría pensar que estos antecedentes favorecen una buena puntuación, pero no tiene por qué.
Warhammer 40,000: Space Marine II está más abierto al gran público, esto es al jugador casual, y en el proceso se ha vuelto un poco más genérico y menos genuino que su predecesor.
Por otro lado es innegable que estamos ante un título que ofrece más y mejor, como suele decirse, cuya propuesta jugable sólo puede ser superada por el sueño de lo que venga en un futuro como contenido descargable.
En definitiva tenemos una campaña intensa que puedes jugar en cooperativo, misiones de Operaciones complementarias que de facto la alargan considerablemente, árboles de habilidades para mejorar distintas clases así como armas, multitud de elementos estéticos, heráldica y Capítulos por descubrir, modos PvP desafiantes, una ambientación brutísima con centenares de enemigos en una guerra sin cuartel y la promesa de un soporte continuado en el tiempo.
Siendo completamente honesto, te diría que si para ti un Marine Espacial es un soldado con una armadura gorda y poco más, lo que vas a encontrar aquí es un buen juego de acción que puede llegar a cautivar. Te lo recomendaría en cualquier caso.
Si por el contrario eres de los míos, entonces abre el incensario, ejecuta los ritos de purificación, encomienda tu armadura al Omnissiah, aprieta fuerte el Bólter, siente cómo vibra tu Espada Sierra y ¡prepárate para purgar la galaxia en nombre del Emperador!