Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Focus Entertainment. Juego disponible en NINTENDO SWITCH, PC, PLAYSTATION 4, PLAYSTATION 5 (versión analizada), XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.

Introducción

Las Sagradas Órdenes de la Inquisición del Emperador, organización vulgarmente conocida como Inquisición, es la sociedad semi-secreta, independiente del Adeptus Terra, que opera de forma autónoma a lo largo y ancho del Imperio para protegerlo de herejes, demonios y alienígenas.

Dependiendo del origen de la amenaza, la Inquisición se divide en varios ordos, aunque tres son los principales: Ordo Malleus, para hacer frente a los desafíos del Inmaterium y las insidias del Caos. Ordo Xenos, que protege a la Humanidad de los pérfidos alienígenas carentes de sentimientos. Y Ordo Hereticus, encargado de defender el Imperio de sus propios enemigos internos como apóstatas, herejes y mutantes.

Warhammer 40,000: Boltgun 1

Aunque cada ordo tiene su fuerza militar asociada, respectivamente los Caballeros Grises, los Guardianes de la Muerte y las Adepta Sororitas, no es raro que algún Inquisidor en medio de una investigación solicite el apoyo de fuerzas imperiales cercanas, como de hecho sucede en Warhammer 40.000: Boltgun.

Así, como Marine Espacial, tu Capítulo te enviará al Mundo Forja de Graia ante el requerimiento de la Inquisidora Seibel del Ordo Malleus, ya que el antaño respetado y ahora corrompido Inquisidor Drogan ha encontrado un fragmento impío en las entrañas del planeta.

Coge tu Bólter hermano, embútete en tu Servoarmadura, deja que los estimulantes de combate inunden tu organismo de súper soldado y lánzate a la purga definitiva, ¡por Macragge!

Warhammer 40,000: Boltgun 2

Mal aterrizaje

Warhammer 40.000: Boltgun empieza chungo. Puesto que los Marines Espaciales sólo responden ante ellos mismos, tu Señor ha considerado que apenas unos pocos de vosotros bastarían para contener la herejía de Drogan y sus secuaces.

Sin embargo, no tardamos en descubrir que hemos sufrido un fatal accidente durante el aterrizaje, lo que nos deja como único superviviente de un grupo ya de por sí exiguo. Bueno, sin contar al Servocráneo Incommodus que nos acompaña fielmente, de una forma anecdótica todo hay que decirlo.

Sin tiempo que perder abandonamos la lanzadera, armados sólo con una Espada Sierra. Tanto da: las primeras balas son poco menos que picotazos, y los débiles Humanos que nos salen al paso, sin duda corrompidos por la influencia del Caos, caen como moscas ante la mordida de nuestra chirriante hoja serrada.

Warhammer 40,000: Boltgun 3

Shooter de la vieja escuela

Seamos francos, y esto va dirigido a los más jóvenes. Vivimos en unos tiempos donde los cuarentones, que al final solemos ser los que ahora ocupamos puestos de responsabilidad, vuelven la vista hacia esos tiempos que les trajeron tantas ilusiones y deciden hacer un juego como Warhammer 40.000: Boltgun.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Es evidente que no, y muchas veces buscamos más una sensación ya perdida que un resultado en sí mismo. En esta ocasión esa sensación se llama Doom.

Doom

Con permiso de Wolfenstein 3D, Doom fue sin duda la consagración de un género recién nacido: lo que hoy se llaman first person shooters. Años después llegaría Duke Nukem 3D, cuya principal virtud fue aportar su propia personalidad y estilo.

Había quien prefería Doom y su secuela, y había quien se quedaba con Duke Nukem. El juego de Id Software era de acción directa, sin demasiados quebraderos de cabeza más allá de encontrar la llave para abrir la siguiente puerta y seguir despachando demonios. Por su parte, el título de 3D Realms incorporaba la sorna, cierta interacción con el entorno y, sobre todo, escenarios más abiertos.

Pues bien, así como pude analizar Ion Fury, claramente inspirado en las aventuras de Duke, en esta ocasión Warhammer 40.000: Boltgun se asemeja al estilo Doom.

Warhammer 40,000: Boltgun 4

Limpieza profunda

Vale, entonces tenemos un juego de Warhammer 40k directamente inspirado en el Doom original. ¿Eso qué significa?

Ante todo una gozada, si me lo permitís. A estas alturas de la vida, quién nos iba a decir que veríamos algo así. Y es que FPS ambientados en este universo ha habido varios, pero ninguno que yo recuerde con un estilo retro tan accesible.

Para los profanos, en Warhammer 40.000: Boltgun nos abrimos paso a través de tres capítulos de la historia, cada uno dividido en ocho escenarios.

En primer lugar se encuentra la zona de aterrizaje por así decirlo, junto al complejo industrial del Adeptus Mechanicus. Proseguiremos por un entramado cavernoso, ya rumbo al Manufactorum donde se encuentran Drogan y sus secuaces. Finalmente nos desplazaremos al satélite donde ha escapado el traidor, en una fundición llena de lava que alberga el fragmento caótico.

Warhammer 40,000: Boltgun 5

En nuestro camino hacia la fuente de la corrupción, tendremos a nuestra disposición ocho armas distintas que iremos consiguiendo, además de nuestra fiel Espada Sierra y tres tipos de granadas.

Algo que está muy conseguido en Warhammer 40.000: Boltgun es la sensación de que el famoso Bólter, que de hecho da nombre al juego, es un arma extremadamente versátil y eficaz. No será por tanto raro recurrir a ella incluso habiendo obtenido un arsenal más exótico.

De este modo, armados hasta los dientes, recorreremos los mapeados con un afán aniquilador muy propio de este universo, ya que tanto los repugnantes Humanos cobardes como los traidores Marines del Caos, por no hablar de los pérfidos Demonios, dan bastante asco la verdad.

Warhammer 40,000: Boltgun 6

El resto son elementos muy típicos, con unos puntos de vida y otros de escudo, la munición, y algún objeto oculto en el escenario que otorga bonificaciones temporales. Como se ha dicho para el Doom original, aquí las mecánicas de búsqueda consisten en encontrar hasta tres llaves de colores que abren sendas puertas. Hay algunas partes con un componente de jugabilidad adicional, como ciertas trampas, pero son las menos.

Mención aparte para el botón triángulo, que como novedad nos permite entonar una frase flipada, en plan "¡Me limpio con la sangre de mis enemigos!" y similares. Parece una tontería, pero oye qué gusto da soltar un speech aleatorio antes de liarse a tiros. Anuncia tu llegada, ¡que teman la ira de Aquel que está en el Trono Dorado!

Apartado técnico

Warhammer 40.000: Boltgun es un juego de aspecto claramente retro, que combina entornos tridimensionales con sprites.

Entre las opciones gráficas podemos ajustar una especie de resolución simulada (pixelación), que nos recordará a esos tiempos en que jugábamos a 640x480, 800x600 e el no va más, 1024x768 píxeles. También se puede activar o desactivar el efecto bloom de iluminación.

Aunque Doom era más angosto que Dukem Nukem 3D, en Warhammer 40.000: Boltgun hay algunos espacios abiertos particularmente grandes. Sin embargo no invitan a nada parecido a la exploración y al final la cosa consiste en avanzar por el camino correcto, es decir donde aún queden criaturas por aniquilar.

Warhammer 40,000: Boltgun 7

Respecto al sonido, en este caso destacan los efectos de las armas y de la propia Servoarmadura, que con la ayuda de la vibración realmente te hace sentir como un armario ropero de 300 kilos.

Otro macabro aspecto que se podría incluir en el apartado técnico es la violencia que se despliega ante nuestros ojos, algo disimulada por el modesto apartado gráfico. El caso es que la munición explosiva está muy bien representada cuando los rivales más débiles literalmente revientan ante el fuego de nuestro Bólter, tiñendo el entorno de rojo. Mención específica para los tropezones saltando y resbalando por el suelo, que producen un morboso sonido casi adictivo.

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La música acompaña sin más, unas veces mejor que otras, enfatizando esos momentos en que se desata una llamada purga, es decir las típicas zonas donde se cierran las puertas y hay que despachar a todo bicho viviente.

Los textos están en castellano. Decir aquí que hay breves escenas cinemáticas, algo que aleja un poco Warhammer 40.000: Boltgun de los exponentes más retro, aunque éstas consisten en secuencias fijas intercaladas con los mismos gráficos demodé.

Conclusión

Quienes hayáis seguido mi trayectoria y leído mis análisis relacionados, sabréis que soy bastante fan de Warhammer 40.000. Bueno va: soy un loco de este universo. Pero como redactor de un medio debo distinguir entre esa pasión y lo que realmente me encuentro en la pantalla.

Warhammer 40.000: Boltgun es un juego divertido, bastante largo ya que nos llevará más de 10 horas completar todo el recorrido, desafiante sobre todo si subes la dificultad, y bien ambientado.

Warhammer 40,000: Boltgun 9

Sin embargo puede tornarse algo repetitivo, ya que los diferentes entornos se parecen todos mucho entre sí, aparte de que la introducción de nuevos enemigos y armas se hace con cuentagotas.

En definitiva, un título imprescindible si eres fan de Warhammer 40k y muy recomendable si te gusta la acción directa y el estilo retro. No tanto para quienes busquen un juego con mecánicas modernas que introduzcan algo más de variedad en su desarrollo.