La semana pasada Mark Cerny, uno de los principales arquitectos de PlayStation, sorprendió al mundo desvelando los primeros datos oficiales de PlayStation 5… bueno, o como quiera que se llame la próxima consola de Sony (únicamente “PlayStation” si atendemos a las locas predicciones de nuestro Jairo).

Si bien todavía quedan muchos interrogantes por desvelar, y dejando de lado el asunto de la CPU AMD Ryzen de 8 núcleos, la GPU Navi Radeon y la cantidad de teraflops que alcanzará su potentísimo cerebro (se estima en 14.2), uno de los aspectos más importantes y que posiblemente haya pasado más de perfil ha sido el asunto del disco duro.

Por eso he querido ofreceros este post, en el que os hablo de los discos SSD o discos de estado sólido, que se han confirmado para la sucesora de PS4.

¿Qué aportarán? ¿Por qué serán tan importantes? Intentaré responder a todo eso y más.

Los discos SSD llegan – por fin – a Playstation 5

En primer lugar, una breve explicación de lo que es un disco SSD, aunque si tenéis más interés en internet hay miles de artículos que tratan el tema con más profundidad.

Los discos SSD, o discos en estado sólido, son una evolución de los memory stick o memorias USB, se basan en microchips con memorias flash interconectadas en lugar de los componentes mecánicos clásicos, unas unidades que carecen de cabezales físicos que acceden a sectores, y todo el acceso se gestiona con un procesador integrado.

Las ventajas de estos discos frente a los HHD o discos duros son claras, una velocidad de arranque y acceso mucho mayor, más silenciosos y durables y consumen menos. Su contraprestación es que resultan más caros, y su capacidad suele ser menor. Eso sí, hoy en día los costes de esta tecnología se han visto reducidos considerablemente, y la mayoría de ordenadores portátiles ya los incorporan de serie.

Como es lógico, todas estas ventajas se aplicarán directamente en PlayStation 5. Ya PS4 incorporaba un inicio rápido gracias a su configuración de “apagado” dejando el sistema suspendido, pero aquí hablamos de poder iniciar cualquier tipo de juego y aplicación en 1-2 segundos en lugar de los habituales 20-30 segundos, permitiendo que puedas apagar completamente tu consola con el consecuente ahorro de energía.

Tiempo de acceso a los datos, una de las grandes claves

Mark Cerny ya especificó en sus explicaciones que la CPU, la GPU y la memoria se apoyarían en un enorme ancho de banda, muy superior al que montan los últimos PCs de gama alta. Esto es lógico si tenemos en cuenta la ingente cantidad de datos que todos los componentes tendrán que mover entre sí, y en PlayStation saben perfectamente que andar cortos de ancho de banda es ahogarte en un cuello de botella y no sacarle provecho a toda esa potencia con la que vas a dotar a tu consola.

Usar un disco SSD permitirá, además del citado tiempo de arranque de los juegos, que todo el acceso a los datos mejore. Las cargas tardías de texturas, los tiempos de carga entre pantallas y la infinidad de técnicas que tenían que aplicar los programadores para que la carga de gráficos fuese dinámica no digo que termine, porque seguramente se continúe exprimiendo todo hasta los límites, pero seguro que mejorará de forma evidente.

El arquitecto puso como ejemplo el giro de la cámara de Marvel’s Spider-Man, asegurando que el movimiento de la misma estaba limitado técnicamente al movimiento propio del hombre araña mientras nos balanceábamos entre edificios por Manhattan, porque sencillamente PS4 o PS4 Pro no eran capaces de cargar los datos a más velocidad. Con el dev-kit mostrado a los asistentes la cámara se podía mover, literalmente, como si fuera un caza de combate.

También la memoria RAM es importante en esta fórmula, y aunque no es un aspecto confirmado por el propio Cerny, las filtraciones anteriores de PS5 que acertaron de pleno con el procesador hablaban de una RAM GDDR6 de 20 GB para juegos y 4 GB dedicados para el Sistema Operativo, así que no parece que por ahí vaya a existir problema de espacio para que toda esa información de carga de datos alimente a la CPU de forma inmediata.

Con la memoria en estado sólido los programadores verán eliminada una gran limitación que les permitirá poder presentar a nuestros ojos mapas mucho más amplios y cargados de detalles, polígonos, texturas, efectos gráficos, iluminación dinámica, el famoso ray tracing… todo ello ayudará a que la calidad de la imagen sea más realista que nunca, y que la nueva PlayStation pueda mostrar unos gráficos que nos dejen con la boca abierta una vez más. ¿Habéis visto el gameplay del juego The Last of Us: Parte II? Imaginarlo en PS5…

No solo los gráficos se verán beneficiados por la memoria SSD

La velocidad de acceso a los datos es clave en muchos más aspectos que el meramente visual. Al final todo está conectado, tener una CPU más potente, una GPU de última generación, una arquitectura propia y todo ello apoyado con memoria en estado sólido permitirá que aspectos como una Inteligencia Artificial más avanzada, escenarios generados de forma procedural más ambiciosos o mundos abiertos más persistentes vayan un paso más allá.

También mencionar el asunto del sonido 3D, otra tecnología que ha pasado un poco de puntillas, pero que según Cerny supondrá un verdadero salto evolutivo, nada que ver con lo poco que evolucionó el sonido desde PS3 a PS4, una experiencia de la que ya os hablé en el artículo donde repasamos todas las características de PS5.

También la tasa de imágenes por segundo se ve beneficiada por un disco SSD, el hecho de reducir el tiempo de carga de los datos permitirá que esas resoluciones 4K y 8K sean posibles a tasas de imágenes (fps) superiores, y efectos indeseables como el tearing o el popping se reduzcan considerablemente.

Hemos visto grandes cosas en esta generación, mundos abiertos de increíble belleza como el de Horizon Zero Dawn, que como desveló la propia Guerrilla hacía una carga dinámica de escenario, polígonos y texturas a medida que movíamos la cámara, o la impresionante distancia de dibujado de Red Dead Redemption 2, capaz de mostrarnos un mundo lleno de vida y sin tiempos de carga.

No veo el momento de comprobar lo que serán capaces estos estudios con Horizon Zero Dawn 2 o GTA 6 en PS5.

Conclusiones

Como veréis, este post no pretendía ser un estudio minucioso de la tecnología SSD, ni ha presentado tablas y complejos gráficos con los que demostrar las mejoras de la próxima PlayStation respecto a lo que tenemos ahora con PS4. Para empezar aún no se sabe siquiera los detalles técnicos del propio disco, y aunque se supiera de poco nos iba a servir.

Lo que sí he querido dejar claro es que las ventajas de tener un disco en estado sólido son evidentes y no solo aplican a la carga rápida de los juegos. Me parece que ha sido una característica muy poco comentada cuando se han publicado todos estos datos técnicos, y he querido darle el protagonismo que a mi juicio merecía.

Habrá que ver en qué tamaños nos movemos cuando la consola sea presentada. A día de hoy un disco SSD de 1 TB suele rondar los 120-140 euros, y teniendo en cuenta el tamaño de los juegos de PS4 (algunos superando los 100 GB) no imagino menos que esa cantidad de espacio.

Pero para la llegada de PS5 parece que todavía falta tiempo, los costes bajarán y en Sony ya han asegurado que el precio final de la consola no estará fuera de los estándares esperados. Me alegra saber que Sony por fin nos traerá discos SSD y creo que esta tecnología será uno de los pilares fundamentales para que, no solo los gráficos, la experiencia en general, gane muchos enteros.