La salida de Cyberpunk 2077 ha supuesto todo un terremoto que ha conmocionado el mundillo de los videojuegos.

Ya sabéis la historia, que resumiremos brevemente: CD Projekt se cuidó muy mucho de mandar el juego para analizar sólo a los medios con ordenadores más potentes, y sólo la versión de PC por supuesto. A pesar de sus muchos bugs, parece que el título convenció entre la prensa especializada, alcanzando una media de 90 en Metacritic.

Sin embargo no tardaron en surgir las primeras noticias de gente llevándose las manos a la cabeza tras arrancar el juego en una PlayStation 4 o Xbox One. Cyberpunk 2077 llegaba como podéis ver en este divertido vídeo, donde se compara lo prometido con lo que finalmente veíamos en nuestros televisores el mismo día de salida.

Todo esto lo sabéis de sobra, como probablemente sabréis el lío de las devoluciones, la reunión de accionistas, las disculpas, los prometidos parches para enero y febrero...

Un momento, ¡ahí quiero parar! Parches, parches y más parches. Quienes habéis leído mis artículos ya sabéis lo que pienso sobre ellos, y si no os lo explico. O más bien acompañadme en mis elucubraciones.

Los veteranos como yo crecimos en un mundo sin parches, ¡viva, hurra! ¿Te puedes creer que los lanzamientos eran tal cual y ya no había forma de cambiarlos? Muchos dirán que entonces los juegos eran más sencillos, pero ojo amigos que estamos hablando de la generación de 128 bits incluida.

Lo voy a plantear de otra manera: ¿cuántos Tekken hay? Siete entregas numeradas, bien. ¿Y si os digo que los parches llegaron con la sexta en PlayStation 3? ¡Anda! Entonces la cosa se ve de otra manera, ¿eh?

Sacaban esos juegos pulidos y probados, porque entonces las consolas no estaban conectadas a internet; empezaron a hacerlo precisamente Dreamcast, PlayStation 2 y Xbox de forma testimonial.

Los juegos de esa última generación, pero incluso de la anterior, no se pueden catalogar como simplezas. Puede que sí en lo técnico, pero no en la complejidad de su desarrollo, habiendo verdaderas joyas de lucha, RPG y aventuras varias que nos dejaron aquellas consolas.

¿Qué ha pasado entonces? En parte ya lo decía en mi artículo sobre la inmediatez en el mundo de los videojuegos. Lo que ha ocurrido es que las compañías quieren trincar las reservas y las ventas antes siquiera de tener el juego terminado, probablemente pensando ya en la inversión necesaria para su siguiente proyecto.

Todo acelerado, todo atolondrado. No quisiera pasar por antisistema, pero me recuerda un poco a esas empresas que tienen que crecer más y más año tras año, y lo hacen a base de créditos y más créditos. Un ciclo vicioso demencial.

Hoy en día tenemos internet y gracias a Dios pareciera que todo va de la mano, pero ¿os imagináis que la gente hubiera permanecido completamente ignorante hasta meter el disco de Cyberpunk 2077 en su consola? Se habrían hecho eco las revistas impresas, pero ya sería tarde.

A lo que quiero ir, en definitiva, es a que ¡ojalá pinche la burbuja de los parches! Las pequeñas actualizaciones fueron inicialmente concebidas como mejoras o en todo caso sutiles ajustes, pero nunca como el monstruo en que se han convertido.

Muchos de los parches que hoy recibimos son verdaderos DLC o incluso juegos completos totalmente reescritos para funcionar como debieron en un principio. ¿80 gigas de descarga? ¿Matamos el formato físico con esta práctica? ¿Trasformamos a los primeros jugadores en beta testers? Poco importa mientras el usuario siga aplaudiendo, incluso convencido de que en realidad lo están cuidando.

Pero lo de Cyberpunk 2077... La editora ni siquiera ha enviado aún la versión de consola para analizar y es muy posible que las primeras reviews en PS4 y One sean de quienes han comprado el juego por su cuenta. CD Projekt sabía lo que estaba haciendo, o más bien lo que no había hecho, pero tensó demasiado la cuerda; debía de pensar que éramos más tontos de lo que finalmente somos... o tal vez no.

Digo que tal vez no porque estoy deseando echarle el guante a Cyberpunk 2077 y ver cómo es realmente. ¿Cuántos de los iluminados que lo ponen verde no han visto ni la carátula? En realidad es todo ridículo, pero tiende a un curioso equilibrio: tomas a los usuarios como borregos, pero se puede volver contra ti; como uno se encabrite, todos empiezan a balar y lo siguen, da igual que no tengan el juego o que ni lo hayan visto. Y luego por supuesto hay gente directamente malintencionada, rencorosa, que se aburre mucho o que busca inflar las visitas de su canal de YouTube sin escrúpulos.

Hay un cierto morbo por el juicio público y la consiguiente condena en la plaza tras estas prácticas, pero la culpa inicialmente fue de quien pensó que las ovejitas volverían a pasar por el aro con un producto en fase beta y si me apuras alfa. Al final la burbuja les estalló en la cara, aunque personalmente hubiera preferido que le pasara a otra compañía.

Me despido recuperando la memoria de un juego y reclamando su excelencia: Death Stranding. Yo mismo lo analicé en la web, y posteriormente en un podcast reconocí que igual habría merecido más nota. Un título único en muchos aspectos, incluyendo un hype descomunal que no le impidió llegar perfectamente pulido y sin apenas fallos.