Quién iba a decirnos, allá por la década de los 90, que un grupo de amigos montados en un coche podría ser un juego de Final Fantasy. Desde aquella primera entrega, tan medieval como épica, pasando por los spin-off, hemos llegado hasta este Final Fantasy XV, tanto si nos gusta como si no. Pero ésta es la realidad, trailer tras trailer nos hemos ido dando cuenta de que este juego se basaría en la amistad, en grandes llanuras y en pasarlo bien con los amigos. Para desplazarnos nos movemos en el coche, charlando o jugando.

Visto así, no se parece demasiado a aquellos Final Fantasy que aun tenemos en el recuerdo, aquellos de momentos épicos o y horas y horas echadas en superar un combate, por aquel entonces por turnos. Es por ello que, para muchos, este juego constituye el epitafio final a la saga, la dan por muerta, incluso a la propia Square-Enix, y consideran que el último real fue Final Fantasy X. Sin embargo este es uno de esos juegos que provocan controversia y es por ello que otras corrientes, como quienes dicen que los juegos han de avanzar, no estancarse en el pasado (sí, me estoy refiriendo a las batallas por turnos) y deciden dar una oportunidad antes de maldecir aquello a lo que aun no han sido capaces de echarle el guante.

Tanto unos como otros tienen cierto nivel de razón, si nos ponemos en su piel, unos son jugadores veteranos, intransigentes con aquello que aman, otros experimentados jugadores que han saboreado las mieles de los grandes momentos de la franquicia, pero hay otro grupo de jugadores a los que las compañías deben llegar, los jugadores casuales, los jugadores novatos. Muchas veces las compañías tratan de complacer a todo el mundo, y nadie, y digo nadie, puede complacer a todo el mundo y este es el resultado de Final Fantasy XV, un juego que trata de llegar a todo el mundo y, en algunos aspectos se quedan a medio camino.

Podemos leer una y otra vez los textos de los medios especializados, podemos leerlos aquí o allí, pero prácticamente suelen coincidir todas, la segunda parte del juego es Final Fantasy, incluso para aquellas personas que padecen cegueras selectivas. El sistema de combate, más simplista o más complejo, ya sabíamos que iba a haber “haters” de cualquiera de las maneras que lo hiciesen. Si hubiesen decidido regresar a la fórmula original, saldrían los fans de tantos y tantos juegos como Kingdom Hearts reclamando que las mecánicas de Final Fantasy XV están anticuadas, que la industria no innova, “que hay que avanzar, señores”. Si nos ponemos del lado de Square Enix, que ha decidido orientar el juego hacia la acción, hemos visto en mil y un foros a toda esa gente que, sin haber tenido siquiera la posibilidad de probarlo, lo ponen de mal juego porque “señores, esto no es Final Fantasy”, sin darle una oportunidad siquiera.

Los extremismos no son buenos, en ningún ámbito que se nos venga a la mente, y la industria del videojuego no es una excepción. Tan malos son aquellos que no dan una oportunidad a algo que durante tiempo han amado y, porque un par de cosas cambian, lo abandonan cual zapato viejo, como aquellos que al ver dos trailers ya dan por hecho que es un juego de 10, porque sí porque él lo cree así. Final Fantasy XV tiene cosas que no van a gustar a todo el mundo, como todo, pero no por ello no tiene grandes giros argumentales o un mundo épico. Todas las familias tienen un miembro que destaca un poco menos, en este caso podemos encuadrar aquí a Final Fantasy XIII o XV, pero no dejan de ser grandes juegos muy disfrutables para la gente que de verdad se abra a ellos.

No solo vamos a hablar de la actitud de los jugadores, porque nosotros también estaríamos incluidos, sino que Square-Enix también hace las cosas mal. A modo de última hora, en España ha habido un caso de un medio especializado que por poner una nota “relativamente” baja a Final Fantasy XV (un 7,5), ha sido vetado, no tendrá más juegos de la compañía antes del embargo propuesto, y puede que después tampoco. Esto no esta bien, puesto que los juegos se mandan en pos de realizar una crítica constructiva y, si a un analista no le parece que se merezca una nota alta, no se merecen tener a un medio que haga su trabajo.

No sois los únicos que echáis de menos aquella compañía llamada SquareSoft, pero hemos de decir que la actual Square-Enix no es en absoluto una mala compañía nos ofrece juegos de calidad y distribuye otros muchos magníficos, hay para todos los gustos. Así que por nuestra parte, dejemos de lado todos aquellos debates absurdos que llevan a ninguna parte y salgamos al mundo de Final Fantasy a montarnos en el Regalia y disfrutar de una gran narrativa que nos transportará y evocará a momentos tan grandes como las sagas que dieron fama a esta gran, y larga, saga.