Hace unos días pudimos disfrutar de la conferencia de PlayStation como perfecto arranque de la París Games Week, la popular feria de videojuegos de la capital francesa. Sony nos regaló una charla plagada de grandes vídeos para los juegos que llegarán en los próximos meses, y de esta forma pudimos comprobar el impresionante aspecto que lucen los God of War, The Last of Us 2, Spider-Man, Shadow of the Colossus o The Inpatient, por citar algunos.

Quedé especialmente sobrecogido con dos juegos en concreto, dos títulos que podremos disfrutar en exclusiva en nuestra PS4 de dos de los estudios más importantes de Sony: Quantic Dream y Naughty Dog. Hablo de DETROIT: Become Human y The Last of Us 2. ¿Habéis visto los vídeos? Es importante que lo hagáis para entender de lo que hablo, y porque son dos maravillas técnicas que cualquier fan del videojuego debería ver.

De los vídeos me sorprendieron varias cosas, las animaciones faciales de The Last of Us 2 me parecieron soberbias, y el apartado gráfico espectacular, haciéndome pensar que Naughty Dog iba a volver a llevar el hardware de PS4 todavía más lejos con un nivel de detalle nunca visto. Sobre DETROIT me llamó mucho la atención la valentía en tratar un tema tan polémico como los malos tratos a una menor de edad, siendo además uno de los finales la muerte de la menor y otro que la propia niña dispare y mate a su padre. Me pareció tremendo, y también digno de aplauso que un estudio se atreva a hacer cosas así y se aleje por una vez del cliché habitual de héroe o heroína fuertes y guapos salvando el mundo de los malos.

Así que cuando vi una corriente de pensamiento negativo y crítico sobre estos vídeos me sorprendí y entristecí, pues donde yo sólo veía calidad y madurez otros veían perversión y marketing amoral. Fueron algunas voces de la propia prensa las que criticaron el alto contenido violento de los vídeos de PlayStation durante la conferencia, asegurando que Sony estaba utilizando la violencia excesiva como herramienta de marketing para lograr atraer el interés del espectador y lograr mejores ventas. Bien, si analizamos los juegos presentados es cierto que hay dosis altas de violencia en casi todos los juegos, no sólo The Last of Us 2 y DETROIT, también en Ghost of Tsushima, Blood & Truth o The Hong Kong Massacre, y qué decir de God of War… si me apuráis hasta Spider-Man mostró lucha, pelea, agresividad… parafraseando a la señora de Lovejoy de Los Simpsons: “¿es que nadie piensa en los niños?”.

El problema, creo yo, es que cuando más realistas se hacen los juegos, cuanto más fielmente representan esa violencia, más impacta y más molesta a algunos. Y claro que no es solo eso, pues estamos acostumbrados a ver esa misma violencia – y más – en el cine y la televisión, constantemente. Existe cierto temor a que la violencia sea demasiado realista en los videojuegos, porque en un videojuego no somos sujetos pasivos como pasa en el cine o cuando vemos crueldad en las noticias, aquí participamos, interactuamos, somos partícipes de alguna forma, y por eso puedo entender que en un videojuego no se deberían sobrepasar ciertos límites, no deberíamos poder cometer actos de crueldad como una tortura, el asesinato de inocentes, la muerte de niños… y en el caso de tener que presenciarlos – que nunca ser nosotros quienes lo hagamos – que no sea algo explícito. Por ejemplo para mi aquel famoso capítulo de Call of Duty del aeropuerto donde como terroristas matábamos civiles desarmados sin ton ni son sobrepasaba ese límite y era totalmente innecesario. También entiendo que cuando se trata de un juego de realidad virtual un desarrollador debe tener en cuenta ciertos límites, pues el jugador se puede meter tan de lleno en el papel que determinadas acciones pueden hasta perjudicarles en su salud física y mental, especialmente con sesiones largas de juego.

Ahora bien, ¿qué problema hay con estos últimos vídeos? Son realistas, muestran violencia, casi puedes sentir el dolor y el sufrimiento de la protagonista del juego de Naughty Dog con la soga al cuello y te duele cuando a la mujer asiática la parten el brazo con un martillo. También es duro ver la imagen de la niña muerta o inconsciente, aunque no muestre explícitamente cómo ha llegado a ese estado. ¿Es algo que no hayamos visto antes en cualquier película de sobremesa? ¿De verdad es para escandalizarse? Eso mismo se cuestionaba el propio David Cage, el cerebro detrás de DETROIT, cuando le mencionaban el asunto, preguntándole al entrevistador si en el caso que él fuese un escritor o un cineasta le harían esa pregunta. No le falta razón.

La excusa del público menor de edad que consuma ese tipo de contenido no me sirve, pues para eso está el PEGI, otra cosa es que se respete, entre poco y nada, igual que no se respetan los horarios protegidos en la televisión para el contenido violento o sexual. Creo que en los videojuegos falta contenido adulto, falta mucho sexo , falta amor, faltan celos, faltan sentimientos complejos aunque muchos juegos indies se están enfocando en representar algunos de esos sentimientos con gran acierto, sentimientos positivos como la esperanza, el perdón, compartir o amar a los que son diferentes, y también negativos como la pérdida, la melancolía o la soledad.

¿Acaso alguien cree que The Last of Us II sólo tratará de violencia? ¿Qué no habrá espacio para la solidaridad, la compasión, el amor? Porque así es la vida, con sus luces y sus sombras, y cuando más se profundice en esos sentimientos, cuanto más fielmente se reproduzcan, más maduro se volverá nuestro medio, un medio en el que tienen cabida los fontaneros saltarines, los marines musculados, los dioses de la guerra y los marsupiales de ojos saltones. Y el que se escandalice por determinadas cosas, que se vaya a ver la tele.