Tras los Game Awards y la PlayStation Experience, entre ríos de tinta digital, capturas de pantalla y noticias que se agolpaban en los monitores de medio mundo, me han encargado a mí escribir un artículo de opinión sobre la reciente conferencia y el posterior desarrollo de esta PlayStation Experience 2017, con la que Sony despide el año.

Es curioso cómo cambian las cosas. Cuando éramos pequeños, las revistas especializadas eran el único medio para enterarse de algo sobre el panorama “videojueguil”. Entre aquellas nutridas páginas de publicidad, donde Sega y Nintendo se picaban de lo lindo, aparecía de pronto el anuncio de tal o cual juego, los primeros datos de esa nueva consola, la aparición de ese flamante periférico... Imaginad lo que suponía: de pronto unas cien páginas cargadas de novedades, los primeros análisis de esos videojuegos que esperábamos afanosamente, los avances en exclusiva de títulos de los que ni teníamos constancia, todo de golpe tras ir corriendo al kiosko.

Ahora las revistas impresas apenas contienen publicidad, las empresas consideran que tienen pocos lectores. Yo mismo sólo hago acopio de ellas cuando voy a la playa y quiero tener algo que leer sin poner en riesgo la tableta o el móvil. Y eso se debe a que, con la llegada de internet, han surgido no sólo revistas digitales, sino toda clase de medios para estar a la última sobre nuestras aficiones.

Sinceramente, ¿quién nos iba a decir hace años que podríamos ver en directo conferencias que tienen lugar en otros continentes? Pero así es. Y estos certámenes tienen un valor añadido: se parecen a las viejas revistas de la prensa. ¿Por qué? Pues sencillamente porque recogen de golpe, en el tiempo mágico que duran, un montón de novedades de las que a menudo no hemos sabido nada. Las conferencias son como las viejas revistas, pero en vez de pasar páginas lo que pasan son los minutos, y vamos viendo trailers de juegos con ánimo renovado.

Sin embargo, estoy bastante decepcionado. Hace ya un tiempo fuimos a la sala Shoko en Madrid para asistir a un evento de Sony por el E3. Apenas anunciaron novedades de calado. Durante esta PlayStation Experience 2017 pensábamos que algo nos dejaría con la boca abierta, pero tampoco ha sido el caso. Mi participación en Sonyers, podría decirse, ha coincidido con las presentaciones más descafeinadas que se recuerdan.

La conferencia de esta PlayStation Experience, presentada por Shawn Layden y Mark Cerny, tenía un cariz que iba a mantener durante toda su duración, tratándose más bien de una tertulia entre personalidades del mundo de los videojuegos. Ahí apareció la gente de Guerrilla, la de Santa Monica Studio, la de Media Molecule y la de Kojima Productions, bueno, de hecho apareció el propio Kojima-san con un artefacto ortopédico en la espalda, en clara referencia a su próximo juego, Death Stranding.

El problema es que toda esta gente, hablando distendidamente, no hizo sino presentar lo ya visto. Mientras las palabras brotaban, los foros de internet mostraban la impaciencia de los usuarios: “¿dónde están los trailers?”, decían casi todos. “¿Van a decir algo sobre lo nuevo de From Software?", “¿se sabe algo de ese juego de VR desarrollado por dos creadores legendarios?”.

Y la verdad es que no señores, no se supo nada. De hecho, la conferencia sí arrancó con unos vídeos donde nos presentaron unas novedades bastante interesantes para PlayStation VR, pero en ese momento cualquiera hubiera pensado que aquello era el aperitivo a una serie de bombazos posteriores. Sin embargo, entre charlas y risas, volvimos a ver imágenes de Horizon, volvimos a ver lo mismo de God of War, y también lo mismo de Dreams y Death Stranding que habíamos visto hace apenas unos días en los Game Awards. No eran trailers extendidos, no era nada nuevo. Al menos nos despidieron con el anuncio de un nuevo Medievil, que por otro lado no deja de ser un refrito más.

Así que mi artículo de opinión tiene que ser sincero, como nos gusta en Sonyers. Pobre del que se quedó hasta las 7 de la mañana para ver en directo la presentación, ¡y no digamos del que se levantó a las 5!

Sólo hace falta comparar la cantidad y calidad de los anuncios de esta edición con la que se celebró hace un año, una conferencia de verdad donde se sucedían tráilers y más tráilers de auténticas joyas, muchas de ellas presentadas por primera vez como Uncharted: El Legado Perdido, Wipeout Omega Collection, Crash Bandicoot N. Sane Trilogy, Ace Combat 7, Knack 2 o Marvel vs Capcom Infinite, y donde pudimos ver nuevo material de Resident Evil 7, Ni no Kuni 2, NiER Automata, Gran Turismo Sport, NioH, Yakuza 6, Horizon Zero Dawn... ¡y hasta el primer vídeo sobre The Last of Us 2! Os animo a que entréis aquí y comparéis con esta PSX... no hay color.

En los días siguientes, la PlayStation Experience nos ha dejado algunos anuncios, como el desarrollo de 2064: Read Only Memories para PlayStation Vita -¿tanto les costaba meterlo en la conferencia principal y disimular un poco lo abandonada que tienen esta consola?- o de Patapon Remastered 2 para PlayStation 4. También hemos visto una emotiva reunión de la gente de Naughty Dog, y hemos podido saber algo más del prometedor Ghost of Tsushima o del interesantísimo Blood & Truth, este último para la realidad virtual de Sony.

Puede que me deje algo, pero seguro que no se me ha pasado ningún anuncio fundamental, sencillamente porque no los ha habido. Este certamen ha sido más bien un repaso de lo que ya sabíamos y, por no aportar, ni siquiera ha aclarado las fechas de salida de algunos de los videojuegos que esperamos como agua de mayo. Así que, volviendo a la analogía con las revistas impresas, ha sido como una de esas en las que apenas hay nada nuevo, y notas a la legua que se han introducido páginas de relleno por todos lados.

De esta PlayStation Experience 2017 me quedo con un dato positivo: la tremenda salud de que goza la marca PlayStation. Mientras que Microsoft se ha empeñado en fabricar una máquina potentísima para hacer funcionar mejor los juegos multiplataforma, lo que aquí tenemos es a estudios de calado, first o second parties de Sony, que visto el panorama - y con permiso de Nintendo, que desde hace tiempo va por libre - aseguran la hegemonía de la marca PlayStation durante muchos años, con exclusivos que, no lo olvidemos, están corriendo en una consola que ha llegado a venderse por 250 euros de oferta.

También me alegra el claro apoyo a PSVR, no sólo con el anuncio de novedades o las agresivas campañas de cara a Navidad, sino con detalles como ofrecer el modo de realidad virtual para Wipeout Omega Collection de forma gratuita a quienes ya tienen el juego. Bravo.

A ver si, para el próximo E3, Sony vuelve a invitarnos a algún evento y, entonces sí, salimos con las mandíbulas desencajadas de las novedades alucinantes que veamos y ni podemos mantenernos sentados de la emoción... Esa es otra, la próxima vez que vea un montón de sillones en el escenario echaré a correr... pero en sentido contrario.