Ayer tuve la oportunidad de acudir a la sala Shoko, en Madrid, donde Sony nos había invitado a presenciar la emisión de su conferencia en el E3 por todo lo alto. Voy a contaros un poco cómo estuvo el ambientillo, y luego voy a daros mi punto de vista sobre la conferencia en sí.

Nada más llegar, lo primero que llamaba la atención era la mucha gente congregada. Por suerte la espera se hizo corta, y los aficionados allí reunidos no tuvimos que esperar mucho para acceder al recinto. Dentro, como bienvenida en una especie de acceso, unas cuantas PlayStation 4 dispuestas lateralmente, entre las que destacaba una con el flamante Tekken 7. Y después, ya dentro en el salón, un par de PS4 más con el Gran Turismo Sport y otras cuatro con sus correspondientes cascos PlayStation VR y varios juegos.

Como habréis adivinado, el tema de los juegos era un aliciente, pero obviamente no podría haber entretenido a toda la gente allí reunida durante casi tres horas. Así que, además de las pequeñas colas que se formaban para echar unas partidas, no faltaban la buena música, las charlas entre aficionados y, por supuesto, los camareros que amablemente nos ofrecían tanto bebidas como unos aperitivos muy buenos y que, de puro abundantes, acabaron repartidos por unas mesitas para gozo de los más comilones. Como si no fuera bastante, hasta las 2 am había barra libre, por si alguien quería tomarse unos copazos.

En medio de todo esto, desde el estrado nos dieron una amable bienvenida, nos invitaron a participar en varios concursos y nos entretuvieron con algunos monólogos. Los concursos merecen una mención especial, ya que eran aparentemente sencillos para los pedazo de premios que se ofrecían. Yo mismo Llegué a participar en uno de Wipeout Omega Collection y, de haberlo sabido antes, ¡me habría entrenado un poco! El ganador se llevó una PlayStation 4 Pro, casi nada. También hubo un concurso de Tekken 7, cuyos finalistas fueron una pareja donde el chico se impuso por muy poco a su novia en un duelo apasionante, un concurso de cosplays, un concurso en Twitter y otros dos allí en directo, mediante sorteo. Vamos, que regalos no faltaron.

Luego, tras ir y venir, después de unas tres horas que pasaron sorprendentemente rápido, llegó EL MOMENTO. Todos nos habíamos congregado allí para lo mismo: presenciar en directo la conferencia de Sony en el E3 2017. Así que voy a hablaros ahora de mi franca impresión al respecto.

Impresiones de la conferencia de Sony

En la sala habían dispuesto un montón de sillas que misteriosamente salieron de la nada antes de que nos diéramos cuenta, cuando estábamos un rato fuera tomando el aire. Debo confesar que entre sentarme y jugar una partida (¡por fin!) al Tekken 7, me pudo la vena jugona. Aún así, encontré un banco lateral perfecto para ver la conferencia. Algunos permanecían en pie, otros apuraban los últimos minutos para pedir una bebida. Y entonces se hizo el silencio.

Sobre la conferencia no tendría sentido hacer un análisis al uso porque a estas alturas ya sabréis todo lo que han presentado, las novedades y las no tan novedades. Prefiero transmitiros mis sensaciones, que fueron agridulces.

Dulces, porque es imposible ver más de God of War, de Days Gone, de Spiderman o de Detroit: Become Human y decepcionarse. Agrias porque hubo algunas ausencias sonadas y pocas novedades de calado.

De todo lo que vi, me quedo sin duda con el remake de Shadow of the Colossus, un juego que en su día confieso haberme perdido, y no por falta de ganas. Fue con diferencia lo más inesperado y aplaudido. Otra gran sorpresa para mí fue el anuncio de Skyrim para PlayStation VR: la posibilidad de jugar a semejante obra maestra en realidad virtual compensa hasta cierto punto la decepción por no haber sabido nada de un posible Fallout 4 VFR en las gafas de Sony. Sea como sea, con éste ya son dos (el otro es Resident Evil 7) los juegos triples A que vemos en PlayStation VR, y curiosamente ambos son juegos de third parties que además se pueden jugar en la tele: quizás esto debiera dar algunas pistas a Sony sobre por dónde pasa el futuro de este periférico, al menos a medio plazo.

Digo esto porque, de lo demás anunciado para PlayStation VR, quitando un juego de Supermassive Games de temática terrorífica y bastante buena pinta, el resto fueron desarrollos exclusivos para las gafas, que sin embargo no lograban disipar ese aire indie ya tan característico. Había entre ellos uno de disparos que seguramente será compatible con el Aim Controller, pero no puedo decir que me transmitiera muy buenas vibraciones. Y luego la gran ausencia: ¿dónde está ese proyecto de realidad virtual en el que estaba trabajando Santa Monica Studio? Ni idea. Al menos, parece que PlayStation VR tendrá otro año para ver si despega.

Volviendo a los juegos de la tele, también hubo otras ausencias sonadas, como The Last of Us 2, y desgraciadamente no se confirmaron esos rumores de que veríamos un Bloodborne 2, de hecho, por ver, no vimos nada de From Software en la conferencia de Sony. A cambio, nos presentaron una expansión para Horizon Zero Dawn con muy buena pinta, pero que no podía saciar las ansias de verdaderas novedades. No olvidemos que el Shadow of the Colossus, del que ya he hablado antes, no deja de ser un remake.

El resto fueron más vídeos de todo lo que ya habíamos visto en el E3 del año pasado, con un decepcionante 2018 como fecha de lanzamiento en la mayoría de casos. Esto me hace pensar en un artículo que tengo entre manos sobre los exageradamente abultados tiempos de desarrollo que necesitan los juegos en la actualidad. Lo visto, eso sí, dejaba con la boca abierta, pero obviamente ya no podía sorprender.

Una vez finalizada la conferencia, personalmente me marché rapidito como había llegado, y en el camino de vuelta tuve una charla con mi amigo Bernie, quien es un pecero convencido y me decía: “veo que los juegos de consola son películas”. Lo cierto es que, aunque defendí PS4 a capa y espada como buen sonyer, no pude evitar pensar que algo de razón tenía.