Hace dos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que había finalizado su 11ª Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11). Y como podíamos sospechar después de ver su borrador de diciembre, se ha incluido la adicción a los videojuegos a su sección de trastornos adictivos.

A pesar de algunas quejas de distintas partes, incluyendo la Entertainment Software Association, la OMS ha decidido seguir adelante y mantiene este trastorno en sus clasificaciones finales.

Al albergar casi 55000 problemas médicos, el ICD-11 se utiliza para la atención clínica, la investigación y rara vez recibe revisiones importantes, por lo que es un gran problema que la adicción a los videojuegos figure entre sus páginas.

Los síntomas de este trastorno

De acuerdo con el ICD-11, el trastorno de juego se caracteriza por el siguiente comportamiento:

El trastorno de juego se caracterizado por el patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente ("juego digital" o "videojuego"), que puede ser online (es decir, a través de internet) u offline, manifestado por: 1) control alterado sobre los juegos (por ejemplo, inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación, contexto); 2) aumentar la prioridad otorgada a los juegos en la medida en que los juegos tengan prioridad sobre otros intereses de la vida y actividades diarias; y 3) continuación o escalada del juego a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas.

El patrón de comportamiento es de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes. El patrón de comportamiento de juego puede ser continuo o episódico y recurrente.

El comportamiento de juego y otras características son normalmente evidentes durante un periodo de al menos 12 meses para que se le asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse su se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.

La ICD-11 no se adoptará formalmente por los países miembros de la OMS hasta el próximo año y no se adoptará completamente hasta enero de 2022. Pero aun así, la revisión final ha sentado las bases para que la adicción al juego sea oficialmente tratada y categorizada como un desorden.

La incorporación de este desorden a la lista de enfermedades permite a las personas que sufren el trastorno contar con ayuda de forma oficial, dado que el sistema sanitario lo reconocerá como una dolencia y quedará cubierto por la seguridad social y los seguros médicos.

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