Junto a las primeras impresiones que hemos compartido con vosotros sobre Farpoint, el otro juego que han mostrado en el evento PlayStation VR Journey ha sido StarBlood Arena, de WhiteMoon Dreams. Había cuatro puestos para los valientes gladiadores que, en un modo deathmatch llamado "masacre", nos íbamos a machacar sin orden ni concierto.

Aunque lo que nos han dejado probar no pasaba del mencionado modo, un servidor sabía que el juego mostrado era el mismo que podréis comprar este mismo mes, es decir la versión final. Así que, aprovechando que otros jugadores se estaban poniendo las gafas PlayStation VR y yo me había quedado ahí sentado para echar mi segunda partida, he estado navegando un poco por los menús, y os confirmo que habrá un modo para un jugador con diversos desafíos y bots controlados por inteligencia artificial.

Pero volvamos a lo probado. Señoras y caballeros, esto pinta muy bien. Vamos a dejar claro que este juego es apto sobre todo para los amantes de las partidas multijugador, pues de eso se trata. La coletilla "Arena" recuerda al Quake III Arena, y si lo hubieran llamado "Tournament", pues más de lo mismo con la saga Unreal: el caso es repartir estopa, a bordo eso sí de unas chulísimas naves espaciales.

Lo primero que llama poderosamente la atención de StarBlood Arena es el carisma que desprende. No me extraña que David Lee, diseñador del juego y presente en el certamen, tuviera esa sonrisa de satisfacción: sabía que el juego nos iba a gustar, y tenía razón. Los personajes son extremadamente carismáticos, al estilo Overwatch, y en mi opinión sin nada que envidiar al juego de Blizzard en este sentido. Desde una atractiva pelirroja hasta una especie de orangután azul, pasando por toda clase de alienígenas y androides, a cada cual con más personalidad, creo haber contado nueve personajes distintos (¿tal vez diez?), cada uno con diversos trajes a desbloquear.

Si los pilotos derrochan carisma, sus naves no iban a ser menos. Cada una mola más que la anterior, si se me permite la expresión. Según las vas pasando, absolutamente todas consiguen despertar una exclamación de asombro. Por supuesto, cada una tiene su tipo de armas, confiriendo personalidad propia a cada piloto y su nave espacial. Además, podrán personalizarse con patrones, colores y accesorios. Por si no os habéis percatado ya, los desbloqueables serán uno de los grandes alicientes del juego.

En la pantalla de espera para iniciar el modo deathmatch, los personajes aparecen en unos podios y cada cierto tiempo hacen un movimiento. Os aseguro que consiguen arrancar una sonrisa de lo bien hechos que están y la personalidad que tienen. Por si esto fuera poco, si miras alrededor, apreciarás unos gráficos muy cuidados, con un efecto aliasing (los feos dientes de sierra) poco pronunciado, y por supuesto habiendo probado el juego en PlayStation 4 normales y corrientes, de toda la vida que diría nuestra abuela.

Ya en faena, la primera sensación recuerda a RIGS: Mechanized Combat League, por estar en una especie de cabina a cuyos lados vemos las enormes armas que manejamos, y que se mueven junto a nuestra cabeza, además de nuestro propio cuerpo si miramos hacia abajo. Sin embargo, esta vez no estamos a bordo de un robot, sino de una nave que se desplaza en cualquier dirección, así que además de al frente, tendremos que prestar atención hacia todas las direcciones. De hecho, el escenario que he probado era, como mínimo, igual de vertical que de horizontal.

A falta de ver cuántos modos de juego ofrece para las partidas multijugador, podemos desde ya adelantar que StarBlood Arena tiene madera de ganador. Sería un verdadero desperdicio que una jugabilidad tan cuidada, y un diseño de niveles y personajes tan soberbio, acabaran lastrados por la escasez de modos o lo repetitivo de los mismos.

Confiemos en que no sea el caso y este juego se posicione como referente en su género de cara al futuro de la realidad virtual.