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Llevan pocos días entre nosotros, pero hemos podido probar el nuevo dispositivo de Realidad Virtual y, tal y como nos gusta hacer en Sonyers, vamos a contaros qué nos han parecido. También tenemos que decir en nuestra defensa que no es fácil explicar con palabras lo que uno ve y siente al ponerse el casco, pero intentaremos hacerlo de la mejor manera posible.

En primer lugar, cuando lo sacas de la caja, tienes una sensación extraña y contradictoria: son demasiados cables y eso frena tus ganas de probarlas justo en ese momento. A su favor tiene que todo viene muy bien explicado y colocado, por lo que no tiene pérdida.

En un principio, cuando fui a colocarme las PS VR por primera vez me daba la sensación de que eran demasiado frágiles, pero cuando las observé bien me di cuenta de que no era por un tema de mala calidad, sino más bien por un tema de flexibilidad y comodidad. Tienes dos movimientos posibles: colocarte las gafas y apretártelas con una rueda blanca y echar el visor hacia delante y hacia atrás con el fin de pegártelas bien a la cara y que no te entre luz del exterior. Me pareció, cuando me las puse varias veces, tremendamente fácil colocártelas correctamente.

Todavía no estaban encendidas, no podía ver nada, y cuando le di al botón del dispositivo... fue una pasada. Veías como una enorme pantalla de cine, con el menú de PS4 en tamaño gigante. ¿Y ahora qué? Las configuramos de manera sencilla y nos lanzamos a probar todas las demos disponibles hasta el momento. El primero, la demo Kitchen, de Resident Evil 7. Es una auténtica pasada, pues la sensación de inmersión en el juego es muchísimo mayor de lo que imaginabamos, e incluso creíamos que podíamos tocar y alcanzar las cosas de nuestro entorno (si no tuviera las manos atadas). Después vimos algunos cortos en realidad virtual, y nos lanzamos a probar todas las demos del disco.

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Fue en ese momento en el que observamos que la calidad de la demo Kitchen era bastante inferior al resto: los contornos de los objetos mucho más definidos y un efecto estereoscópico menos agresivo. En este momento entendimos que la calidad de las gafas dependerá de una manera muy directa del trabajo de optimización de los desarrolladores. Veamos qué nos depara el futuro de los videojuegos.

A nosotros, durante el rato que las tuvimos puestas, nos parecieron tremendamente cómodas. Son grandes, y te imaginas que van a pesar, pero no. Son muy ligeras. Y en cuanto a los mareos, no notamos nada. Estuvimos de pie y no tuvimos que hacer movimientos bruscos, pero el caso es que no tuvimos ningún problema durante la hora que estuvimos con ellas.

En general, y a modo de conclusión, la sensación fue tremendamente buena. Nos han gustado muchísimo y nos han sorprendido gratamente. Esperemos que Sony sepa sacarles partido, las aprovechen y que los desarrolladores hagan auténticas maravillas con el dispositivo. Eso sí, quizá tengamos que esperar un poco hasta poder comprobar el verdadero potencial de las gafas.

Os mantendremos informados de todo lo que vayamos conociendo y de las últimas novedades, y si nos dejáis algo más de tiempo para probarlas, os traeremos un análisis detallado del dispositivo.

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