Introducción

Está claro que no todos tenemos los mismos gustos y, aunque evidentemente hay unas realidades más objetivas que otras -quizás simplemente por cuánta gente opina en la misma dirección-, me niego a meter Vane en el saco de los malos juegos, a pesar del varapalo que se ha llevado entre la crítica en general.

Puede que este comienzo para una review parezca toda una declaración de intenciones. Efectivamente, lo es: Vane me ha gustado, lo digo de antemano.

Vane 1

Lejos de querer parecer alternativo con mis análisis, lo cierto es que casos como el de Beat Saber, a mi parecer excesivamente alabado por casi todos, o el de Squishies, mucho mejor tratado de lo que en mi opinión se merece, por no hablar del de este Vane, me hacen entender que para gustos los colores.

Así que vamos a adentrarnos en el título que nos ocupa, esperando saber explicar por qué pienso que merece la pena, al menos para un determinado grupo de jugadores.

Aquí no dan nada mascado

Que Vane ha entrado por los ojos a raíz de las imágenes y vídeos distribuidos es un hecho. Que ibamos a encontrarnos con un juego tan atípico era algo del todo inesperado, que sin duda le ha pasado una factura considerable.

En Vane no sabemos nada de nada: quiénes somos, dónde tenemos que ir, para qué exactamente... nada. Hay otros títulos que plantean unos antecedentes similares, buscando sin duda despertar el interés del jugador ante lo desconocido.

Vane lo hace de una forma especialmente cruda, ya que a la falta de información suma unas mecánicas jugables que no son para nada intuitivas. En definitiva, no está muy claro qué diantres debemos hacer.

Con un poco de paciencia

Lo dicho anteriormente puede desalentar a más de uno, y es justo decir que lo hará con bastante razón. Al principio iremos avanzando como buenamente podamos, en parte preguntándonos por y para qué.

En mi opinión los desarrolladores, la gente de Friend & Foe (varios llegados del prestigioso Team ICO), han considerado que el notable aspecto visual de Vane iba a ser un gancho suficiente; pero en estos tiempos en que mucha gente busca la inmediatez, pedir al jugador que dé vueltas sin un objetivo, ni tan siquiera el simple hecho de avanzar en una dirección clara, puede tener un coste muy alto.

Vane 3

Sin embargo, los jugadores que se empeñen en desentrañar los misterios de este mundo a medio camino entre lo sobrecogedor y lo mágico, poco a poco van a ver recompensada su paciencia.

De una forma muy sutil, cuando queramos darnos cuenta la sensación de extrañeza va a dar lugar a un verdadero interés. Poco a poco todo irá cobrando sentido, empezaremos a entender mejor el por qué de las cosas y, cuando queramos darnos cuenta, estaremos completamente sumergidos en esta aventura. Es entonces cuando brilla con luz propia.

Cámara y controles

Tanto la cámara como los controles han sido unánimemente puestos a caldo entre la crítica. El argumento detrás es que, si ya de por sí Vane es poco intuitivo a la hora de jugar, unos controles y una cámara poco amigables acaban de darle la puntilla.

Dejadme deciros con franqueza que me parece una exageración. Los controles de Vane no van a pasar a la historia por su perfecta implementación, pero tampoco son para echarse las manos a la cabeza. En algunas partes de la aventura vamos a manejar a un cuervo en pleno vuelo, que es donde más se acusa una cierta falta de precisión; no obstante todo es cuestión de práctica y llegaremos a dirigir al pájaro con bastante solvencia.

Vane 4

Con respecto a la cámara, tengo una teoría muy personal: de alguna forma tiene vida propia, pero creo que es algo hecho a propósito. En Vane no somos realmente el protagonista, sino uno más, como iremos entendiendo a lo largo de la aventura. Aquí el protagonista es el mundo ante nuestros ojos. A veces la cámara busca esta sensación deliberadamente y se aleja de nosotros, otras parece seguir más un acontecimiento del escenario que a nuestro propio personaje. Sea como sea, por lo general acompaña, siendo nuevamente en las partes del vuelo donde más se acusa su falta de precisión.

Gráficos y entorno

Vane tiene unos de los gráficos más sorprendentes que he visto en el buen sentido, pero éstos no pasarían de resultones o llamativos de no ser porque se combinan para ofrecernos unos entornos absolutamente apabullantes por su tamaño, su estética y la magia que destilan.

Vane 5

Como he dicho, es muy probable que Friend & Foe se haya apoyado mucho en el presumible impacto que deberían causar estos entornos, y yo digo que con razón. Journey o Inside quedan un paso atrás en este sentido, sin duda, lo cual bien pensado son palabras mayores. Este mundo me recuerda en parte al del mítico Another World, pero a una escala mucho mayor. Creo que ya sabéis a qué me refiero, pero insisto en que Vane va un paso más allá de todos estos juegos; personalmente recuerdo muy pocos títulos que me hayan cautivado tanto en lo visual.

Entrando en el apartado puramente técnico, aunque hay algunas caídas de frame rate cuando la pantalla está literalmente atestada, por lo general no ocurre. Ojo, porque se ha dicho que este juego tenía los problemas de fps de The Last Guardian y debo aclarar que no es el caso.

Del sonido tengo que hablar aquí, puesto que forma un todo con el apartado visual. Vane sabe cuándo introducir sus melodías, logrando incrementar la sensación de misterio; muchas veces será la propia música la que nos sugiera que vamos bien encaminados, además de suponer toda una recompensa para nuestros sentidos. Los efectos de sonido son como una fragancia indeterminada, como ese perfume cuyo olor no reconoces pero sabes que olía muy bien; en serio, es como si no los recordaras, como si no pudieras identificarlos, pero al mismo tiempo estás seguro de que encajan a la perfección.

Lo cierto es que toda la experiencia audiovisual, a qué engañarnos, es bastante alucinante y sería tremendamente injusto no dejarlo muy claro en este análisis.

Vane 6

Conclusión

Pues sí amigos, para gustos está claro que los colores. Me he pasado Vane del tirón en casi cuatro horas. No es mucho tiempo, gracias a Dios, ya que este juego no se permite caer en la monotonía. Termina cuando debe hacerlo, dejando al jugador que ha aguantado hasta el final con la sensación de haber vivido una gran experiencia.

Vane se las ingenia para ir ofreciendo, con cuentagotas, pequeños alicientes por los que seguir adelante. Si sabemos paladear estas sutiles recompensas, descubriremos mecánicas jugables que cambian completamente, entornos majestuosos y en definitiva una aventura absorbente y cautivadora como pocas. En un momento dado ese juego tan poco amigable, que no daba nada mascado, discurrirá él solo.

Vane 7

Vane es un título a evitar por quienes con todo el derecho esperan una idea clara de qué hacer o al menos a dónde ir; es incluso un juego a eludir por quienes con toda razón buscan unos controles y una cámara que sirva a la jugabilidad ante todo. ¡Y no digamos ya por los amantes de la acción!

Pero me atrevería a decir que es un imprescindible para quienes están dispuestos a perderse (literalmente) en él, porque sólo así entenderán su razón de ser. En definitiva, si te han gustado juegos como Journey, Inside, incluso Flower, dale una oportunidad con los ojos cerrados.