Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Billete Cohete, título actualmente disponible en PC.
Las películas que rompen la cuarta pared siempre me han resultado curiosas, la manera en que la mente pensante detrás de esa idea quiere interactuar con el público, y, en el caso de los videojuegos, hay varios ejemplos que suscitan dicho interés, por ello, os traigo el análisis de Tormenture, un juego español que juega consigo mismo a través de dos mundos.
El estudio sevillano Croxel Studios y Billete Cohete, la incubadora de The Game Kitchen, unen fuerzas para darnos una de las grandes experiencias del año, una mezcla de suspense, terror, y exploración, todo ello contenido dentro de un cartucho antiguo, en la habitación de un joven jugador.
¿Aún no sabéis de qué trata? Bueno pues no os preocupéis, que aquí hablaré de todas sus claves sin estropear las sorpresas que contiene, sin duda es un título que sorprende y atrapa de principio a fin.
El terror de los 80
Corren los años ochenta, y tú, inocente y curioso, decides comprar un juego llamado Tormenture, a priori maldito según los rumores, pero piensas que tu paga semanal está muy bien invertida.
Al parecer todo aquel, o aquella, que lo ha jugado desaparece en extrañas circunstancias, por ello, aumentan las ganas de jugar una partida tras otra para intentar descubrir el misterio. Esta es la premisa del juego, que eleva su interés al saber interconectar el juego que vivimos dentro de la consola de la habitación junto con el propio dormitorio.
Dentro del cartucho nuestra misión es encontrar las cuatro reliquias y dirigirnos al norte, así que podemos explorar a nuestro antojo de forma no lineal para descubrir cada una de ellas en diferentes localizaciones.
Estos escenarios son variados entre sí, con sus propias mecánicas para superarlos, y una ambientación bien marcada, además de darnos situaciones diferenciadas que consiguen captar nuestra atención de forma continua.
Las tierras de Tormenture están plagadas de puzles, enemigos, y personajes con quienes interactuar brevemente pero que pueden soltar pistas para avanzar, o para conseguir los coleccionables secretos del propio juego. El título puede durar alrededor de las 5 horas o 6 horas, pero se alargan muchas más si buscamos los secretos y coleccionables, a cada cual más curiosos que el anterior.
Mira detrás
El siguiente bloque temático de este título, es la posibilidad de desviar la atención de la televisión de tubo de nuestra habitación para observar los detalles de la misma. Un baúl, un “¿Quién es quién?”, instrucciones de usos, cajones bajo llave, y una variedad más de elementos o juguetes pueden formar parte de los puzles que se plantean dentro del cartucho.
Nuestro simpático avatar cuadrado aguanta unos tres golpes, pero siempre que encontremos un reloj hace la vez de punto de guardado, y nos cura todas nuestras heridas. Hay que prestar atención al uso de las herramientas que ofrece el juego, ya que todo tiene su solución si sabemos usar nuestra materia gris.
Pero lo interesante de su planteamiento es que hay un “viceversa” es decir, el juego no está exento de sustos debido a que los personajes o situaciones pueden trascender a nuestro habitáculo dentro de la experiencia.
La parte buena es que no abusa de todo ello, y sabe mantener el perfecto equilibrio entre querer pasarnos el juego del cartucho, y descubrir todos los secretos que esconde nuestra habitación, diferenciadas sobre todo por su evidente apartado gráfico.
La narrativa sabe expresarse por capas, y construye una gran atmósfera tanto dentro, como fuera del cartucho, aportando momentos inquietantes que tiene relación con lo que quiere contar, y se transmite a través de varios finales, los cuales son interesantes de descubrir.
Un juego dentro de otro
El juego de 8 bits que plantea Tormenture es todo un homenaje a títulos clásicos como los vistos en la primera Atari, con ese toque de elije tu propia aventura gracias a darnos la posibilidad de movernos con libertad.
Para avanzar en algunos momentos debemos encontrar la herramienta adecuada, una llave que abra una puerta determinada, o simplemente acabar con el boss de turno para conseguir una de las reliquias, jefes que tienen unos patrones muy marcados que debemos estudiar, y que ponen a prueba todo lo que hemos aprendido en esa zona concreta.
La jugabilidad es sencilla y fácil de comprender, en el juego de 8 bits hay pocas teclas para usar, como moverse, y otra para equiparse objetos del suelo, y fuera de la pantalla interna, nuestro protagonista solo puede mirar alrededor de donde se encuentra sentado, pero si llega a casi todos sus recovecos para accionar elementos, u objetos.
Esta forma tan sencilla que tiene de expresarse, consigue trasladarla hacia la parte jugable, donde no es difícil entender sus intenciones, pero plantea situaciones complejas, puzles interesantes, y momentos donde nos sentiremos unos aventureros o aventureras natas.
A la mayoría de enemigos solo podemos esquivarlos, ya que no portamos un arma principal, pero consigue que hasta esto sea divertido, por buscar las formas de esquivar ataques a corta o larga distancia, o movimientos llenos de patrones, o sorpresas.
Apartado gráfico y sonoro
A nivel visual no hay queja alguna, el juego de 8 bits es sencillo, pero tiene todos los elementos para darle ese toque retro que le sienta tan bien, y aprovecha bien sus mecánicas para elevar la experiencia general en conjunto con lo visual.
El modelado 3D de la habitación también muestra un gran trabajo, donde destaca el sistema de iluminación, así como el de las diferentes texturas de los juguetes, y la manera en que podemos interactuar con ellos de manera tan orgánica.
En el apartado sonoro esta dotado de temas clásicos propios de la época, pero no deja de lado piezas musicales con más instrumentos para aportar la tensión necesaria en cada momento. En términos de accesiblidad hay mucho que mejorar, ya que no dispone de modificación del tamaño de los textos, opciones de alto contraste, o notificaciones sonoros o visuales, entre otras medidas importantes.
Conclusiones
Tormenture entiende bien todo lo que quiere transmitir, el misterio que envuelve cada paso y cada mecánica es digna de aplaudir, sobre todo en aquellos momentos donde se interconectan los dos mundos, y es necesario resolver un puzle fuera del juego de cartucho.
Ver como han creado una gran sintonía entre dos tipos de estilos de juego diferentes, tanto a nivel gráfico, como jugable, da esperanzas para que comience una corriente de este estilo dentro del género, al igual que ya vimos en Among Ashes, que se pueden generar ideas muy originales, y que encajan muy bien con el género de terror.
La forma en que el juego tiende a relacionarse con el entorno de la habitación es de una gran destreza a varios niveles de programación, y de diseño, además de mostrar un formidable apartado artístico, sin dejar de la lado la diversión que supone jugar cada tramo, y encontrar cada reliquia.
Si buscas una aventura diferentes pero clásica, con toques de un género que tiene aún mucho que contar como es el terror, además de interesarte por las historias llenas de capas cual matrioshka, estas de suerte, tienes un gran aliado en Tormenture.