Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Cosmocover. Juego disponible en PC, Nintendo Switch (versión analizada), PlayStation 4 y Xbox One.

Lo retro siempre vuelve, y en los últimos años también se ha demostrado que, si se le pone cariño, siempre funciona. Lo hemos visto en ese Final Fantasy VII Remake, en el regreso de Resident Evil 2 y 3, pero también en algunos grandes remakes como los de Spyro the Dragon o Crash Bandicoot.

La experiencia también nos ha mostrado fracasos, regresos fallidos, estudios que aprovechan el buen nombre o el buen recuerdo de una saga para lanzar cualquier cosa. El usuario es exigente, quiere que su recuerdo no se empañe, y penaliza las adaptaciones hechas a desgana.

Por suerte parece que Lizardcube y Dotemu (Wonderboy: The Dragon’s Trap), hablaron con SEGA y le aseguraron que todo un Streets of Rage 4 recibiría tanto cariño que ningún fan - y los hay a millones, menuda saga mítica - quedarían insatisfechos.

¿Lo habrán cumplido? Vamos a comprobarlo en este análisis.

Streets of Rage 4: Vuelve un clásico de los beat'em up

Reconozco que soy muy fan de los beat'em up, el género de "yo-contra-el-barrio" en el que varios personajes a elegir van repartiendo puñetazos y patadas a una sucesión de maleantes, a menudo clónicos y con un pésimo gusto para vestir, mientras avanzamos por fases hasta llegar al malo final.

El género tiene grandes exponentes, ahí están los Double Dragon, Final Fight, Golden Axe, Cadillac & Dinosaurs... y por supuesto Streets of Rage, uno de los más queridos de Mega Drive y que contó con tres entregas y distintos recopilatorios, el último el de Sega Mega Drive Ultimate Collection para Xbox 360 y PlayStation 3.

Todos ellos siempre han tenido ciertos elementos en común, aspectos muy reconocibles. Barrios marginales, pandilleros con barras de energía de distinta longitud y color, esquemas de control sencillos (puñetazo, patada, ataque especial que consume vida), cajas y barriles que nos dan dinero/puntos y comida... todo el mundo los reconoce, y es difícil que un juego del género se salte esas "reglas de oro".

Hemos visto varios beat'em up esta generación: Fight N'Rage, Dragon's Crown... algunos de ellos han llegado de estudios indie y la mayoría han sido bastante notables, pero tal vez con Streets of Rage 4 estemos ante el mejor juego de este género en los últimos años.

Su historia... no esperéis nada espectacular

Otra de las señas de identidad del género es que los guiones suelen ser flojos, un argumento a menudo común en el que unos pocos justicieros deben terminar con una situación de caos que tiene en jaque a la policía, rescatar a un rehén, o evitar que algún maníaco complete sus malvados planes.

En este caso el título transcurre 10 años después de los hechos acontecidos en Streets of Rage 3, donde vuelven Axel Stone, Blaze Fielding y Adam Hunter junto con dos nuevos personajes: la hija de Adam, Cherry y su guitarra, además de Floyd Iraia, mejorado cibernéticamente por el doctor Gilbert Zan y con dos grandes brazos biónicos.

Mr X es historia y la paz ha reinado en la ciudad... hasta que sus hijos gemelos, Mr y Ms Y, salen a la luz con una poderosa arma de control mental capaz de hacer que todos en la ciudad quieran atacarnos, incluyendo policías y antiguos aliados.

Sin entrar en spoilers, esos aliados serán a menudo jefes de final de fase, y al derrotarlos se unirán a nuestro equipo, por lo que ampliaremos fuerzas y posibilidades.

Modos de juego

El título ofrece un Modo Historia contado con cinemáticas de imagen fija y dibujadas con el mismo arte general del juego, una campaña en la que descubriremos la historia a lo largo de sus 13 fases, y que no nos llevará más de 2-3 horas completar, una duración estándar para este tipo de juegos y que lógicamente dependerá de tu pericia y grado de dificultad.

Aunque sea una duración escasa, por suerte contamos también con distintos modos adicionales, como un combate contra jefes, modo 1v1 como si de un juego de lucha se tratase, posibilidad de seleccionar un nivel concreto y un curioso Modo Arcade donde tendremos que completar las fases con un único personaje y sin continuaciones, como cuando estábamos en las recreativas y solo teníamos una moneda.

Además, hay que tener en cuenta que el juego puede disfrutarse de forma sola o en cooperativo, con un local de 4 jugadores y un coop online de 2... no entiendo muy bien esa reducción, pero tampoco la considero muy importante.

El poder disputar solos o en cooperativo, los distintos modos y los desbloqueables (como los personajes en sus versiones originales con sprites, o las bandas sonoras originales de los dos primeros juegos) hacen que la vida útil del juego crezca. Alguno puede pensar que aún así es un juego corto, pero hay que tener en cuenta que su precio de salida son 25 euros, nada de 70, así que creo que hay un balance diversión/precio bastante positivo.

Jugabilidad: Un clásico con variantes

Ya he mencionado que en este género, y más tratándose de una IP tan clásica, los estudios no se pueden permitir grandes innovaciones jugables, y Street of Rage 4 cuenta con unos controles y mecánicas más que reconocibles, aunque eso no ha impedido algunos detalles que se agradecen.

Cada personaje contará con sus propias habilidades, el prota equilibrado, la chica más hábil pero de golpes más débiles, el fortachón... esos no pueden faltar. Tenemos un total de 5 personajes además de sus versiones pixeladas, un número justo y suficiente.

Hay varios detalles que me han gustado. El primero tiene que ver con un botón para coger los objetos, que no se toman en cuanto pasamos por ellos. Esto viene estupendo si queremos apurar antes de tomarnos ese rico pollo que rellenará nuestra vida, o no queremos coger accidentalmente una estrella ninja del suelo para arrojarla.

Otro es el de la recuperación de vida tras un ataque especial. A menudo en el género si usamos ese ataque nos quedamos irremediablemente con menos vida, pero aquí esa porción de barra toma un color diferente y podremos recuperarla si enlazamos golpes sin sufrir daño, lo que hace que se convierta en una opción estratégica interesante que le da más variedad a los combates.

También me ha gustado la posibilidad de poder lanzar los objetos o golpear con ellos, poder coger al vuelo los que nos lanzan y que los propios enemigos también puedan hacerlo (no todos).

Respecto a la dificultad varias cosas que añadir. El título es menos frustrante que otros porque si nos matan no empezaremos desde el principio, sino desde el comienzo de cada fase.

Tras esa muerte, podemos ajustar un nivel extra de ayudas (aparte de los modos fácil, normal y difícil) en el que nos darán vidas extra a cambio de dividir nuestra puntuación final (1 vida = mitad de puntos, 3 vidas = 90% menos de puntos, etc). Los amantes de los retos podrán jugarlo en alta dificultad y sin continuaciones, así que tanto usuarios hardcore como casuals encontrarán su diversión.

Respecto a las sensaciones jugables nos encontramos un título muy fluido, con una gran respuesta a las acciones, un input-lag inapreciable para que cada muerte sea culpa solo nuestra y una sensación de estar jugando a todo un clásico actualizado. Una gozada, vaya.

Un placer para la vista

Respecto al apartado gráfico esa apuesta por ofrecer unos personajes más "cartoon" nos ha gustado, aunque los más nostálgicos siempre pueden desbloquear las versiones pixeladas.

El diseño de niveles y su arte es fantástico, atravesaremos barrios mugrientos y elegantes edificios de oficinas, con secciones en 2D, transparencias, efectos de lluvia... el juego no escatima en detalles y todo luce espléndido, incluso en una Nintendo Switch Lite, la versión en la que lo he probado y que cuenta con una resolución perfecta.

No faltarán los elementos destructibles, la interacción con el escenario, y por supuesto unos jefes de fin de fase de lo más variopinto, algunos geniales como una dominatrix que azota a sus acólitos para "motivarlos" contra nosotros.

Ahh, y si todavía queréis una experiencia aún más retro, el juego cuenta con filtros que hacen que parezca que lo estamos viendo en una televisión de tubo de las antiguas.

Respecto al sonido se ha contado con los legendarios Yuzo Koshiro y Motohiro Kawashima para ayudar al compositor principal, Olivier Deriviere, que ha trabajado en Remember Me o Assassin's Creed IV: Black Flag y que es capaz de ofrecer unas melodías muy propias del género, con ritmos tecno y mucho sintetizador.

Además, el juego permite desbloquear la música de los originales, y los efectos de sonido cuentan con un buen nivel, representando a la perfección las distintas armas, golpes o superficies.

Conclusión

Como decía casi al principio del texto, estamos ante uno de los mejores beat'em up de los últimos años, y todo un imprescindible para el amante del género.

Dotemu y Lizardcube han sabido actualizar los gráficos, ajustar algunos detalles jugables y a la vez conseguir que el juego respire Streets of Rage por sus cuatro costados, logrando que cualquier fan de la saga quede satisfecho y atrayendo a los recién llegados.

Al título se le podría pedir algo más de duración, pero creo que lo que ofrece, y al precio al que lo ofrece, es más que suficiente para recomendarlo. Las calles os necesitan, así que a por él.

Dónde comprarlo

El título está disponible únicamente en formato digital. Lo encontraréis en Steam para PC, PlayStation 4, Nintendo Switch, Xbox One por 24,99€. Además, el juego está disponible gratis si tenéis el servicio Xbox Game Pass.

Habrá, eso sí, una edición física muy limitada creada por Limited Run Games, de la que tenéis todos los detalles en este post.