Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Plaion. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4, PLAYSTATION 5 (versión analizada), XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.

Introducción

Cuando fui a China con mi familia recuerdo haber alucinado con la llamada Ciudad Prohibida de Pekín. Entre las maravillas que atesoraban las murallas del complejo no pasaban inadvertidas las enormes pagodas, a cada cual más bonita.

Aunque mi padre disfrutó como yo de aquel viaje, me dijo algo que supuso un jarro de agua fría, pero sobre todo me dejó pensativo:

"¿Te has fijado en las pagodas? No dejan de ser casas grandes. La idea de los asiáticos de ostentación era una casa muy grande y decorada, o varias casas una encima de otra. No concebían estructuras más complejas."

Proseguimos la conversación hablando de la Gran Muralla, donde también estuvimos, pero era indudable que los palacios chinos no dejaban de ser caserones con su tejado.

¿Por qué os cuento todo esto? Porque Star Ocean: The Divine Force me ha hecho pensar más si cabe en la llamada crisis de los videojuegos asiáticos. Ya sabéis, ese momento acaecido en la generación de PlayStation 3, cuando los desarrollos occidentales eclosionaron en forma de mundos enormes y complejos, mientras que los japoneses parecían estancados. Eran pagodas.

¿Es el caso de Star Ocean: The Divine Force? Acompañadme para descubrirlo, pero ya os adelanto que sí, y del montón.

Star Ocean: The Divine Force 01

Una fórmula agotada

Yo descubrí Star Ocean con Till the End of Time en la venerable PlayStation 2, y el juego me enamoró. La canción de los combates, Cutting the Edge of Notion, no sólo tiene un título flipado sino que está entre lo mejor que recuerdo en JRPG.

De ahí ni me lo pensé y fundí First Departure y Seconde Evolution en la maravillosa PSP. Y creo haber jugado a The Last Hope en PS3, pero fijaos lo que pasa... ni me acuerdo.

Efectivamente los JRPG, antaño las joyas de la corona, empezaban a quedar en evidencia ante obras como The Elder Scrolls, Fallout, Red Dead Redeption, Grand Theft Auto, etc.

De Integrity and Faithlessness pasé por sus malas críticas y, ahora que he jugado a este The Divine Force, me alegro. El caso es que estamos ante una fórmula agotada donde verdaderamente se percibe una limitación creativa.

Star Ocean: The Divine Force 02

¿Mundo abierto? No

Sé que este análisis es muy divagatorio, pero al llegar un poco tarde así por lo menos leéis algo diferente. Estaba pensando en Persona 5 como ejemplo de JRPG bien hecho. Concho, no seas acomplejado: no tienes ni puñetera idea de crear mundos abiertos, pues no lo hagas y potencia las virtudes de lo que sí sabes hacer. ¿Resultado? Juegazo.

Sin embargo Star Ocean: The Divine Force, al igual que Final Fantasy, ha cometido el error de intentar copiar algo pensando que es imprescindible. Si me permitís la comparación forzada, un poco como digo de Sony en mi reciente artículo sobre su trayectoria en los últimos tiempos. En fin, que me pierdo...

Star Ocean: The Divine Force tiene lugar mayoritariamente en el planeta Aster IV; incluso hay todo un mapa que muestra los distintos continentes, pero sinceramente es una puñetera broma.

Star Ocean: The Divine Force 03

Entre los emplazamientos, que vendrían a ser las ciudades y pueblos, lo que realmente encontramos son extensiones de terreno medio vacías que ni siquiera llegan a ser un mundo abierto. Eso por no hablar de que en unas zancadas hemos recorrido cientos de kilómetros sin transición aparente, no es coña.

Por los escenarios hay repartidas unas gemas para potenciar a D.U.M.A., una especie de androide flotante que nos acompaña, amén de algunos items y cofres. Sin embargo su recolección es esencialmente aburrida, no aportando nada.

Star Ocean: The Divine Force 04

En las ciudades sin embargo la cosa mejora. Tenemos los mismos objetos a recoger, pero al menos están más escondidos, vamos saltando entre tejados, hay gente por ahí... tiene más gracia. Y fijaos en lo que pasa: pueblo bien, mundo "abierto" mal.

Hay también algunas pocas mazmorras, por así llamarlas, que sin embargo presentan recorridos y puzles bastante sencillos, no destacando especialmente.

¿Jugabilidad? En pañales

Vale, tenemos sobre la mesa un JRPG con espacios semiabiertos bastante anodinos donde, como os habréis imaginado, hay monstruos a los que machacar por el camino.

¿Qué tal los combates? Mal. Rematadamente mal, diría.

Como tal vez sabéis, Star Ocean: The Divine Force mezcla action RPG y rol tradicional, una fórmula que yo sólo he visto verdaderamente pulida y disfrutable en Final Fantasy VII Remake. El resto es un quiero y no puedo, ni juegos de rol ni beat'em up, aunque acepto que para gustos los colores.

Star Ocean: The Divine Force 05

Lo que no es opinable es que algo falla si, al cabo de unos pocos combates, te das cuenta de que puedes ignorar a tus compañeros caídos (las luchas son de cuatro) y liarte tú solo a mamporros para machacar a todos los malos.

Es decir, es más tedioso intentar curar y resucitar a tus camaradas que pasar de todo e ir a saco. Efectivamente, esto significa que la inteligencia artificial, tanto de amigos como de enemigos, es nula. Apenas te muevas un poco repartirás palique que da gusto, bosses incluidos.

El caso es que una de las habilidades pasivas puede transformar un golpe recibido en vida, y otra la regenera gradualmente. Auméntalas un poco, sube la resistencia y ahí lo tienes: el guerrero definitivo.

Star Ocean: The Divine Force 06

Otro problema de este tipo de juegos es que, al menos en mi caso, al final siempre manejas al mismo personaje, ya que realmente no compensa perder el tiempo en personalizar al resto, así como configurar sus combos, pues la experiencia es esencialmente igual.

Y hablando del resto de personajes, una cosa verdaderamente insufrible de Star Ocean: The Divine Force es que los accesorios se desequipan solos. Esto ocurre cada vez que alguien abandona la party en un momento de la historia, aunque sean cinco minutos, y es algo que sucede constantemente. Al principio intentas acordarte de los accesorios que tenía cada uno, hasta que empiezas a sumar integrantes (llegan a ser ocho) y equipas cualquier cosa. Absurdo.

Por último mencionar en este apartado la existencia de un minijuego de figuritas, llamado Es'owa, que tiene su gracia aunque no pasa de mera curiosidad.

¿La historia? Floja

Vaya, así que hablamos de un JRPG con zonas abiertas anodinas, y encima tiene unos combates insulsos y desequilibrados. ¿Qué tal la historia? Mal.

Como es habitual en la saga, Star Ocean: The Divine Force mezcla partes futuristas con otras en mundos subdesarrollados, y esta idea siempre resulta atractiva.

El inicio es correcto: una nave mercante es atacada por sorpresa y los supervivientes acaban en un planeta cercano. A partir de ahí Raymond, el capitán, conoce a Laetitia, la princesa del reino, y juntos deciden ayudarse mutuamente.

Star Ocean: The Divine Force 07

Sin embargo no pasará mucho tiempo hasta entender que la historia se estira como un chicle para alargar artificialmente su duración. No será raro ir y volver varias veces al mismo sitio para sentir que no hacemos esencialmente nada.

La propia trama en torno al planeta, sinceramente, no es nada del otro mundo, y los personajes implicados en ella, me temo, adolecen de carisma.

Cierto es que vemos algunos destellos, sobre todo hacia el final, pero todos ellos se podrían concentrar en un juego mucho más corto. Y eso que, incluso alargado, Star Ocean: The Divine Force no es un RPG particularmente longevo, pudiendo completarse en menos de 30 horas.

Hay, eso sí, una serie de misiones secundarias para el que quiera entretenerse, pero no aportan esencialmente nada.

Star Ocean: The Divine Force 08

Apartado técnico

No han sido pocos los títulos que se han llevado una buena somanta, pero al menos llegados al tema de los gráficos presentan un buen acabado.

En el caso de Star Ocean: The Divine Force esto es bastante ambiguo. Por un lado tenemos los elementos de la naturaleza, es decir rocas, árboles, esplanadas, flores, agua, cielo, etc. Todo ello está muy bien hecho la verdad.

Luego, a medio camino, están los personajes. Han sido claramente superados por otros juegos que casi parecen animes, pero son decentes, aunque no habrían venido mal unas animaciones algo más naturales.

Por último tenemos las edificaciones, es decir pueblos, ciudades, castillos, etc. ¿No ha habido tiempo? ¿Medios? Quien sabe, el caso es que se sienten como un pegote, luciendo como en un título de PS3. Se salvan las naves y elementos futuristas, pero creo que esto se debe a que son más lisos y tienen menos texturas, dando menos el cante.

Star Ocean: The Divine Force 09

Con respecto al sonido, ahí sí por fin el juego despunta sin ambages. Aunque los temas no alcanzan el nivel escuchado en Till the End of Time, es justo decir que Star Ocean: The Divine Force contiene buenas melodías.

Con respecto al idioma, tenemos voces en inglés o japonés, bien dobladas, y textos en inglés, japonés o francés. Nada de español.

Mención aparte para la vibración háptica del DualSense, ya que está implementada, pero de forma menos exigente que en ASTRO's Playroom o Deathloop.

Conclusión

Star Ocean: The Divine Force tiene el típico suelo a la hora de ser calificado, por eso de pertenecer a una saga famosa. Se ha llevado un porrón de 7 y pico, una nota discreta por cumplir. Creo que este relativamente buen trato también se debe a que su predecesor recibió muchos palos, y un nuevo linchamiento habría sido clavarle la cruz.

Yo sin embargo voy a valorar Star Ocean: The Divine Force como se merece un juego con buenos valores de producción, pero esencialmente aburrido.

Star Ocean: The Divine Force 10

Hace no mucho analicé Valkyrie Elysium, también de Square Enix, y os vine a decir que era un beat'em up disfrazado de action RPG, bastante corto y con una historia mínima. Pero al menos las partes jugables funcionaban.

Star Ocean: The Divine Force tiene una historia más intrincada, aunque no por ello buena salvo en momentos muy puntuales, y a cambio jugablemente es muy flojo, tanto en los combates como en las partes de "exploración". Encima han tenido el cuajo de sacarlo por el 25 aniversario de la serie.

En definitiva, sólo si eres un fanboy de lo japonés y el anime te puede gustar ver a estos personajes arquetípicos en sus correrías. De lo contrario casi cualquier otro juego te proporcionará más diversión.