Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Plaion. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4 y PLAYSTATION 5 (versión analizada).
Introducción
La saga Valkyrie se remonta a los tiempos de la primera PlayStation, con el emblemático Valkyrie Profile desarrollado por tri-Ace.
A lo largo de los años, las entregas de Valkyrie se han hecho de rogar por los aficionados, habiendo apenas cinco si contamos la que nos ocupa en este análisis, Valkyrie Elysium, e incluimos una previa para móviles.
Lo curioso del tema es que, a pesar de girar en torno al género de los RPG, cada juego de la franquicia ha tenido una personalidad muy marcada, siendo bastante diferentes unos de otros.
En el caso de Valkyrie Elysium, lo que tenemos pretende ser un action RPG, aunque la parte rolera se coge con alfileres. Veamos por qué.
El fin del mundo
Valkyrie Elysium nos acerca a la mitología nórdica desde una perspectiva japonesa, lo cual desde luego tiene su gracia.
Concretamente, la aventura se sitúa tras la guerra entre Odin y la loba Fenrir, que ha dejado a ambos debilitados. El Padre de Todos, en un último esfuerzo, crea a la Valquiria, es decir a la protagonista, con el fin de cosechar almas para impedir el temido Ragnarök, o sea el petardazo final que finiquite el mundo.
De este modo, Valkyrie Elysium se ambienta en un Midgard semiderruido, donde apenas hay supervivientes. La Valquiria debe incursionar en estos inhóspitos territorios, dar matarile a todo lo que se mueve y volver a Asgard para reportar.
Esa es la teoría, claro. A lo largo del juego iremos descubriendo que nuestra devoción inquebrantable tiene unos límites, y que tal vez la honorable misión de salvar el mundo no es tan loable como pareciera en un principio.
A paso de caracol
Vamos a parar aquí en seco, porque lamentablemente voy a darle abundantes collejas a Valkyrie Elysium.
El argumento que os acabo de contar avanza a una velocidad exasperantemente lenta, con apenas unas pocas secuencias entre fases. Indudablemente le vas cogiendo el punto, pero pasa un poco como con esa serie que un amigo te recomienda afanosamente porque a partir de la segunda temporada es buenísima. Y la duda que tienes es si realmente es tan buena, o sencillamente tu amigo se ha acabado enganchando como a cualquier culebrón.
Tengamos en cuenta que hablamos de lo que teóricamente se ha vendido como action RPG. Y tan action, porque en estos mundos no hay nadie, siendo páramos desiertos sembrados de monstruos. Cuando al cabo de varias misiones llegas a un pueblo donde sobreviven algunos aldeanos, no te lo pierdas que te hablan desde el interior de sus casas.
El tema es que durante las incursiones podemos recolectar lo que se llama flores exánimes, que conservan el recuerdo de alguien fallecido. Esto añade algo de profundidad al juego, podéis pensar... Bueno, sólo si te interesa leer frases inconexas y aisladas, sin el menor interés, algunas aludiendo incluso a cuánto le gustaban a uno los gatos, o que a otra le estaban saliendo arrugas porque se hacía mayor.
Podría decirse que en Valkyrie Elysium estas flores hacen el papel de los típicos personajes que en todo JRPG están en los pueblos y francamente sólo dicen chorradas, pero ahí por lo menos dan vidilla, adornan. Aquí la tarea es puramente recolectora, para conseguir trofeos. No aporta absolutamente nada.
La parte rolera tampoco se aprecia mucho en los menús, ya que no tenemos atributos de ningún tipo, tan sólo un sencillo árbol de habilidades y la posibilidad de subir de nivel nuestras armas. Luego eso sí podemos administrar objetos, magias y tal.
Entorno desolado y desolador
Salvando las distancias, Valkyrie Elysium me ha recordado mucho a la saga Devil May Cry, con escenarios bastante acotados y zonas que no puedes traspasar sencillamente porque... bueno, pues porque no puedes.
Básicamente nos conducimos por unos yermos pasilleros poco inspirados, a base de luchar contra monstruos para que se abran unas puertas que antes permanecían cerradas. La cosa no tiene más misterio. En las pocas ocasiones en que necesitemos una llava, siempre estará inocentemente "escondida" a la vuelta de la esquina.
En esta parte de avanzar echaremos de menos un minimapa, ya que para encontrar las flores exánimes recurriremos constantemente al mapa, llegando a ser tedioso.
El tema de la exploración se completa con las misiones secundarias, que tienen lugar en las mismas fases que las principales, tras haberlas desbloqueado en éstas. Estos encargos adicionales, algunos bastante pintorescos, nos permiten obtener recompensas en forma de magias, nuevas armas y runas para acoplar a las mismas. Como habréis adivinado, lo que es trasfondo aportan más bien poco.
Acción sin complejos
Puede que ya hayas aceptado lo que es Valkyrie Elysium: un hack'n slash maquillado como juego de rol, quizás por respeto a la saga. Lo malo es que tampoco brilla particularmente en este aspecto.
No se puede decir que el combate esté mal, pero se queda muy lejos de la referencia que he tomado, es decir del ritmo frenético visto en Devil May Cry.
Tenemos varias armas con sus movimientos característicos, así como la posibilidad de usar diversas magias e invocar a los einheriars: cuatro personajes de distintas épocas y lugares, cuyas poderosas almas han conservado la conciencia, prestos a servir a la Valquiria.
Estos einheriars, si me apuras, son de lo poco que añade algo de parte rolera, ya que a veces nos hablan y, además de apoyarnos en combate, también sirven para desbloquear ciertos caminos.
Por otro lado, la acción se ve lastrada por una cámara bastante molesta. Acordaos de mí y activar su autoajuste también para los ataques comunes. Esto salva un poco los muebles.
En definitiva Valkyrie Elysium no tiene un combate excelso, cayendo a veces en la monotonía, pero al mismo tiempo siendo con diferencia lo mejor de la parte jugable.
Apartado técnico
Vale, ya podéis soltar el aire. Técnicamente Valkyrie Elysium raya a muy buen nivel, sin fisuras.
Visualmente tenemos un título muy vistoso, con unos escenarios grandes y elaborados evocando elementos fantásticos. Los personajes no son precisamente carismáticos, pero están francamente bien hechos. Los diseños y dibujos de los menús también molan.
Técnicamente el juego es competente, con un ligero efecto de cel shading para resaltar determinados perfiles. En una PlayStation 5 todo se mueve a unos sólidos 60 fps incluso con la pantalla a reventar de enemigos y efectos varios.
El sonido también brilla, más si cabe que el aspecto visual, sobre todo por unas bellas melodías que acompañan a cada fase y que se aceleran cuando entramos en combate, en una transición que tiene su arte. Las voces de los actores, en inglés o japonés, resultan convincentes, aunque no se puede decir lo mismo de la sincronización labial. Los subtítulos y menús están en perfecto castellano.
Conclusión
En realidad me he extendido mucho, porque a las pocas horas ya captas lo que es Valkyrie Elysium y no da para más ni va a más, a pesar de haber tres posibles desenlaces. Hablamos de un hack'n slash discreto, con personajes poco carismáticos y mecánicas bastante repetitivas, teñido de RPG cuando del género tiene más bien poco.
Como ya he dicho, con el tiempo le vas cogiendo el gusto, tanto a una historia que avanza a dos por hora como a un combate que, insisto, no está mal pero para de contar.
En cualquier caso Valkyrie Elysium me ha hecho pensar en la crisis de los juegos japoneses y por qué, desde la generación de PlayStation 3, fueron ampliamente rebasados por los desarrollos occidentales. Efectivamente cuando juegas a este título te das cuenta de que es una japonesada en el peor sentido, con una concepción totalmente superada.
Si me pones a Seiya de Los Caballeros del Zodiaco lanzando meteoros, o a Goku kamehamehas, o aprovechas alguna licencia con millones de seguidores para hacer este tipo de juegos, todavía entiendes que en cuanto haya un poco de fan service te enganchen.
Por desgracia la saga Valkyrie no es mundialmente conocida, siendo incluso minoritaria, así que se ha rescatado para hacer un título mediocre que no honra su recuerdo. Por otro lado tenemos un apartado técnico muy solvente, que da si cabe más pena porque apunta a un desarrollo donde se ha puesto dinero, pero no alma. Algo irónico en un juego que va de cosecharlas.
