Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital versión 1.1.0 facilitada por Meridiem Games. Título ya disponible en PlayStation 4, Xbox One, PC, y Nintendo Switch (versión analizada).

Sea of Solitude, creado por el estudio Jo-Mei Games, fue presentado por primera vez durante el E3 del año 2018 gracias al programa EA Originals.

Este programa dio la oportunidad a estudios pequeños de hacer juegos, pero sobretodo de contar historias muy especiales a millones de jugadores de todo el mundo. Porque eso es Sea of Solitude, más que un juego es una historia, la historia de Kay, de su familia y de su vida. 

Cornelia Geppert, escritora y directora creativa del juego, presentó Sea of Solitude por primera vez llena de nervios e inseguridades, y fue desde ese momento que supe que estaba ante un juego especial. Uno de esos juegos en los que no echas en falta los disparos, la acción y simplemente dejas que la historia te absorba mientras tomas un café. 

Un mar de detalles 

Kay, nuestra protagonista, despertará en una barca a la deriva en mitad del mar. Este mar desconocido albergará monstruos que deberemos evitar, puzles que resolver y sobre todo, muchas historias que contar. Una luz guiará nuestro camino y deberemos seguirla ya sea andando, nadando o navegando en nuestra barca.

Son muchos los apartados que me gustaría destacar en este juego, pero comenzaré por su apartado gráfico. 

El juego destaca por su maravillosa paleta de colores que varía dependiendo de la situación que nuestra protagonista esté viviendo. En algunas escenas tendremos colores vibrantes y vivos, y en otras, tonos oscuros y apagados que nos transmitirán el desasosiego, la incertidumbre y el terror que estará sintiendo Kay.

Sea of Solitude

La barca será nuestra zona segura. En ella observaremos el mundo desde otra perspectiva al entrar o al salir de ella. Dentro de la barca, nuestra visión del paisaje estará llena de color y vida, pero fuera de ella solo habrá oscuridad e incluso monstruos marinos que acecharán a nuestra protagonista. 

Debo destacar de igual manera el diseño de los monstruos. Todos ellos creados de forma muy particular y en los que predominan dos colores: el rojo y el negro. Estos nos perseguirán a lo largo del juego e incluso habrá momentos en los que debamos hacerles frente para derrotarlos o purificarlos. 

Además de esto, en nuestro recorrido haremos uso de una bengala, que nos permitirá saber qué camino debemos tomar y qué acciones realizar. Esta resultará tremendamente útil si en algún momento no sabes por dónde avanzar o qué camino seguir.

Durante todo nuestro recorrido nos acompañara una maravillosa banda sonora creada por Guy Jackson, en la que predominan el piano y el violín. Sus canciones nos guiarán en nuestra aventura, pero habrá veces que únicamente escuchemos el silencio, el chapoteo de nuestra barca sobre el agua u otros sonidos ambientales que nos permitan perdernos en nuestros pensamientos. La banda sonora de Sea of Solitude sabe exactamente cuándo debe sonar, apoyando maravillosamente el sentimiento que busca transmitirnos cada escena. 

Un mundo metafórico… o quizás no tanto

Sin embargo, pese a que todo lo mencionado anteriormente me haya encantado, nunca todo es perfecto y mucho menos en un juego que trata sobre las imperfecciones de las personas. 

Si tuviese que elegir una palabra que describiese a Sea of Solitude esa sería la palabra metáfora. Todo nuestro recorrido, los monstruos que nos encontramos e incluso nuestras acciones son una metáfora. 

Aun así, el juego no es para nada sutil e incluso me atrevería a decir que en ocasiones infravalora al jugador. El propio juego siente la necesidad de explicar absolutamente todo lo que se le pasa por la cabeza a nuestra protagonista y todas las consecuencias que desencadenan nuestras acciones. En gran cantidad de escenas los desarrolladores tratan de explicarnos que ese mundo de fantasía en el que se encuentra nuestra protagonista guarda relación con el mundo real de alguna manera.

Aun así, esto no tiene porqué ser algo malo, simplemente es una característica del juego que puede gustar más a unos que a otros, y a mí personalmente no me ha terminado de convencer. 

Sea of Solitude

Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo

Durante mi viaje me he encontrado con diversas dificultades, enfrentamientos y puzles, pero una de ellas ha sido especialmente frustrante: subir y bajar de la barca. 

Como he comentado anteriormente, la barca se presenta como nuestra zona segura por lo que habrá que subir y bajar de ella continuamente, y hay determinadas zonas del juego en el que esto se convierte en una auténtica odisea. 

Sea of solitude

Pese a que pulses el botón cerca de la barca o incluso sobre ella, el juego no es capaz de detectar la orden que le estás dando al personaje a no ser que te encuentres situado en un determinado punto. Si a esto le sumamos monstruos marinos que te acechan y acaban contigo en el momento en el que pones un pie en el agua, la situación se vuelve cuanto menos frustrante, viéndote obligado bastantes veces a reiniciar la escena. 

Un viaje necesario

Pese a los defectos anteriormente nombrados, Sea of Solitude cuenta con muchísimas virtudes. Su apartado gráfico es maravilloso y en todo momento logras empatizar con la aventura que estás viviendo. El diseño de los personajes es muy original y cada uno de ellos llama la atención de distinta forma ya que son todos muy diferentes entre sí.

Sea of Solitude

Personalmente, pienso que Sea of Solitude es uno de esos juegos que deberían jugarse al menos una vez en la vida, ya que no solo es un juego muy diferente a lo que actualmente estamos acostumbrados, sino que también es un viaje personal. 

El juego hace pensar al jugador, no solo al resolver sus puzles, sino a la hora de ponerse en la piel de nuestra protagonista. En Sea of Solitude no tendrás tiros, ni escenas de acción que te dejen sin aliento, ni tramas rebuscadas. Sea of Solitude es otra cosa, es un reflejo de nosotros mismos. Kay es la personificación de lo peor de todos nosotros, de nuestros miedos y nuestras inseguridades, pero aun así consigues empatizar con ella y con su situación porque los problemas que te presentan son muy humanos. 

Sea of solitude

Pese a su corta duración (unas 5 horas aproximadamente) es un juego que recomendaría probar, sobretodo a aquellas personas que tengan ganas de cambiar un poco de aires y adentrarse en una historia más personal, de esas que tanto escasean actualmente. 

Dónde encontrarlo

Sea of Solitude salió a la venta en PS4, Xbox One y PC en julio de 2019, como parte del programa EA Originals. Sin embargo, no fue hasta el pasado mes de marzo que el juego vio la luz en la consola Nintendo Switch. 

Esta vez, al contrario que en las plataformas anteriores, el título contaría con versión física y varios aspectos mejorados. En este nuevo Sea of Solitude: The Director’s Cut, cuenta con un guión reescrito, un nuevo y espectacular doblaje al castellano, escenas extendidas y varios cambios más. 

Si queréis darle una oportunidad a esta singular historia, su PVP es de 29,99€ y podréis encontrarla en tiendas y en Nintendo eShop.