Este análisis ha sido realizado gracias a una copia versión 1.31 facilitada por Rayark, título cuyo lanzamiento esta previsto para Nintendo Switch (versión analizada), y PC.

La premisa - curiosa al nivel del género

En este juego, jugamos como un sensible organismo similar a un limo llamado MO, que a título personal prefiero llamarlo Rimuru Tempest (guiño, guiño, chiste interno). Mo despierta en lo que parece ser un complejo científico destruido, conforme avanzamos empezamos desvelar las secuelas de una especie de masacre que diezmó el lugar, un experimento que al parecer resultó mal.

En nuestro avance, obtenemos habilidades que nos ayudan a superar trampas engañosas y enemigos violentos, esto para poder completar una misión que de alguna manera no recuerda nuestro protagonista esponjoso.

Jugabilidad - La combinación perfecta entre divertido y desafiante

El título se enfoca principalmente en el estilo de juego, siendo presentado como un plataformero con acertijos. Obviamente hay enemigos y jefes por enfrentar, mas, la mayoría de estos están incorporados a un acertijo que nos obliga a pensar con calma las cosas y no lanzarnos a tomar por saco.

Cabe mencionar que este juego es un inusual plataformero donde no jugamos como un humanoide o un animal. Así que, algunas de las reglas preconcebidas las tendremos que tirar por la ventana.

Por ello, al ser un limo pegajoso, podemos pegarnos en las paredes o en el techo. Esto no es permanente, con el paso de los segundos la gravedad hará lo suyo y Mo caerá. Eso sí, la ventana es lo suficientemente grande como para permitirnos saltar de pared en pared y hacer cosas que con un personaje humano sería imposible.

Por otro lado, también es posible contraernos y atravesar por pequeñas tuberías, incluso adherirnos en la cabeza de las personas. Cuando digo ‘personas’, hago referencia a los seres parecidos a zombis que pululan en los vestigios que quedan del personal del laboratorio y más adelante nos encontraremos con nativos alienígenas humanoides. Si nos saltamos en su cabeza podemos leer un poco sus pensamientos y tener un limitado control en su cuerpo, como hacerlos caminar y presionar o mover botones/palancas, muy necesario para resolver algunos de los acertijos de la desventura.

Debo mencionar que Mo: Astray no se mantiene estático en su jugabilidad, constantemente se nos presentan nuevas mecánicas de forma muy natural. Aprendemos el doble salto luego del poco tiempo de juego y un poderoso impulso que nos permite atacar a los enemigos, empujar cajas y romper paredes. Más allá de las habilidades obtenidas, hay novedosas mecánicas del entorno que aparecen en determinados momentos.

Temporalmente podemos crear limos clones en ciertas secciones para poder ayudarnos a resolver los acertijos. Acciones como hacer que el clon presione un botón que mantenga la puerta abierta y Mo pueda atravesar. En capítulos posteriores hay una planta que nos engulle y nos escupe llenos de gas como un globo, permitiéndonos flotar en el aire y superar los acertijos.

Genuinamente Mo: Astray me sorprendió con sus mecánicas de juego que me parecieron muy creativas y ocurrentes. Particularmente hubo una pelea de jefe en donde Rimuru digo MO está atrapado en un artilugio circular y los nativos alienígenas intentan matarnos usando torretas. Hay una escena muy flipante en donde tomamos el mando de un mecha muy molón y nos toca arrollar grupos de enojados nativos alienígenas con nuestras ametralladoras gemelas multicañón.

Por otra parte, hay muchas secciones que son frustrantes a un nivel de enojo. Si bien, Mo: Astray es un plataformero de acertijos, la mayoría de los acertijos no descansan en que encontremos la solución, sino en que realicemos las acciones sin morir, la mayoría de las cosas de un golpe nos matan.

Notablemente, hay un tipo de planta purpura alienígena que crece virtualmente en todos lados y que emula los picos vistos en los títulos de la vieja escuela que al tocarlos sufríamos una insta-muerte. Así que, el título usa estas plantas purpuras de manera desordenada para matarnos de forma instantánea.

Y si las plantas purpuras no te matan, entonces lo hará el agua purpura o las paredes electrificadas o los rayos láser o las cuchillas de sierra o los animales acuáticos hambrientos, etc. Siempre nos encontraremos con algo que nos mate instantáneamente. Esto hace sentir que los acertijos que nos tienen en un campo minado con los pies atados. Termina siendo más un juego de plataformas de pixeles perfectos y sincronización perfecta en milisegundos en lugar de encontrar soluciones creativas a los acertijos.

Llegado a este punto algunos de los acertijos solo tienen una solución que hay que realizar, también me encontré algunas secciones, particularmente después de los dos primeros capítulos comencé a notar un sentimiento de repetitividad con algunos acertijos. Ya que había varias instancias donde era necesario encontrar y activar 3 o 4 interruptores o 3 y 4 dispositivos o cosas parecidas antes de conseguir un progreso. Lo ví innecesario y no me hizo sentir el sentido al progreso. Es como si superara un odioso acertijo para después enfrentar un aún mayor odioso acertijo que usa mecánicas parecidas.

No pretendo odiar sin razón, en general, encontré mucha creatividad en las mecánicas y en los acertijos que enfrenté en Mo: Astray. Mas, algunos retos los sentí un poco rastreros y molestos, básicamente por lo fácil que algo nos dé una muerte instantánea. El lado positivo de todo esto es que es juego es bastante generoso con los puntos de control y el autoguardado salva nuestro progreso después de superar cada acertijo llegando incluso a salvarnos en medio de un acertijo (en caso de ser un acertijo prolongado de varios pasos). Lo cual nos salva de vivir muchos momentos de frustración y tiempo perdido al no tener que repetir las partes que ya se habían superado.

La Historia - Fantástico, adictivo y entretenido

MO: Astray definitivamente no está centrado en la jugabilidad. Hay historia, gran parte de esta es presentada como escenas retrospectivas, exploración de entornos y en forma de cómic al final de cada capítulo.

La mayor parte del tiempo la historia se mantiene críptica y nos invita a discernir que pasó en el laboratorio y por qué los nativos alienígenas odian tanto a las personas, y lo más importante quizá, quién somos en realidad y cómo es que somos un ser vivo, un limo pensante con una extraña voz en la cabeza que nos guía todo el tiempo.

Dicho lo anterior, si sois de los que juegan un título por su historia enganchadora, aquí la cosa va para otro lado. Sí, este juego tiene un trasfondo interesante y un mundo bastante curioso, mas, la ejecución no le da protagonismo a esto. Aquí, el plataformeo, los acertijos y el estilo de pelea toman la vanguardia, y la historia es solamente un aperitivo.

En realidad, la curva de dificultad se empieza a sentir conforme avanzamos, lo cual puede poner en serios problemas a jugadores casuales. Al inicio opté por la dificultad Normal, luego en capítulos posteriores cambié a Fácil para no sentir tanta frustración con el juego. Sin embargo, inclusive en Fácil, el juego es bastante castigador que no es recomendable para aquellos casuales que os interesa el juego por la historia.

Banda sonora y Gráficas - Inspirador y calmo

El juego tiene un increíble y estilo único de arte pixel. Todos los escenarios tienen mucho detalle y se siente una atmósfera de aislamiento y peligro que de algún modo se percibe pacífico. Los personajes y las criaturas están muy bien creadas, resultan ser bastante inquietantes y feroces.

El apartado música se lleva mis palmas, es muy pacífica y ambiental en la mayoría de las escenas. Es del tipo de cosas que escucharíamos cuando queremos relajarnos y meditar. Lo cual queda a la perfección en nuestra exploración en las secuelas de una catástrofe. Las más memorables están en las peleas contra jefes.

MO: Astray está bien pulido en su rendimiento y no tiene fallas o errores, aunque ocasionalmente sufre de pequeños hipos en momentos puntuales que por fortuna no afectan. En la Nintendo Switch corre a 30 fotogramas por segundo a 1080p, mientras que en modo portátil la resolución es a 720p.

Me parece que el mando del personaje pudo ser un poco mejor en algunos lugares. Cuando queremos saltar con el stick derecho elegimos la dirección y la fuerza del salto. El impulso depende mucho de la inclinación que hagamos del stick y os aseguro que el 99% de las ocasiones saltaremos con la máxima fuerza, a pesar de poder disminuir la intensidad no inclinando tanto la palanca.

Es título desarrollado por Archplay no cuenta con actuaciones de voz, todo lo que oímos son suspiros o quejidos. La única pega aquí que a muchos podría mosquearles, es que no hay subtitulado en español, estando obligados a leer los textos en inglés que teniendo un nivel medio-bajo es más que suficiente para entender los tintes de la historia. La barrera del idioma no nos limita en jugarlo ya que no es ‘muy’ necesario para aprender las mecánicas.

Conclusión

MO: Astray es un plataformero con acertijos bastante inusual con ideas muy creativas, con una jugabilidad bastante pulida y divertida, todo empaquetado en una buena presentación. Mas, en algunas partes os sentiréis frustrados, incluso aburridos deseando superar esta sección y llegar a un área más interesante.

Hay historia, que para poder tener todo el panorama será necesario recolectar los ‘recuerdos’ y conseguir el final real sino conseguiremos un final a medias. La dificultad es un poco elevada y no lo hace muy asequible para casuales. Es un título para aquellos que disfrutan el plataformeo con acertijos y desean probar su destreza con una pizca de dificultad.

Es un juego decente y divertido en general, estoy seguro que pasará desapercibido para muchos que aman los juegos de plataformas. El juego tiene una duración de 10 horas que se puede incrementar si sois un completista.

Dónde comprar el juego

Llega de lanzamiento en formato digital el 10 de septiembre de 2020, en la Nintendo eShop a precio reducido por 12,75 € dando clic aquí. Mientras la edición norteamericana cuesta $14.99 dólares se puede adquirir aquí.