Este análisis ha sido realizado con una copia digital de Kena: Bridge of Spirits que hemos adquirido para PlayStation 5.

El pasado 21 de septiembre se ponía a la venta en todo el mundo Kena: Bridge of Spirits, una aventura indie que, lejos de parecer un juego de bajo presupuesto, nos regalaba una aventura para todos los sentidos que a día de hoy seguimos disfrutando.

La primera obra de Ember Lab nos ha dejado embobados de principio a fin, y ya era hora de que os trasmitiéramos nuestras impresiones acerca del tema. Tanto si habéis disfrutado ya de Kena como sino, os animamos a que continuéis leyendo lo que nos ha parecido el que sin duda será el indie del año.

La guía espiritual y su misión

Nos pondremos en la piel de Kena, una espiritista cuya misión trascendental es la de guiar a los espíritus perdidos para que encuentren su camino al más allá. Y es que el mundo en el que trascurre la aventura ha perdido su camino, y algunas almas perdidas lo están contaminando, dificultando el camino para que otras dejen este mundo.

Así es como llegaremos a los grandes bosque que ponen relieve a este aventura, sirviendo de base para toda esta aventura, una frondosa aldea abandonada de vida que necesitará que la limpiemos de todo mal.

Lejos de ser todo un acto altruista para Kena, ella también tendrá sus propios motivos personales para querer salvar las almas de la aldea, y en especial para llegar a la montaña nevada que se vislumbra a lo lejos, pero esos detalles os dejamos para que los descubráis vosotros.

En la aventura nos encontraremos historias tiernas y duras por igual.

Eso sí, no estaremos solos, pues en casi todo momento nos acompañarán los Rot, unas simpáticas criaturas espirituales que nos servirán para purificar las tierras y también para servir en batalla, aunque de esto ya hablaremos más tarde.

En definitiva la historia de Kena es bastante más personal y adulta de lo que puede parecer en un primer plano, pues el juego toca con total sutileza grandes temas sociales como la hambruna o la orientación sexual.

Al margen de parecer amena para tratarse de un indie, os diremos que hemos disfrutado de su trama durante 12 horas -consiguiendo gran parte de los coleccionables que abarca el título-. Por lo que para tratarse de un título de bajo presupuesto, da bastante más de sí de lo que puede parecer.

En el centro del mapeado encontraremos la aldea.

De hecho, ha habido grandes momentos que nos ha tocado el corazón, y algunos otros están muy cargados de tensión y angustia por el giro de guión que se produce.

Si tuviéramos que buscar alguna pega a la trama, rebuscaríamos un poco para decir que la trama personal de Kena igual no es tan profunda, y que en muchas de las subtramas que se adentra, ella adquiere un segundo plano.

Aunque la historia de Kena en si no es muy profunda, las demás que encontramos son muy tiernas.

El viaje de Kena y los Rot

En los primeros compases de la aventura, aprenderemos a usar a los Rot, unas criaturitas negras muy presentes en la naturaleza y que cuyo número iremos ampliando a medida que avancemos y descubramos los secretos del entorno.

Sus utilidades serán múltiples, además de ser adorables y poder cambiar de sombrero, también nos ayudarán en batalla, realizando tareas tales como aturdir enemigos o liberar poderosos ataques.

Para ello tendrán que ir cargando la barra de coraje, que está dividida en varios núcleos, y cada vez que rellenemos uno podremos hacer una de estas acciones.

Los Rot nos acompañarán en casi todo momento, y son adorables, así como una gran ayuda.

Por supuesto no solo nos valemos de ellos, pues Kena también cuenta con un amplio arsenal de movimientos, que comienzan con ataques con su vara y su escudo y se amplían más adelante con un arco y el uso de bombas.

En definitiva, contamos con un número de movimientos muy amplio para tratarse de una aventura cuya principal vertiente es la plataformera y la resolución de puzles, que aunque está lejos de parecerse a la ofrecida por juegos más dedicados a la acción como Ratchet and Clank, nos parecen más que suficientes para la duración de la aventura.

Aunque sin los adorables bichitos que nos acompañan, Kena cuenta con un buen arsenal de movimientos.

Entornos y enemigos mágicos en un apartado audivisual precioso

Al margen de lo que pueda hacer nuestra heroína con su vara y el poder de lo Rot, nos queda por hablar de uno de los grandes aciertos de de esta historia. El apartado audiovisual tan maravilloso por el que están compuestos los entornos y enemigos del juego.

Para empezar, es cierto que la variedad de entornos no es muy elevada; bosques, aldea, granjas, algunas cuevas y miradores y poco más. Pero es que Kena: Bridge of Spirits no necesita más para sorprendernos y llevar a cabo su trama.

Imposible no pararse de vez en cuando a echar un vistazo.

Pese a que esta variedad no es muy alta, sí lo son los escenarios que visitaremos, nunca tendremos la impresión de estar revisitando un lugar, pero sí que nos perdemos en su inmensidad.

La aventura se convierte a cada paso que damos en un regalo para la vista, y en muchas ocasiones no podemos evitar pararnos para disfrutar del paisaje y el modo foto del que podemos hacer uso.

Otra de las cosas que nos ha enamorado es el hecho de que escenarios pequeños y lineales se combinan de infarto con otros más grandes y amplios que casi rozan el mundo abierto. Eso sí, los dos tipos están repletos de cosas por hacer, y se complementan dando sentido al sendero que recorreremos a lo largo de la aventura.

En definitiva, una recreación hermosa de algunos de los sitios más maravillosos de Asia están plasmados en el juego, repletos de vida y tareas secundarias -que algunas nos costará una segunda visita para poder completar-.

Saltos, escalar salientes... Kena tiene de todo para ser un plataformero.

Igual de plenos nos hemos sentido con los enemigos a los que nos enfrentaremos, muy ambientados en la tónica de los espíritus salvajes pero a la par mezclados con la naturaleza del lugar.

Y es que pese a que la duración del título no es muy amplia, sí lo son la variedad de enemigos, encontrando en cada uno una estrategia diferente para acabar con ellos.

Si esperabais un machacabotones, cambiad de juego, pues a veces más vale maña que fuerza, y para algunos jefes más difíciles mejor tomárnoslo con calma y agilidad.

Hablando de jefes, encontraremos un número más que aceptable a lo largo de la aventura, estando divididos entre jefes y subjefes a los que tendremos que derrotar en varias ocasiones.

Los combates también son una parte muy importante de la trama.

Técnicamente destaca bastante sin sobresalir

El apartado técnico tiene una larga lista de pros y una muy corta de contras, pero de los que tendremos hablar igualmente. Y es que aunque la variedad de escenarios y sus vistas nos han dejado boquiabiertos en muchos momentos, hay ciertos aspectos a pulir.

Algunas texturas de la naturaleza que nos encontramos necesitarían una segunda capa de pintura, pues del mismo modo que hay entornos muy bien detallados, otros casi parecen sacados de un juego de Nintendo.

También hay muchos coleccionables pero sin llegar a ser abusivo.

Y no es que estén mal del todo, pero es que hacen mucho contraste frente a lo bien detallados que están las casas y los ríos.

Por otra parte, el juego corre muy fluido en PlayStation 5, con una tasa de imágenes muy estable y sin ningún parón, pese al número de elementos tan grande que llegamos a poner en pantalla -rots, maleza, efectos visuales, etcétera-.

Pero si hay algo que nos ha encantado, es la banda sonora, que nos pone en situación a la medida que exploramos y también cuando combatimos y vemos escenas. Tenemos que decir que pese el juego es muy inmersivo ya de por sí, la música ayuda mucho en todo momento, usando unos temas más animados cuando visitamos la aldea, y otros más frenéticos y orquestados cuando luchamos.

Los rots tienen múltiples usos, como transportar cosas.

Y ya que estamos hablando de la versión de PS5, dejad que os contemos qué nos ha parecido el uso del DualSense, pues también hay opiniones algo dispares.

En un principio, está bien empleado para algunas tareas, como los gatillos adaptativos al golpear con la vara o al tensar el arco -si jugáis sin auriculares, literalmente escucharéis un arco tensarse al apretar el gatillo... ¡el gatillo producirá ese sonido!

Lo que si nos ha dejado algo fríos es la vibración háptica, que está muy bien incorporada al recibir golpes, localizar rot e incluso nadar, pero esperábamos sentir algo más allá, teniendo en cuenta que está en desuso cuando andamos por la maleza o sentimos el aire.

Algunos escenarios casi se pueden sentir gracias al DualSense, pero les falta un poco más de uso al mando.

En resumidas cuentas, se ha usado bien, pero se le podría haber sacado más jugo. Aunque no es la única baza de la nueva consola de Sony que se ha empleado, pues el audio 3D también va de cine.

El empleo de esta tecnología de sonido ha sido ejemplar, y la notaremos mucho en combates contra jefes -sentiremos por donde nos vienen los palos sin necesidad de verlos venir- y también en los sonidos del entorno.

Para finalizar, no queríamos terminar este apartado sin hablar de la dificultad del título, que gustará al público más exigente, pues ya os avisamos que hasta en los niveles más bajos requiere maniobralidad y agilidad.

Tendremos que limpiar el veneno de las áreas para poder desbloquear los caminos.

Por supuesto hay tareas secundarias que facilitan un poco nuestro paso por el mundo de Kena, como encontrar todos los rots, que nos dan cierta ventaja en batalla.

También hay otras tareas secundarias, como una serie de retos que encontramos al abrir cofres y otros coleccionables, que pese a no ser muy innovador, dan más jugabilidad al título sin llegar a ser repetitivo.

Algunas tareas secundarias sí nos han parecido algo novedosas.

Conclusiones

Kena: Bridge of Spirits nos ha parecido una de las mejores propuestas indies de este año. De hecho, si no fuera por su bajo precio, ni pensaríamos que estamos ante un título de gama media rozando el Triple A.

Una historia apasionante, una banda sonora de infarto y un apartado técnico espectacular se dan la mano para uno de los títulos más bonitos que hemos jugado hasta el momento.

Desde que fue anunciado, el título prometía exprimir el nuevo potencial de PlayStation y lo ha conseguido con creces, una aventura que aunque amena -12 horas consiguiendo un alto % de las tareas secundarias- es muy disfrutable, divertido y relajado.