Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por tinyBuild. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4 (versión analizada) y XBOX ONE. De próxima aparición en NINTENDO SWITCH.
Introducción
Hellpoint es uno de esos juegos que descubres repasando las novedades, a ver si hay algo que merezca la pena analizar fuera de los típicos buques insignia que todo el mundo espera como agua de mayo.
Mmm, un juego de tipo Souls ambientado en un futuro siniestro, que parece explotar más el componente terrorífico. ¡Me gusta! Además me he perdido las dos entregas de The Surge y quiero probar qué tal funciona un soulslike espacial.
Echo un vistazo a algunas imágenes, termino de ver un par de vídeos... En Steam encuentro una versión preliminar aparecida tiempo ha, al parecer sembrada de bugs pero con mucho potencial según leo en los comentarios.
Está decidido, raro será que no me guste. Consigo el juego de marras y ¿qué me encuentro? Acompañadme en este análisis para descubrirlo.
Megas que se estiran como chicles
En algunas reseñas, sobre todo de juegos para PlayStation VR donde abundan las temidas "experiencias", me habréis leído decir que suelo mirar los megas que ocupan.
Soy consciente de que esto sólo es orientativo y depende de varios factores. Me acuerdo por ejemplo del mediocre Wolfenstein: Cyberpilot, que ocupaba un huevo sin nada que aparentemente lo justificara.
Pues bien, Hellpoint es el caso contrario: un título que a la hora de descargarlo no llega a los tres gigas y que, lejos de ser corto o parecer cutre, la verdad es que se siente como un producto bien acabado y ofrece diversión para rato.
Todo esto me suena
Tal vez hayáis jugado al sobresaliente The Persistence, un juego donde encarnamos a un clon en medio de una nave espacial sembrada de majaras que parecen zombis. Hellpoint es similar, pero cambia la primera persona por una vista tradicional en tercera persona, y las salas angostas por enormes escenarios donde perderse (literalmente).
El protagonista, es decir tú, caes de una especie de máquina incubadora, o vete a saber qué, en una piscina de líquido amniótico -vamos a echarle un poco de imaginación-. Ante tus ojos una enorme sala, tanto a lo largo como a lo ancho y a lo alto.
Como buen soulslike, aquí nadie te va a explicar quién eres, qué debes hacer, dónde estás... Bueno, o al menos no te lo van a explicar al principio. Será esa extraña e imperiosa necesidad de moverse por un terreno majestuoso, descubriendo sus misterios, lo que nos empujará a seguir adelante.
Irid Nova, ¿qué te ha pasado?
Algo que no tardamos en comprender (y no se puede tachar de spoiler) es que nos encontramos en Irid Nova, una importante ciudadela espacial que servía como centro cultural y diplomático para el encuentro entre los diversos pueblos de la galaxia.
Lo escribo en pasado porque todo el lugar se encuentra aparentemente desierto, aunque el destino sufrido por sus muchos habitantes no tardará en revelarse: ahora son antropófagos, seres embrutecidos y... cosas peores.
El complejo es bastante grande, pero un juego de corte Souls no puede ofrecer sólo tamaño, sino también una ambientación acorde. En este sentido, siempre analizando Hellpoint desde una perspectiva indie, lo cierto es que la obra de Cradle Games cumple.
Irid Nova está dividida en una serie de sectores independientes, a los que debemos ir ganando el acceso. Cada uno, aparte de bastante genuino, es lo suficientemente grande y extraño como para considerarse sobrecogedor, transmitiéndonos esa sensación de que somos un ratoncillo en medio de un gran laberinto.
Hasta dónde llegan las influencias
Hellpoint es un soulslike sin complejos, lo que hace este análisis más sencillo de redactar porque hay un montón de cosas que, si os consideráis jugones, ya debéis saber.
Aquí las almas se llaman axiones, que ganamos al vencer enemigos o recogiéndolos en forma de piedras. Si morimos ya se sabe lo que toca: charco al canto que debemos recuperar a toda costa antes de volver a palmarla.
Los stats en Hellpoint están bastante simplificados con respecto a lo visto en los juegos de From Software, pero son del mismo palo, con defensas a distintos tipos de daño, armas que se ven bonificadas por nuestros atributos, una barra de salud y otra de aguante, un límite de carga, etc.
También vuelven los materiales para construir o mejorar armas y armaduras, que por supuesto tienen su propio aspecto al equiparse. Y no podían faltar las hogueras, que esta vez son una especie de fisuras dimensionales.
Por último hay todo un entramado online a base de mensajes dejados por otros jugadores, fantasmas que invaden tu mundo y la posibilidad de jugar en cooperativo con un amigo, ¡incluso en local a pantalla partida!
Sabor propio
En el terreno más personal, Hellpoint introduce una barra de energía para el uso de cachivaches tecnológicos, incluyendo potentes armas láser y de otra índole, por no hablar del omnicubo: una especie de talismán que nos permite realizar diversas "magias".
En cuanto al combate, éste es clavado a lo visto en los Souls aunque netamente más fácil (eso sí podemos tanto aumentar como disminuir la dificultad desde las fisuras). El salto sin embargo recuerda a Sekiro, pero está algo desaprovechado.
El elemento más genuino de Hellpoint es quizás una especie de rueda en la parte superior izquierda de la pantalla, que nos marca la posición de las lunas, los planetas, o qué se yo. Hay dos momentos en cada ciclo de rotación donde la rueda se pone de color rojo, lo que implica la posible aparición de monstruosidades en los espacios abiertos; y hay también un eclipse que, de producirse, desvela algunos secretos...
A pesar de lo dicho, bajo la capa de barniz, incluso lo que pretende ser distinto en Hellpoint ya está visto. Pero ojo porque esto puede ser una ventaja: si copias una fórmula que funciona de maravilla, limitarte casi a calcarla puede ser incluso más inteligente que aventurarte a introducir elementos propios que sin embargo podrían desdibujar el conjunto.
Técnicamente competente
Hellpoint, siendo un juego indie que ocupa relativamente poco espacio, se ve francamente bien, o al menos yo no le pido más.
El juego hace constante uso de la oscuridad, pero la combina con zonas iluminadas por fuentes de luz futuristas que por momentos crean un interesante contraste, todo ello en entornos sobredimensionados y enrevesados en el buen sentido, con las típicas zonas interconectadas tan habituales en los soulslike.
La tasa de imágenes en este caso es variable, manteniéndose en 30fps y subiendo a 60fps si la carga gráfica lo permite, lo que no deja de ser algo extraño. Nuevamente sufrimos aquí las consecuencias de un port de PC sin demasiadas florituras, ya que el acabado visual en este caso no debería comprometer el framerate.
Con respecto al sonido, chapeau. Aunque hay cosas por pulir, como ruidos de ascensores que duran menos de lo que deberían -y por tanto subes o bajas el último tramo en silencio-, por lo general los efectos de sonido están muy logrados y consiguen enriquecer la ya de por sí buena ambientación. La música en este caso se reserva para los bosses y debo decir que tampoco está nada mal, con las típicas melodías de corte épico.
Hablando de cosas por pulir, Hellpoint tiene defectos como la posibilidad de atacar a los enemigos a través de las paredes o, ésta es la mejor, que al morir en un precipicio nuestro charco de axiones se quede... ¡al fondo! Nada que no arregle un buen parche.
Conclusión
Los soulslike me gustan mucho. Me parecen juegos que tienen un poquito de rol, un poquito de acción, un poquito de exploración, un poquito de survival... todo ello cocinado en un caldero maravilloso. A estas alturas hablamos de un guiso del que ya se ha descubierto la receta, apareciendo muchas variantes.
Cuando el producto original es tan rematadamente bueno, incluso las copias más descaradas como Hellpoint funcionan. Pero no tienen por qué: hay juegos como Code Vein que aportando sus propios ingredientes sin embargo se dejan lo esencial por el camino.
A la obra de Cradle Games sólo se le puede echar en cara que es un proyecto con unos recursos limitados, un indie para entendernos, lo que requiere un ajuste de las expectativas. Sabiendo esto, lo que tenemos sobre la mesa es un título de tipo Souls bien ejecutado que no decepcionará a los amantes de este popular subgénero.
