Introducción

Voy a empezar esta review con una confesión. No sabéis la rabia que da echarle mano a un juego y, tras finalizarlo, darte cuenta de que te va a llevar más tiempo redactar su análisis. No es que no disfrute escribiendo, me gusta compartir mis impresiones y ayudaros a decidir sobre posibles compras. Pero, caramba, más que escribir me gusta jugar, que para eso somos todos gamers, ¿no?

El caso más sonado de esto que os cuento fue con la review de One Piece: Grand Cruise. Entonces recuerdo haberme dicho: "a juego de media hora, análisis de dos párrafos". De hecho es algo que comentaba en el propio texto, aunque al final me dejé llevar y escribí mucho más de lo que me hubiera gustado.

Wolfenstein: Cyberpilot 1

Con Wolfenstein: Cyberpilot pasa algo parecido, salvando las diferencias. El título que nos ocupa es algo más largo, es cierto, y puede irse a las dos horas -sí amigos, a estas alturas...-, pero a cambio se esperaba mucho más de él. En cualquier caso hablamos de otra experiencia más y como tal se siente fugaz.

Bueno, en realidad ya tenéis vuestro análisis. Esto que digo resume otra decepción más que nos trae en primicia la realidad virtual, una de las tecnologías con mayor potencial y menor aprovechamiento que se recuerda. Pero vamos a extendernos un poco, por si alguno encuentra irresistible la propuesta de Wolfenstein: Cyberpilot, que al menos resulta un juego curioso.

El planteamiento, como siempre, original

Empecemos con lo bueno y es que la realidad virtual vuelve a sorprender, como de costumbre. Tengo una sensación de déjà vu cuando escribo esto: "sorprende, peeero...". Casi siempre es la misma historia, aunque no por eso vamos a negar que Wolfenstein: Cyberpilot tiene su puntillo.

Wolfenstein: Cyberpilot 2

En este caso somos un piloto que, desde una cabina virtual y con unos mandos, controla a distancia varias de las abominaciones robóticas nazis: concretamente un panzerhund, un dron y uno de esos gigantones acorazados de cuyo nombre no quiero acordarme.

En pocas palabras que nosotros, en la piel del piloto, lo vemos todo como si estuviéramos sobre estos entrañables aparatitos, acribillando nazis sin piedad. Cada uno de los tres robots tiene su propio arsenal y sus características, faltaría más, pero lo que más me ha gustado es cómo cambia la escala de las cosas dependiendo de si las vemos desde la perspectiva de uno u otro.

Antes de ponernos a los mandos de los engendros mecánicos nazis, accederemos a un tutorial para descargar algo de plomo en un entorno simulado. Oye, esto no pinta mal, ¿no? Lástima que...

Wolfenstein: Cyberpilot 3

El desarrollo, para variar, poco ambicioso

Una buena idea se queda sólo en eso, en idea, si no le das forma. La realidad virtual está cuajada de buenas ideas cuyo desarrollo está limitado por unos presupuestos exiguos. Casi nadie quiere poner la carne en el asador y MachineGames no ha sido una excepción.

Ya os he hablado de la duración de Wolfenstein: Cyberpilot en la introducción de este análisis. La cosa fue sencilla: me puse las gafas, empecé el juego y en una sesión me lo había terminado, listo para escribir estas líneas. Al menos puedo decir que ya no me sorprende ver los títulos de crédito tras casi en un suspiro.

Dicho a las claras, el juego se divide en cuatro misiones. En las tres primeras aprendemos a manejar cada uno de los tres artilugios robóticos, y en la cuarta, cuando parece que la cosa se anima -cambiamos entre robots para coordinar una operación conjunta-, ¡zas! A casita.

Wolfenstein: Cyberpilot intenta aderezar esto con una serie de minijuegos entre misiones, consistentes en tareas que ya hemos visto en realidad virtual: manipular objetos, encajarlos, encontrar esto abriendo una caja, colocar eso ahí, etc. El caso es que no disgustan, y desde luego añaden variedad, pero no compensan lo fugaz de toda esta experiencia.

Las mecánicas, a estas alturas, trilladas

Wolfenstein: Cyberpilot se puede controlar con el Dualshock 4 o con los PlayStation Move. En el primer caso, pensaréis, se hace más sencillo el manejo de los engendros robóticos, ya que hablamos de un juego de disparos en primera persona. En realidad yo no estoy de acuerdo: aunque los Move piden a gritos un joystick analógico, el esquema de control a base de girar con los botones funciona muy bien y recuerda en parte a Skyrim VR. Además, la representación de las manos y la manipulación de objetos entre misiones es directamente ortopédica con el Dualshock 4.

Dejando de lado el tema de los controles, que están razonablemente bien implementados, el problema que yo le veo a Wolfenstein: Cyberpilot es que no es un juego intenso a pesar de su corta duración; es más, por momentos incluso cae en lo repetitivo.

De los cacharros nazis a nuestra disposición, el único que introduce algo de jugabilidad real es el dron, que debido a su fragilidad debe esconderse y utilizar su sistema de camuflaje para salir al paso, además de hackear ordenadores y freír a algunos enemigos.

Wolfenstein: Cyberpilot 4

Los otros dos autómatas presentan unas mecánicas insulsas donde básicamente tenemos que avanzar acribillando a todo bicho viviente. Al igual que el dron tiene su sistema de camuflaje como poder, el panzerhund lanza una onda de choque y el gigante acorazado levanta una especie de escudos de energía.

Por lo demás, sí, las armas de cada robot difieren, pero no por eso aportan mucha variedad. Con deciros que la primera misión me pareció extremadamente aburrida, y me decía a mí mismo: "bueno, esto es para calentar motores"... ¡Y ya me había pasado un cuarto del juego!

Por si fuera poco, no esperéis modos adicionales, desafíos ni nada que se le parezca. Esto es una historia de dos horas señores, y sólo tiene sentido rejugarla si eres un coleccionista de trofeos.

El apartado técnico, una vez más, competente

Wolfenstein: Cyberpilot pesa 17 GB, y ya sabéis que yo estoy pendiente del tamaño de los juegos en PSVR. Si esta cantidad de memoria no se ha usado para desarrollar un juego largo, lo otro que nos queda es el apartado visual.

Wolfenstein: Cyberpilot 5

Ahora bien, ni mucho menos penséis que estamos ante la crème de la crème de la realidad virtual. Wolfenstein: Cyberpilot se bandea bien, es un título resultón, tiene algunos detalles bastante llamativos, pero no es un peso pesado gráfico. Imagino que para la correcta representación de los edificios en ruinas han usado texturas en muy alta resolución o, quien sabe, igual han cogido partes del código de Wolfenstein. Sea como sea, yo no veo los 17 GB por ningún lado la verdad.

Sobre el aspecto sonoro, poco que reprochar. El juego viene doblado al español, aunque no se pueden deshabilitar los dichosos subtítulos. A destacar la voz de María, nuestra operadora, quien comentará algunas cosas según avanzamos, intentando dotar de algo más de profundidad al título. Respecto a la música, seré franco: de existir, yo ni la he notado. En cualquier caso el apartado sonoro cumple sobradamente.

Conclusión

Hete aquí que me veo escribiendo esta conclusión después de casi 1200 palabras, ¡si es que no aprendo! Pero al menos espero haberos sabido explicar por qué, si yo fuera vosotros, no pagaría más de 5 euros por Wolfenstein: Cyberpilot y da gracias.

Wolfenstein: Cyberpilot 6

Hablamos de un juego que, como viene siendo habitual en realidad virtual, por momentos entretiene. Sin embargo, pensar que ha sido desarrollado por MachineGames, los padres del nuevo y excelente Wolfenstein... es casi una broma, un chiste de mal gusto. Por favor no cometáis el error de creer que, siendo distribuido por Bethesda, este juego tiene absolutamente nada que ver con los geniales Doom VFR y Skyrim VR, porque no es ni remotamente el caso.

A estas alturas de la película, con PSVR completamente asentadas, es tan justo como inevitable bajar las calificaciones de desarrollos que siguen tratando al usuario como si acabara de comprar las dichosas gafas. Al menos por mi parte.

Lo mejor que puedo decir de Wolfenstein: Cyberpilot, en definitiva, es que en pleno julio, con el calor que hace, sólo he tenido que soportar el agobio del visor durante dos horas. Es el tiempo que ha tardado el juego en ponerse interesante justo antes de acabar de golpe.

Dónde comprarlo

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