Para terminar un trimestre que ha resultado ser una auténtica odisea nos llega Ghostwire: Tokyo, lo último de creador de Resident Evil que además se considera también el último lanzamiento oficial de Bethesda en PlayStation 5, llegando en exclusiva temporal para la sobremesa de Sony y PC.

Una ciudad metropolitana cargada de realismo y toques urbanos, pero a la vez plagada de espíritus y elementos del folclore japonés como los yokai, tradiciones y otros miembros de esta cultura se dan la mano en una obra de arte cargada de elementos sobrenaturales. Hablamos de Ghostwire: Tokyo.

La liberación del alma y la salvación de tu familia

El juego dará comienzo con lo que parece ser un accidente de tráfico, suceso que quienes jugarais el prólogo gratuito del juego recordaréis.

En este escenario seremos testigos de cómo el espíritu de alguien que se hace llamar KK entra en el cuerpo de nuestro protagonista, salvándolo de la desaparición que provoca una extraña niebla que ha exorcizado al 99% de la población de la ciudad, quedando sólo nosotros.

Con una extraña petición y la promesa de salvar a nuestra comatosa hermana, KK nos brindará sus poderes sobrenaturales, con los cuales podremos enfrentarnos a esta nueva amenaza y salvar a la ciudad de su completa desaparición.

Al margen de que la trama pueda parecer una película de serie B, reúne todos los elementos clásicos en una superproducción de Shinji Mikami: un enemigo aparentemente imbatible y aterrador, grandes jefes monstruosos y una trama que, sin llegar a introducir demasiado en las propias motivaciones de los personajes más allá de salvar sus propias vidas, profundiza más que nunca en su pasado y sus motivos ocultos.

Eso sí, no esperéis grandes giros de guion ni una duración demasiado extendida, pues desde ya os avisamos que las tareas secundarias serán mucho más laboriosas y largas que la propia historia principal, algo que no nos termina de gusta en los juegos de mundo abierto, pero que hoy en día parece casi inevitable.

En definitiva, si nos ceñimos a la historia principal y nos olvidamos de todo aquello está introducido como complemento a la misma, el juego puede ser completado en escasas ocho horas, pero vais a encontrar alicientes más que de sobra para querer alargarlo lo máximo posible hasta llevarnos a las 40.

La trama tendrá varios giros y sorpresas, y eso solo en los dos primeros capítulos.

Poderes sobrenaturales cargados de lore japonés

En el trascurso de los dos primeros capítulos del juego, desbloquearemos todo el arsenal de armas que podremos usar para combatir a los espíritus malignos que intentan hacerse con la ciudad, poderes sobrenaturales que, como ya vimos en las impresiones, funcionarán a modo de armas de fuego.

Por ejemplo, el poder del viento funcionará de una manera muy parecida al uso de una pistola, con un disparo ágil pero no muy dañino, mientras que el poder de agua es ideal a cortas distancias y puede herir a varios enemigos, como una escopeta.

De este modo el equipo ha creado casi a la perfección un sistema de combate en primera persona que parece alejarse de lo visto en el género aunque sea únicamente en el aspecto visual, que queda bastante impresionante añadido al uso del DualSense que mencionaremos más adelante.

Y ojo, que no se limita únicamente a esto, pues los poderes pueden mejorarse mediante la equipación de rosarios que aumentan su poder de ataque, así como otros elementos de la jugabilidad, como el uso de sellos -a modo de granadas- y otros elementos de espiritismo japonés.

La ambientación es un lujo para la vista que no debéis perderos.

Lo que sí consideramos oportuno avisaros es que para recargar su “munición” tendremos que destrozar elementos paranormales que encontremos por el escenario, o bien capturar a los demonios cuando estén debilitados, cargando así nuestros poderes.

En definitiva tenemos un arsenal de armas bastante competente, que por desgracia abusa de situaciones de combate repetitivas, y aunque lo explota bien, rápidamente nos dará la sensación de estar repitiendo la misma acción una y otra vez.

Este problema viene dado por la escasa variedad de enemigos, a los que en la mayoría de los casos tendremos que dedicarnos únicamente a dispararles con todo lo que tengamos, algo que quita variedad al género y que no da el resultado que cabría esperar de un juego tan grande.

El modo foto también dará un paso hacia el futuro en este juego.

La ciudad se abre a tu paso

No solo tendremos que derrotar fantasmas para abrirnos paso, en muchas ocasiones serán ellos mismos quienes nos hagan los encargos, tareas secundarias que permitirán obtener mejoras y nuevas habilidades como pocos juegos de mundo abierto saben hacer.

Aunque los primeros compases del juego serán más propios de una aventura lineal, pronto nos daremos cuenta de que esto es solo un recurso narrativo, y a medida que avancemos, el espacio que tendremos para explorar será aún más amplio.

Para expandir las zonas de la ciudad visitables tendremos que liberar algunos templos repartidos por el mapeado. Pero no vamos a detenernos demasiado para hablar de esto en el análisis, porque en los dos primeros capítulos del juego resultan obligatorios para avanzar en la trama.

Para derrotar y atrapar espíritus malignos nos valdremos de poderes sobrenaturales, y son una pasada.

Llegados a cierto punto de la trama tendremos total libertad para explorar la ciudad -o las pocas partes que nos falten de ellas-, lo que nos permite comprobar que, aunque estamos ante un juego de un modo abierto, el espacio que tenemos para recorrer no es comparable ni de lejos con otras producciones.

Esto no es necesariamente malo, al contrario, tiene tareas secundarias más que de sobra -quizás demasiadas- que aunque tienen un objetivo más allá del coleccionismo -nos permite mejorar a nuestro personaje- a muchos les parecerá demasiado.

Quedaros únicamente con la idea de que la desarrolladora ha sido muy sabia a la hora de decidir cómo iremos explorando el mapeado, y que las tareas secundarias disponibles desde el inicio no son en absoluto repetitivas.

Eso sí, la ciudad se siente viva a cada paso que damos, por lo que no os preocupéis si teméis encontraros un juego de mundo abierto vacío, no será el caso y lo notaréis casi desde el principio.

Visualmente el juego no tiene precio, se ve increíble en cada escena.

La noche en Tokio no podría ser más hermosa

Explorar las calles de Tokio nunca había sido tan divertido, ya que no nos limitamos únicamente a las calles, también tendremos que ceñirnos a las casas y edificios.

Para ello podremos usar los Tengu, otro miembro más de la mitología japonesa que nos permitirá sobrevolar los rascacielos japoneses para tener una vista totalmente nueva y muy bien elaborada sin llegar a abusar del parkour.

De este modo, aunque el mapeado de la ciudad no es enorme, sí podemos explorar cada rincón y la variedad de escenarios es enorme, pues como muchos sabréis, la combinación de culturas y barrios en la capital japonesa, no podía ser más grande.

Como ya hemos dicho, el escenario es una ciudad moderna y nocturna, además que lluviosa, lo que proporciona una atmósfera totalmente única e inmersiva que hará las delicias de los amantes de la cultura japonesa, siendo este público quien quizás más lo disfrute.

La manera que han tenido los desarrolladores de aunar el folclore japonés con la temática sobrenatural y una ciudad tan vibrante y bien construida es un espectáculo digno de admiración, que hace que recomendemos este juego aún más encarecidamente aunque sea solo por la ambientación.

Para poder abrir la ciudad, deberemos purificar estos templos, algo original que tampoco innova demasiado, pero queda bien cuidado por la forma que tendremos de poder abrir zonas nuevas.

Explotando el DualSense al máximo

Ghostwire es un juego muy inmersivo, tanto lo bien recreada que está la ciudad como la manera que ha tenido de explotar el lore la cultura japonesa, atraerá a un gran público que se sentirá dentro de la misma.

Pero aunque cuenta con cartas más que de sobra para lograrlo, nunca lo habría conseguido de no ser por el potencial del DualSense, el mando de PlayStation 5 que ha hecho de las suyas gracias a su vibración háptica y los gatillos adaptativos.

En cuanto a este segundo, es cierto que se limita únicamente a hacer resistencia de nuestros poderes a la hora de usarlos o extraer espíritus, un uso muy extendido en este género que no podía faltar.

El sigilo está también presente en el juego, aunque es bastante secundario, siempre es más factible abrirse paso a guantazos.

Pero donde realmente destaca el uso del mando es en la vibración háptica, pues en esta Tokio estará constantemente lloviendo, y os aseguramos que sentiréis cada gota de lluvia caer sobre nosotros, algo realmente impresionante e inmersivo.

Tampoco falta el uso del panel táctil del mando, que usaremos para exorcizar espíritus, tarea que aunque casi resulta evitable, no sabremos bien cómo se empleará cuando se lance en consolas de Microsoft dentro de un año.

Técnicamente impecable sin ser un portento gráfico

Llegamos a un tema que interesará a más de uno, pues conocido es que Tango Gameswork no son conocidos por hacer títulos con grandes gráficos, y Ghostwire no ha sido la excepción, contando con algunos gestos y animaciones mejorables, pero que sacan su potencial en el desarrollo de la ciudad.

De este modo, desde el principio nos daremos cuenta que el verdadero eje del juego es esta, y que todo lo demás -incluso la trama- ha sido creada para coexistir con esta, algo que el mismo director del juego confirmó hace unas semanas.

Como resultado tenemos una ciudad muy viva, y con unos efectos gráficos impresionantes sin ser nada escandaloso que funciona muy bien. Y es que en un título de acción en primera persona apremia más que técnicamente el juego sea estable.

Esta función está lograda a la perfección, pudiendo elegir desde el principio entre más de cinco modos de visualización, atendiendo a los gustos de todo el mundo, siendo nuestra principal recomendación los 60 fotogramas estables que tiene el título en todo momento.

La ciudad está llena de cosas por hacer, ¿pero quién dice que no a estos perretes?

Como no, destacar también el uso del SSD, que nos permite disfrutar de un gran mapeado de la ciudad sin despeinarse, e incluso recorrer grandes distancias sin tirones aun en las situaciones más complejas, al igual que los cortos tiempos de carga que son una pasada.

Otro detalle que nos ha llamado gratamente la atención es que el juego vendrá por defecto con audio en japonés, con fines de hacer la ambientación mucho más inmersiva. Pero si por el contrario tener que leer textos os separa de la acción de principal, también cuenta con un buen doblaje en español, usando a actores de doblaje conocidos, por lo que disfrutable en cualquiera de los dos idiomas.

También tendremos que comprar items como comida para curarnos o mejoras. Miau.

Conclusiones

Ghostwire: Tokyo no es perfecto y no es un título muy innovador, pero si es muy original dentro de un género que ya existe, a la par que divertido, inmersivo y absorbente.

Podríamos estar soltando calificativos buenos de todo lo que nos ha resultado nuestra aventura por las calles de Tokio, pero aunque tiene algunas carencias -como una historia no demasiado explotada y un sistema de combate mejorable-, creemos que es un digno candidato para vuestras estanterías en un mes cargado de lanzamientos.

Algunos escenarios cambian a nuestro paso, es un trabajazo enorme.
Reseña
Nota Final
8.5
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analisis-ghostwire-tokyo-lo-ultimo-del-creador-de-resident-evilGhostwire: Tokyo no innova dentro del género de la acción en primera persona, pero sí resulta un título original dentro de una ciudad construida de forma magistral que explota el lore japonés como pocos. Si bien es cierto que tiene algunos aspectos jugables mejorables, al igual que la trama, es muy entretenido y divertido, lo disfrutaréis desde el principio si sois fans del creador de Resident Evil.