El 25 de febrero de 2022 vimos uno de los lanzamientos más esperados de los últimos años, desde sus primeras andanzas con Demon's Souls, y gracias a todo lo que supuso Dark Souls, todo lo que toca Hidetaka Miyazaki genera gran expectación, en el análisis de Elden Ring determinaremos un veredicto final tras 104 horas jugadas a esta obra cumbre de FromSoftware, y habiendo completado su historia principal.
Las horas jugadas no correlacionan de forma positiva con la calidad de un análisis, simplemente he podido disfrutar de esta experiencia de forma pausada y al ritmo que yo he querido marcarme, y todo lo que traigo son una amalgama de sensaciones que trataré de ordenar para que tu lectura sea un ápice de todo lo que puedes llegar a sentir en este título.
Cada jugador o jugadora empieza su propia partida, y quizás esa sea la clave de todo lo que puede aportar un videojuego como Elden Ring, como otras experiencias, se trata de algo personal y que, seguramente, será diferente de unas personas a otras. La versión analizada en esta ocasión es la de PlayStation 5, pero está disponible en PlayStation 4, Xbox one, Xbox Series X|S y PC.
Intentando dar contexto: La historia de Elden Ring
Aunque se trata de una obra narrativa laberíntica y con piezas sueltas de un puzle, todo el entramado de fondo de Elden Ring cuenta con una base que nos explican desde el principio, nos situamos en las Tierras Intermedias gobernadas por la Reina Márika, la Eterna, pero en un giro de los acontecimientos el equilibrio se rompe en pedazos, puesto que el Círculo de Elden ha sido destruido.
Los descendientes de Márika reclaman como suyos los fragmentos del Círculo de Elden, las Grandes Runas codiciadas por estos semidioses. Todo ello provocó una gran guerra: la Devastación, que trajo destrucción y locura a estas tierras, pero, ¿Cuál es nuestro papel?
Nos pondremos en la piel de un Sinluz, exiliados de las Tierras Intermedias que retornan para restituir el poder y alzarse con el Círculo de Elden, guiados por la gracia que no todos pueden ver. Pero no seremos los únicos Sinluz, conoceremos a una buena cantidad de personajes de dicha “especie”, además de otros tantos con sus propias historias e intereses.
Con esta base, debemos ir poniendo los ingredientes en esta historia conociendo a otras gentes que pueblan estos parajes, leyendo relatos escritos en piedra, o escuchando a fantasmas de otra época, es toda una epopeya avanzar ante los peligros que plantea mientras tratamos de encajar todas las piezas del lore. Podemos fiarnos de unos personajes y de otros no, pero siempre es recomendable pararnos a charlar un rato con ellos o ellas.
Sin duda es toda una experiencia narrativa intensa e interesante que cuenta con la colaboración de George R.R. Martín, autor de Juego de Tronos, que requiere de nuestra atención y de escribir algún que otro dato en una hoja de papel, para no perdernos detalle e hilar todo lo que nos están contando. Se han registrado por el momento unos 6 finales diferentes, por lo que la rejugabilidad esta servida, una opción siempre presente y con alicientes en los juegos de FromSoftware.
El comienzo del camino: Las clases iniciales
Desde el comienzo del juego nos dan a elegir tanto el aspecto físico de nuestro avatar, como la clase inicial con la que queremos emprender este viaje, desde un samurái diestro en la destreza y las catanas, un confesor o confesora que usa encantamientos y espada, pasando por el astrólogo que usa la magia para atacar y defenderse, hasta llegar a varias clases como el miserable, que no porta nada más que la voluntad de vivir y con las stats al nivel más básico.
Si bien esta elección no es determinante para todo lo que conlleva el juego, puesto que al subir de nivel con las runas adquiridas podemos sumar puntos a todas las estadísticas de forma libre, se trata del primer empujón durante las primeras horas de juego. Elden Ring deja personalizar tanto a tu personaje con el paso del tiempo, que comencé con un samurái y acabé portando una de las armaduras más pesadas del juego con la misma agilidad de movimiento y un arma a dos manos.
Pero no se queda ahí y podemos combinar estilos de lucha como fuerza y fe, hechicería y destreza, o descubrir las bondades de lo arcano y sus poderes únicos, todo está a disposición del jugador o jugadora para que personalice su propia forma de luchar y de afrontar cada desafío.
Dispone de todo un despliegue de armas, hechizos y encantamientos que encontraremos a lo largo y ancho de las Tierras Intermedias, cada uno de ellos con su propia historia, serán todo un aliciente para explorar cada rincón de este vasto mundo. Espadas, dagas, arcos, martillos pesados, catanas, báculos, armas de doble filo y un largo etcétera, son las armas que podremos descubrir, así como hechizos de área, de daño masivo, unos más rápidos que otros a la hora de ser ejecutados, y encantamientos que sorprenderán por su versatilidad.
Mirando hacia el horizonte: La exploración y sus posibilidades
Aunque ya le dediqué un artículo entero al arte de la exploración en Elden Ring, se trata del eje central de la experiencia que ofrece este lanzamiento de FromSoftware, que deja con un buen sabor de boca a cada paso que damos y que no esconde el mimo puesto en cada trecho del camino.
Desde el principio tenemos casi total libertad para vagar por los paisajes que se muestran ante nuestros ojos, pero encontraremos diferencia de nivel en varios de ellos, por lo que es recomendable volver a los lugares más peligrosos mejor equipados y con niveles más altos. Pero la gracia reside en que el desafío te lo planteas tú, si quieres puedes volver a intentarlo con lo que tienes o puedes volver con más poder, esa voluntad reside en ti.
Las posibilidades que ofrece Elden Ring en este aspecto son amplias y siempre conllevan una recompensa, cada mazmorra, cada catacumba, cada mina, existe por una razón y dentro aguardan objetos, armaduras, armas, magias, invocaciones, y otros elementos que agrandan nuestra colección de equipamiento, a los cuales daremos uso si lo creemos pertinente.
Gracias a Torrentera, nuestro corcel efímero, podemos abarcar más distancias, alzcanzar ciertas zonas que son imposibles de descubrir a pie e, incluso, combatir a lomos del caballo, sumando un punto de accesibilidad a su dificultad, porque, aunque es un título difícil, nos da toda una serie de herramientas para vivir una experiencia más liviana, con las que descargar más poder contra enemigos y bosses.
La exploración es satisfactoria en todo su conjunto, existen áreas plenamente visibles, pero otras estarán ocultas hasta que realicemos ciertas acciones, o exploremos de la forma más meticulosa posible, hay todo un abanico de zonas y biomas que explorar, y que sorprenderán en sus diseños y majestuosidad. No encontrarás un mapa lleno de iconos, o símbolos de interrogación previos a su descubrimiento, aquí todo aparece mediante la exploración.
Contamos con viaje rápido de unos puntos de gracia a otros, que actuan a modo de hogueras clásicas donde descansar, recuperar viales de salud y maná, y donde gastar las runas para subir de nivel o usar nuestro cofre para guardar todos aquellos objetos que no queramos llevar encima, pero una vez disfrutemos de esa calma antes de la tempestad, la gran mayoría de enemigos reaparecen en su punto de partida.
No voy a negar que lo diseños de algunas mazmorras se tornan algo repetitivas, así como varios enemigos o jefes finales de zona secundarios, que son los mismos diseños en varios lugares, no es un dato que empañe la pieza completa, pero para personas exigentes con estos puntos puede llegar a ser toda una espina clavada en el costado.
Encontraremos mercaderes desperdigados por todo el mapa, que tienen a la venta objetos interesantes, armas y armaduras, además de munición para las armas a distancia, alguno que otro está bien escondido, no es una buena campaña de marketing para ellos, pero merece la pena la búsqueda. Podemos crear objetos mediante un sistema de crafteo, recopilando materiales del suelo, de enemigos o de animales, pero no destaca por su uso, y será algo anecdótico, aunque en ocasiones viene bien para crear munición u objetos para paliar el veneno o la putrefacción.
Sin duda, la primera partida a Elden Ring, es toda una experiencia audiovisual y exigente, que invita a superar cada obstáculo, ya sea en forma de enemigo o enigma, hasta motivarte para alzarte con la victoria.
Lo bueno de este título de FromSoftware es que cada éxito es tuyo, los convierte en algo personal, y quiere transmitir una experiencia en la que has participado activamente, no eres un mero espectador, debes implicarte en tus propias decisiones para seguir adelante, tendrás ayuda si, pero mucho depende de ti.
Álzate Sinluz: La jugabilidad y los combates
A nivel jugable estamos ante un título redondo, que repite parte de la fórmula que ya ha mostrado la compañía en sus anteriores lanzamientos, pero que ha sabido pulir en una composición de mundo abierto de estas características. La envergadura de Elden Ring no supone un impedimento para su buena jugabilidad, tanto en la exploración, como en los combates.
Al introducir la mecánica del salto se han incrementado las posibilidades, en los combates trae consigo nuevos golpes con las armas y esquivar ciertos ataques, y en la exploración, la opción de alcanzar zonas elevadas y salvar algunas distancias. Debemos vigilar nuestros niveles de estamina, que disminuyen cuando corremos en combate, esquivamos para no ser alcanzados con los golpes, o a la hora de realizar ataques.
Un dato importante, es que no gastaremos estamina en la exploración, cuando no hay enemigos podemos correr y rodar de forma libre sin preocuparnos de la barra verde. Los estados alterados como la putrefacción, o el estado de congelación, afectan a nuestra barra de salud haciendo daño constante o nuestra condición durante un tiempo determinado, debemos paliar sus efectos mediante objetos o hechizos si no queremos perecer a destiempo.
En los combates vemos la misma mecánica que en la saga Dark Souls, contiendas exigentes en las que debemos estudiar patrones de comportamiento y de ataques si queremos sobrevivir, y mejor evitar grupos numerosos que nos rodeen. Cada tipo de arma tiene sus propios ataques, además de habilidades especiales que podemos modificar en aquellas que nos lo permitan, las llamadas cenizas otorgan habilidades, que en su mayoría son de ataque, pero las hay también de defensa.
Desde pisotones en el suelo, pasando por invocar magias desde la propia arma, hasta gritos de guerra o tormentas de espadas, son numerosas, y algunas de ellas las podremos comprar y otras las descubriremos por el mundo.
Las armas especiales cuentan con sus propias habilidades inalterables, pero tanto estas, como las “normales” se pueden mejorar en la forja o a través de la ayuda de un herrero, que irán aumentando su poder a medida que invirtamos las piedras pertinentes y la cantidad de runas exigidas. Las armas y báculos escalan con uno o varios tipos de estadísticas, hay armas que escalan con fuerza y hacen más daño a medida que invertimos puntos en esta estadística, o arcos que mejoran con cada nivel de destreza, toda esta información nos la muestran en el menú de equipamiento.
Hay que medir el peso que portamos en el equipo seleccionado y los objetos equipados, puesto que, a mayor peso, a la hora de rodar seremos más lentos, y podemos buscar el equilibrio entre peso adecuado, buena equipación y mayor rapidez al rodar, o ser un auténtico tanque que quiere aguantar cada golpe a base de armadura y escudo.
Los mejores diseños y capacidad de desafío se lo llevan los bosses, sobre todo aquellos relacionados con la historia, auténticas joyas de planteamiento que nos harán sudar para superar la dificultad que ofrecen. Ataques con delay, con tiempos de respuesta variables, de área, a distancia, que brindan combates épicos, que nos retarán a cada muerte.
Porque morir vamos a morir, y mucho, como viene a ser costumbre en FromSoftware, además de la penalización pertinente de perder todas las runas (dícese almas para el pueblo) a menos que vayamos a por ellas e intentemos recuperarlas tras morir. Pero en esta ocasión contamos con varias opciones para hacer la vida más fácil en las Tierras Intermedias.
Los nuevos ataques con salto, las invocaciones, llamar a otros Sinluz jugadores para que nos echen una mano, o mejorar nuestras armas a niveles estratosféricos, son un buen puñado de salsas que te da el juego para que entre mejor la comida. Habrá momentos de frustración, pero cada bache es un nuevo aprendizaje, y en ti reside la decisión de usar las herramientas que te ofrece Miyazaki.
Dentro de una pintura: Aspecto visual y sonoro
Uno de sus puntos más criticados a día de hoy, el apartado gráfico, que no el visual, de Elden Ring. Aunque no estemos ante unos gráficos punteros, no trata de mostrar florituras en este aspecto, uno en el que rinde dignamente y acompaña en buena forma durante toda la partida.
Si bien he encontrado un efecto de popping bastante acusado con la vegetación del terreno, y algún que otro retardo en la carga de varias texturas, no determina la experiencia visual, que es altamente satisfactoria gracias al diseño de los escenarios, de los enemigos, de las propias armaduras y del mundo en general.
Todo paisaje se encuentra conectado de forma orgánica y es impactante ante nuestros ojos, encontramos praderas verdes, lugares de noche continua, pantanos odiosos pero sobresalientes, y edificaciones que desprenden fantasía oscura muy acorde a la ambientación que plantea.
La bajada de FPS en varios puntos o momentos críticos se ha ido solucionando con los sucesivos parches que han ido apareciendo desde el lanzamiento, aunque a día de hoy siguen estando presentes, sobre todo cuando hay una mayor carga de enemigos o de efectos en pantalla.
El nivel de partículas en pantalla y la aparición de diferentes efectos en la misma, están altamente cuidados, y muestran el saber hacer de la compañía, tanto en el diseño de hechizos y encantamientos, como de las explosiones o el efecto del fuego, que saben acompañar a un buen sistema de físicas y hit boxes que rozan lo enfermizo a nivel de ser sobresalientes en su planteamiento.
En el apartado sonoro no hay ninguna queja, tanto la banda sonora que nos da la mano durante el viaje y la exploración, como aquellos temas clave en varios combates, que nos llevan a aplaudir su aparición, y que en ocasiones desgarran por dentro por el momento que plantean.
Conclusiones del Círculo de Elden
Nos hemos topado con una de las grandes joyas creadas dentro del mundo de los videojuegos, que demuestra, junto con otros muchos títulos, que la industria crea obras de arte y que son subjetivas dependiendo del ojo del observador, por lo que cuentan con miles de interpretaciones, todas ellas posibles y válidas.
En mi caso ha sido toda una experiencia, que me ha llevado a mirar dentro de mi mismo en cada momento de frustración, y que he sabido sobrellevar al plantear las posibles soluciones, o pidiendo la ayuda que necesitaba a mis lobos invocados o a jugadores que se prestan a ello con sus símbolos dorados en el suelo.
Y es que Elden Ring puede parecer un viaje solitario, algo que transmite perfectamente, pero no es una soledad incómoda, es una que buscas y en la que vas a saber manejarte, porque así se plantea, una superación y para mejorar tu tolerancia a la frustración.
La exploración da en la diana continuamente, y te lleva hacia lugares espectaculares y otros tan oscuros o bien planteados en los que pones cara de “no me engañas, aquí va a haber un boss”, pero sabe sorprender en cada tramo y te llevas más de una buena o mala noticia en varios de sus recovecos. También destaca por el diseño de sus armas, armaduras y magias, que suman varios puntos a la ambientación y casan con el mundo que nos rodea, lleno de lugares de luz o lúgubres a partes iguales.
Es difícil vender una experiencia personal, así que os recomiendo que le deis una oportunidad para descubrir todo lo que ofrece, y para deleitaros con los paisajes que veréis ante vuestros ojos, el camino es difícil sí, pero la recompensa es mucho mayor, y no estarás solo o sola cuando no quieras estarlo.
