Este análisis ha sido realizado gracias a una copia facilitada por Team17, título ya disponible en PC.

El género de los builders o juegos de construcción es, quizás, uno de los más variados del medio; son cientos los títulos publicados que se basan en las mecánicas de construir y progresar con tu ciudad.

La satisfacción de ver como tu pueblo crece hasta convertirse en una gran urbe hace de estos juegos una experiencia única, en la que no hay un objetivo, no tienes que ganar ni conquistar a nadie, eres únicamente tú y tu creatividad.

La propuesta de Balancing Monkey Games

Este pequeño estudio situado en Dunedin, Nueva Zelanda, ha buscado darle una vuelta de tuerca al género, con una serie de ideas que dan a Before We Leave una frescura interesante en muchos aspectos, aunque es cierto que en otros penalizan el progreso de la partida.

Con un apartado artístico increíble, Before We Leave nos sitúa en un mundo postapocalíptico. La humanidad lleva siglos viviendo en búnkeres, al más puro estilo Fallout, pero mientras otros juegos optan habitualmente por un apocalipsis feísta, con las ruinas del viejo mundo y peligros a cada esquina, Before We Leave elige un ambiente de naturaleza y color, con un estilo gráfico en las construcciones y en los compas (los habitantes de este mundo) que recuerda mucho a la idea del remake de Zelda Link's Awakening, donde cada estructura parece una maqueta y sus personajes pequeñas figuritas de juguete.

Pero más allá del estilo gráfico el juego destila una atmósfera única que, personalmente, me recuerda mucho a Outer Wilds, respirando un ambiente campestre, alejado de la ciencia ficción futurista tradicional, con naves espaciales de madera y edificios del futuro construidos al estilo de la típica cabaña de madera del bosque.

El mimo con el que han creado su mundo es tal que cada planeta cuenta con su propio ciclo de día y noche, por lo que cuando saltemos entre islas una puede estar a plena luz del día y otra sumida en la noche, lo que afectará al comportamiento de los habitantes, y podemos vez cómo durante las noches el ajetreo y ruido de la ciudad se calma, antes de volver a bullir con la salida del sol.

Un planeta por explorar

Lo primero que destaca nada más ver el juego es su particular "tablero", y es que Before We Leave organiza su mapa en una especie de cuadrícula de forma hexagonal que puede recordarnos en un primer momento a la estructura del mapa de juegos como Civilization VI, cada hexágono puede contener una sola construcción, por lo que la planificación de edificios (y sobre todo, de caminos) es una constante durante nuestra partida.

El comienzo será ciertamente sencillo, las puertas de nuestro búnker se abren tras siglos de aislamiento, no queda nada del viejo mundo, solo restos de antigua tecnología y nuestra misión será repoblar, en un primer momento nuestra isla, y poco a poco el planeta entero.

Si algo hay que destacar de la primera toma de contacto con Before We Leave es su maravilloso tutorial. Normalmente la gran cantidad de herramientas de construcción, edificios y tecnologías suele resultar abrumadora de inicio, pero durante el tutorial se nos irán pidiendo una serie de objetivos a corto plazo muy bien medidos, para convertirnos en expertos tras la primera partida.

La curva de progresión del tutorial es excelente y esta primera partida puede durar horas, sin exageración, en mi caso llegué a sobrepasar las 8 horas en el tutorial sin dejar de progresar y mejorar mis ciudades en ningún momento.

Y sí, he dicho ciudades, pues una de las propuestas que Before We Leave es la gestión de varias ciudades, en este caso islas, al mismo tiempo. Primero nos expandiremos por nuestra isla, pero pronto necesitaremos explorar el mar y descubrir nuevas superficies de tierra donde construir otros asentamientos en busca de recursos.

La existencia de múltiples recursos nos obligará a establecer diversos asentamientos por todo el planeta, pero rara vez estos serán autosuficientes y siempre necesitarán un recurso de otra isla para progresar, es aquí donde aparece uno de los inconvenientes del juego.

La necesidad de comercio entre islas provoca un cierto desequilibrio entre ellas. El sistema de transporte mediante barcos funciona correctamente cuando se trata de realizar un solo envío o es algo puntual, pero cuando nuestros asentamientos crezcan el intercambio de recursos necesita ser constante y la mecánica para establecer manualmente las rutas de transporte no es la más eficiente.

Nuestros compas deberán recorrer la isla hasta el lugar de producción o almacenaje de un recurso, recogerlo y regresar al puerto, este recorrido provoca lentitud en las entregas, sobre todo cuando una ruta transporta diferentes productos y en algún momento acabará produciéndose un cuello de botella en alguna isla que traerá consigo superávit en una isla y déficit en otra, lo que te supondrá un dolor de cabeza en más de una ocasión y te requerirá invertir bastante tiempo hasta crear la ruta óptima, con las cantidades y tiempos justos para no desequilibrar la economía de ninguna de tus islas.

La conquista del espacio

Si la gestión de múltiples islas ya sonaba compleja, cuando nuestra civilización haya avanzado lo suficiente, podremos dar el salto a la exploración espacial.

Las opciones antes de comenzar partida nos permiten elegir jugar en un sistema de hasta 7 planetas, todos ellos con sus diferentes islas y recursos por explorar. Si antes utilizábamos barcos para el transporte entre islas, ahora lo llevaremos a cabo mediante naves espaciales. Colonizando y repitiendo el proceso interno de expansión en cada planeta.

Otro de los pequeños problemas que se presentan en este punto es la dificultad de crear un sistema "perfecto" dentro de cada planeta, siempre aparecerá un problema menor que requiere tu atención, lo que corta un poco la progresión natural del juego, ya que mientras estás en un punto de expansión espacial con varios planetas colonizados, tendrás que acudir a solucionar un ascensor que no funciona adecuadamente o un almacén lleno en una isla diminuta en un planeta que dejaste atrás hace horas, pasando de una macrogestión a nivel planetario a una microgestión de un aspecto muy concreto dentro de un punto determinado.

Y es que en el remoto caso de que lograras crear el planeta perfecto, donde no hay ni un solo problema y todo funciona como un reloj suizo existe un peligro exterior que amenaza el delicado equilibrio de tus colonias.

Pese a que en todas las descripciones y comunicaciones sus creadores remarcan el hecho de que es un juego "no violento", sí existen enemigos en forma de seres legendarios, como una ballena espacial que puede devorar parte de tu planeta o goblins saqueadores. Aunque no tendrás un ejército ni nada parecido para eliminar estos factores externos, Before We Leave opta en su lugar herramientas pacíficas para solucionar estos inconvenientes, a través de la construcción de edificios especiales.

La importancia de los controles

No quisiera acabar sin hacer una mención al sistema de control y accesos rápidos del juego, pues el trabajo de facilitar la vida del jugador tiene que ser reconocido.

Este tipo de juegos de gestión suelen conllevar pasar largo tiempo mirando gráficos de producción o navegando por menús internos. En Before We Leave encontramos una accesibilidad sencilla, con una interfaz muy limpia en la que cada elemento desplegable tiene una tecla de acceso rápido que se muestra en pantalla, por lo que con un simple vistazo veremos que podemos usar la tecla R para construir caminos o deplegar los diferentes menús de edificios con los números del teclado, lo que da una agilidad sorprendente a la hora de jugar.

Este sistema complementa muy bien las posibilidades del juego y el acto de construir una casa, que nos supondría desplegar un menú, elegir y colocar en el mapa, ahora podemos hacerlo mucho más rápido con pulsar una tecla y hacer click en el mapa.

Pueden parecer detalles insignificantes, pero cuando llevas horas de partida, el simple acto de tener que desplazarte con el ratón a una esquina para seleccionar la opción de "Eliminar" acaba convirtiéndose en un incordio. La implementación de estos accesos rápido indica que los desarrolladores saben bien el género con el que están trabajando y conocen las necesidades de sus jugadores.

¿Merece la pena Before We Leave?

Si.

El resumen es ese, Before We Leave es un juego que debes jugar. No es una obra maestra, ni cambiará el género, pero sí te divertirá.

Es un juego cargado de contenido y de horas, accesible para todo el mundo y que puede servir de entrada al género. Es sencillo pero profundo, lo que lo hace disfrutable a muchos niveles, puedes jugar durante horas seguido o dedicarle solo unos minutos al día para perfeccionar tus islas.

Dónde comprarlo

Puedes Before We Leave en Steam con una oferta por tiempo limitado del 25% de descuento hasta el 20 de mayo a través de este enlace.