He de decir que Baboonno es lo que parece en un principio. Descargo el juego y me encuentro con una estética infantil y un desarrollo que me recuerda a títulos para tablets, móviles y consolas portátiles. De hecho, el juego fue lanzado en PS Vita allá por enero de 2015.

En un principio como digo, me encuentro con un juego de plataformas de avance vertical, que me parecía una especie de revuelto de Puzzle Bubble, Angry Birds y Bomberman (este último por lo de las bombas más que nada). Pero tras abrir la puerta de entrada a este universo y empezar a buscar en el fondo del armario, me encontré con un mundo rico y con mecánicas frescas y adictivas, además de con una dificultad desafiante. 

Tal vez las aventuras del más que mono Tumbili tengan más de lo que aparentan, me dije. Así que me armé de plátanos, cascos y bombas y me adentré en la Isla Plátano para averiguar que secretos se esconden detrás de este título.

El problema de los plátanos flotantes

En Isla Plátano ha ocurrido una tragedia de las graves, y es que el malvado pirata Baboon ha robado unos artefactos gravitatorios y ha provocado con ellos un cataclismo fatal para los monitos de la isla: todos los platanos están flotando en el aire y no hay modo de recuperarlos.

Bueno, tal vez sí...

Por suerte, la aclamada familia Mumbili, famosa por sus tradiciones circenses, está allí para recuperar los plátanos que escapan de la gravedad. La especialidad de los Mumbili es la de ser lanzados con bombas cual "hombre bala". El joven Tumbili pasa a ser, pues, la esperanza de los habitantes de la isla.

Tumbili es un monito de lo más cuco que tiene una carencia un poco especial para un juego de plataformas: ¡no puede saltar! Pero tiene la habilidad heredada por su familia de salir disparado gracias a la explosión de las bombas que lleva consigo.

De este modo, el bueno de Tumbili tendrá que hacer uso de ellas para abrirse camino a través de las alturas, recovecos y trampas que afronte en cada nivel. Tendrá que manejarse bien con ellas, pues la trayectoria de sus lanzamientos dependerá de la potencia y posición de las explosiones haciendo la mecánica fácil de entender pero difícil de dominar. Ser un maestro circense de la familia Mumbili no es "mono de pavo".

Y lo que han conseguido es que este reto, aunque a veces sea difícil, enganche, vicie y sea adictivo, cualidad que como indica nuestro compañero Sonny-Station en su artículo sobre la duración de los videojuegos, es difícil de encontrar en los juegos de hoy.

Estilo Retro y Japonés

Los desarrollados Relevo Games, creadores del juego, llevan años trabajando en videojuegos de estilo retro. Tan retro que han lanzado varios títulos para MSX en pleno siglo XXI, tres décadas después del lanzamiento de aquel glorioso ordenador. Esta empresa Vasca consiguió allá por 2014 el apoyo de Sony dentro de su aplaudida iniciativa Playstation Talents que tantas alegrías está dando al panorama nacional de la industria.

Así pues, el juego del que hoy hablamos fue lanzado de manera digital para PS Vita en enero de 2015, con el total apoyo de Sony. Tal ha sido el resultado que hoy, 2 años después el juego se lanza en Ps4 en formato físico y digital a precio reducido.

Fieles a su estilo, en Relevo crearon un juego con ese carácter retro tan marcado por su dificultad, su desarrollo y estética 2D. Pero sorprendiendo a propios y extraños con novedades en sus mecánicas y su estilo visual muy influenciado por el manga. Sí, algunos lo estaréis pensando: un juego vasco con estética japonesa: ¡cremita fina!

Su estilo es super colorido y sus personajes tendrán diseños megaentrañables que todo aficionad@ al manganime encontrará super cucos y adorables. Además hay que tener en cuenta que, debido a este diseño tan "mono", es un título que estéticamente es perfectamente recomendable para niñ@s, que se de primera mano que algunos papis no saben que juegos de Ps4 comprarle a sus hijos debido al contenido generalmente adulto de los juegos. Aunque eso sí, el reto que nos presenta el juego puede no estar al alcance del público infantil.

Farmeando Bananas

Las bananas flotantes no son solo necesarias para que los habitantes de Isla Plátano puedan comer, sino que además se usan como dinero. Son el eje fundamental del desarrollo del juego, debido a que en las tiendas, a cambio de las valoradas bananas, se venden power ups útiles para cada uno de los enemigos temáticos que nos vayamos encontrando: insecticida para abejas, ajo para los murciélagos, casco para resistir impactos..., etc.

Estos objetos en cuestión sirven también para resolver algunos puzzles que se presentarán a lo largo de la aventura. A veces los objetos los encontraremos explorando sin tener que pagar nada. Pero en resumidas cuentas, nos tocará repetir pantallas cuando nuestro dinero banana no alcance para ayudarnos en algun nivel complicado. Además, todo esto se acentúa ante la rapidez con la que se agotan los recursos. ¡Os armaréis de ajos y os durarán menos que un pastel en la puerta de un colegio!

De modo que se nos presenta un backtracking constante en el que deberemos regresar a zonas ya visitadas para desbloquear secretos con nuevos objetos, o simplemente para reunir bananas y planificar el asalto a algún nivel complicado. A veces resulta algo agobiante el hecho de retroceder constantemente cuando lo que deseas es avanzar en el juego y desbloquear nuevas zonas, y como la dificultad es alta, este backtracking puede costar más tiempo del deseable.

Y os encontraréis con varios así, pues la dificultad está presente constantemente en el juego. Es muy fácil "morir" y verse obligado a reiniciar un nivel, y las fases más complicadas pueden obligaros a realizar múltiples intentos, ya que un fallo de lo más tonto os puede costar el progreso en la pantalla en cuestión.

Y en cuanto a niveles os encontraréis alrededor de 60 pantallas temáticas distribuidas en 6 zonas: jungla, volcán, montaña helada... avanzar a lo largo del juego puede ser todo un reto, que se vuelve de los más satisfactorio cuando se llega a la meta de cada nivel después de varios frustrantes intentos. Algunas de las pantallas pueden suponeros horas de reintentos a pesar de que tienes apenas 2 o 3 minutos para superarlas.

Escuchando la jungla

El mejor aspecto del juego a mi parecer es sin duda el sonoro. Los efectos cumplen sobradamente, pero la música es deliciosa y pegadiza. Y no es para menos, pues la persona que está detrás de su composición es todo un veterano en el sector del videojuego y el anime: Hideyuki Fukusawa. Este artista ha creado bandas sonoras de títulos tan remarcables como Onimusha 2, Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 2, Street Fighter IV y V, y Marvel Vs Capcom 3 entre otros. Sin lugar a dudas su mano se nota y las melodías resultan ser tan chachis que se te pegarán inevitablemente. 

Los efectos son buenos también, efectivos y cumplidores como digo anteriormente, aunque tal vez los gritos de Tumbili se os claven en los tímpanos en exceso, están generalmente bien trabajados. Siguiendo con el aspecto retro, el juego no tiene voces dobladas, símplemente textos para seguir la historia y conocer los secretos de los personajes.

De vacaciones en Isla Plátano

Dentro de este mercado globalizado, repleto de shooters y mundos abiertos, resulta de lo más agradable encontrarte de vez en cuando con algún título con un buen gameplay, sencillo pero desafiante, que te recuerde los juegos con los que creciste jugando, si eres de mi quinta, claro. Está claro, que un título con esta personalidad tan retro no puede competir a nivel técnico con otras producciones. Sin embargo, es de remarcar el estilo artístico del juego, que para bien o para mal mezcla la estética anime con una aventura plataformera ambientada en una isla tropical. Los diseños son infantiloides, pero el dibujo tiene personalidad y eso me parece más importante casi que la calidad gráfica, por así decirlo. Técnicamente lo realmente sobresaliente es el sonido, en especial la música que me parece super pegadiza y entrañable.

El gameplay es sólido aunque a veces tan difícil que te desesperará, con algo de exceso de backtracking, pero en general es divertido planificar los saltos del protagonista Tumbili y resolver las rutas para llegar a la meta de cada nivel.

Este juego lanzado a precio reducido en formato físico, resulta ser un ejemplo del crecimiento de la industria en España y esperemos que esto siga siendo así, y que solo sea un paso más hacia un futuro grande dentro de la creación de videojuegos.