Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Bandai Namco España, título actualmente disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S, y PC (versión analizada).
Cuando pensamos en FromSoftware es inevitable acordarnos de la saga Dark Souls, de Bloodborne, o Elden Ring, entre otros exponentes de un género tan característicos, pero es que la compañía tiene otros títulos en su haber, y uno de ellos es el nuevo videojuego de mecas que tanta expectación ha generado, en el análisis de Armored Core VI: Fires of Rubicon os mostraré por qué es un título a tener muy en cuenta.
Nos trasladamos a Rubicon 3 como mercenarios para cumplir misión tras misión, disparar a todo lo que se mueve, y para desentrañar lo que esconde este misterioso planeta, y todo ello a golpe de metal, de plomo, láseres, y un buen puñado de piezas de meca para ensamblar.
No os voy a mentir, es la primera vez que termino un título de esta saga, aunque ya haya probado algún otro con anterioridad, y ha sabido acertar de pleno en mi caso, dando todas las herramientas posibles a ese jugador o jugadora que entra por primera vez en sus mecánicas, sus mapas, y su forma de dar a entender una historia.
Los fuegos de Rubicon 3
Nuestro personaje aterriza estrepitosamente en este planeta hostil y disputado por diversas corporaciones, quienes buscan una fuente de energía útil a la par de peligrosa, el Coral, pero sabemos que nuestro cometido no es otro que ser un mercenario independiente contratado por el controlador Walter, quien nos irá ofreciendo las diferentes misiones que entran a nuestro comunicador.
Nos haremos con una licencia de un piloto caído bajo el nombre de “Cuervo”, y tras robar esta identidad, nuestro objetivo es el de ir escalando en reputación y renombre para obtener mejores misiones, y por consiguiente, mejores recompensas.
No nos pagan por pensar, y los trabajos se realizan de forma indiferenciada, como si nos contrata una corporación en una misión, o el Frente de Liberación de Rubicon, una de las facciones autóctonas, sirviendo como herramienta y soldado de fortuna, sin miramientos.
Pero, ¿Y si pensamos? Pues es una de las preguntas que nos haremos a lo largo de toda la historia, puesto que según realicemos misiones nos toparemos con alguna que otra encrucijada, y descubriremos los intereses de las corporaciones, de las personas que viven en estas tierras, y del propio planeta.
No es una historia común, como todas las que cuenta FromSoftware, pero es más fácil de entender y descifrar que todas aquellas que ha narrado antes, pero siempre da pie a rascar sobre la superficie, cosa que se agradece, y más en un videojuego donde todo ocurre mediante cinemáticas, conversaciones por el intercomunicador, y lecturas de archivos, y quizás no sea la forma más idónea de contar una historia, pero funciona bien sobre la marcha.
En algunos momentos se nos permite decidir qué camino escoger, y esto afecta a la historia principal y a su desarrollo, pero son escasos, y dicotómicos, así que lo mejor es darle un par de vueltas completas a la historia para armar todo el puzle, y con ello quiero decir, que la historia, por cómo está contada, y su contenido, es interesante y atrapa cuando entiendes la verdadera situación del planeta. La historia principal dura en torno a las 16 o 17 horas, pero si repetimos misiones, y hacemos uso de los otros modos de juego, se extienden mucho más.
Para encarar cada misión, nos permiten portar tres kits de reparación para curarnos durante las mismas, así como de un escáner que nos ayudará a encontrar enemigos ocultos, conocer la disposición de varios de ellos dependiendo del rango de este escáner, y nos puede ayudar a encontrar contenedores de equipo dispuestos en algunos niveles. Siempre se pueden repetir las misiones ya realizadas para mejorar nuestro rango en ellas, o para conseguir algo más de dinero y recompensas.
Crea el AC “perfecto”
La premisa de la jugabilidad es sencilla, montaje y combate, los cuales están interrelacionados, y es importante intentar que encajen bien, aunque en ocasiones las piezas no sean las más idóneas, podemos sobrevivir, y es un aspecto que me ha encantado de Armored Core VI, el hecho de luchar con lo que tienes, e intentar no morir en el intento.
El combate nos planteará ciertos desafíos que son importantes, y que debemos estudiar si queremos ver el cartel de “Misión cumplida”, el ensayo y error están a la orden del día en este juego, es algo que le dota de una marca diferenciadora, la importancia del montaje, y de cómo hacer que funcione en las batallas.
Los mecas son máquinas de guerra, conocidas bajo el nombre de AC que nos darán una experiencia de juego determinada dependiendo de las piezas que hayamos incorporado al mismo. Es posible modificar las armas, la cabeza, el núcleo principal, los brazos y piernas, el impulsor, el SCD que sería el sistema de localización de objetivos, el generador, y las ranuras de ampliación del núcleo.
A estas alturas puede parecer muy enrevesado el hecho de tratar de montar un AC con tantas piezas y posibilidades, pero os diré que es una parte igual de divertida que el combate, y su planteamiento pone muchas facilidades para crear el AC que más se ajuste a nuestro modo de juego. Las piezas las podemos comprar en la tienda del menú previo a las misiones, o las podemos conseguir en el campo de batalla, cumpliendo ciertas misiones, o mediante contenedores dispersos por algunos de los mapas.
Los componentes más pesados harán que nuestro mecha se mueva más lento, pero podremos llevar armas con mayor peso, y, por lo tanto, de mayor poder de destrucción, además de un mayor nivel de defensa, y si queremos un AC ágil y grácil, existen muchas piezas para configurar ese modo, y así poder hacer esquivas más continuadas, y movernos con mayor rapidez.
Las piezas internas como los generadores, el SCD, o la ampliación del núcleo se relacionan con la agilidad y las respuestas del AC, por consiguiente, la elección de un buen generador amplia las opciones de victoria, puesto que se relaciona con la cantidad de energía de la que dispone el mecha, así como de su capacidad de recarga, esta energía funciona como la estamina para realizar ciertas acciones como esquivar, elevarnos mediante el impulso vertical, entre otras.
El perfecto lo he puesto entre comillas porque no hay una respuesta correcta en el montaje modular, todo se basa en jugar, aprender, y probar cosas nuevas si vemos que nos hemos encasquillado en un enemigo concreto, o una misión, cada vez que terminamos un combate, se aprende algo nuevo que incorporar para el siguiente, este título pone a prueba nuestro nivel de adaptabilidad, y eso es algo maravilloso.
Otro aspecto interesante, es el hecho de poder personalizar la paleta de colores del AC, así como el patrón de dibujado, y añadir emblemas que hayamos creado, de la comunidad, o aquellos que conseguimos durante la partida y los enfrentamientos, el nivel de personalización es muy elevado en todos los sentidos, siendo este uno de los grandes alicientes del videojuego.
Acción multidimensional
Una vez que tenemos nuestra máquina de guerra a punto, y hemos aceptado una misión, nos lanzaremos de lleno a los diferentes campos de batalla que se encuentran dentro de Rubicon 3, no estamos ante un mundo abierto, puesto que son mapas cerrados, algunos de ellos más extensos que otros, los cuales son variados, ya sea por su disposición, si verticalidad, o simplemente porque están diseñados para una misión concreta que sabe plantear bien sus diferentes elementos y características propias.
La acción en Armored Core 6 es pura adrenalina, además de ser un sistema de combate en donde iremos aprendiendo sobre la marcha todos sus entresijos, y sus bondades. Al principio no pararemos de pulsar todos los botones disponibles para hacer daño a los enemigos, pero poco a poco iremos planteando una estrategia de combate acorde a las piezas y armas ensambladas en nuestro meca.
Lo bueno es que los combates se desarrollan de forma omnidireccional como bien nos indica el propio juego, haremos uso del desplazamiento lateral, podemos realizar una esquiva muy útil, impulsarnos hacia arriba para ganar altura, o acercarnos y alejarnos del enemigo según convenga, y según la estrategia a seguir.
La posibilidad de luchar en tantos planos dota al juego de muchas variantes en el combate, y no son pocas las veces que he esquivado un cohete en el último momento que perfectamente podría haberme dejado con la mitad de vida gracias a saber situar mi AC en la posición correcta, y siendo consciente del espacio donde lucho.
Y es que los espacios también son importantes, ya que podemos usar edificios como defensa para evitar un ataque directo, elevarnos a una altura considerable para disparar desde lejos, o movernos rápidamente en una cueva cerrada, y donde hay poco margen de maniobra. Muchas de estas acciones consumen energía, por lo que es importante medir su uso, para no quedar desprotegidos o desprotegidas cuando sea necesario.
El armamento se puede usar de forma simultánea, pero cada una de ellas tiene sus peculiaridades, munición limitada, y un tiempo de recarga determinado dependiendo del tipo, y de su potencia de ataque. Disponemos de ametralladoras, fusiles, escopetas, armas cuerpo a cuerpo, láseres, lanzagranadas, misiles que podemos disparar desde el hombro, escudos, y un largo etcétera, que siempre nos mantendrán ocupados, tanto por su uso, como por cómo las utilizan los enemigos.
Además de contar con armas en cada mano, es posible asignar armas a los hombros, lo cual nos suma un total de cuatro con las que hacer malabares de guerra, y es una de las partes más divertidas de todo este entramado de opciones. Con todo ello, sin duda alguna, los combates más divertidos y desafiantes son aquellos donde nos enfrentamos contra otros AC, los cuales hacen uso del mismo armamento, y contra los bosses de cada capítulo, algunos de ellos son verdaderas máquinas de destrucción, e incluso de gran envergadura, que nos harán recordar la eterna lucha de David contra Goliat.
Esta entrega nos trae una mecánica parecida a la postura en Sekiro, ya que cuando ataquemos al enemigo, este acumula inestabilidad de impacto, que cuenta con su propio medidor, y al llenar este medidor, nuestro contrincante perderá su posición entrando en el modo de “aturdimiento”. Este modo es el más útil el combate porque los enemigos sufren daños críticos continuados en este estado, convirtiéndose en la mejor oportunidad para hacer uso de armas pesadas o de cuerpo a cuerpo.
Pero debemos andar (o impulsarnos) con cuidado, porque nuestro AC es susceptible de entrar en este estado, aunque hay configuraciones dentro del montaje que nos permiten aumentar el rango para entrar en aturdimiento, y también para salir antes de él si el enemigo consigue su cometido.
El metal y los miedos
Cuando reflexioné sobre este apartado, quería asignarlo a todas aquellas cosas que me ha transmitido Armored Core VI porque me resulta interesante no dejarme nada en el tintero, pero por más que le di vueltas, comprendí que se trata de una de esas experiencias que tienen mucho que ver con la vivencia personal a los mandos.
Bajo toda esa capa de acción y destrucción, esconde mucho más significado y sentido tanto dentro, como fuera de la historia. ¿Debemos acatar ordenes por qué nos pagan para ello? ¿Sabemos diferenciar la línea entre el bien y el mal?, este par de preguntas me rondaban durante toda la partida, y eso es algo que ya ha hecho bien esta entrega.
Mucho de todo esto tiene que ver con las percepciones personales, y con la forma de encarar el propio juego, una cosa está clara, invita a la reflexión continuamente, ya sea para el montaje del AC, para encarar los combates, o para comprobar si todo lo que ocurre tiene un sentido u otro diferente.
Aprovecho este apartado para colar dos modos de juegos, no por ello menos interesantes, el modo arena, que nos enfrenta contra simulaciones de AC que aparecen o se nombran dentro del juego, y es un sistema muy entretenido para ganar nuevos emblemas, y para conocer contrincantes dignos y poderosos, además de darnos la configuración de cada meca que podemos ensamblar si tenemos las piezas disponibles.
Al acabar con los enemigos en este modo, nos darán chips OST que podemos gastar en modificadores muy interesantes para nuestro meca, como la posibilidad de colocar armas comunes a los hombros y poder intercambiarlas con el brazo correspondiente en combate, aumentar nuestra defensa de forma permanente, adquirir expansiones del núcleo para realizar un pulso de protección, de armadura, o simplemente para conseguir mejoras en la potencia de fuego de cada tipo de arma.
Este apartado del menú es muy importante, puesto que nos permite adquirir nuevos elementos que nos ayudarán a tener una vida un poco más fácil en Rubicon 3, que falta hace en algunos momentos concretos, y suma más niveles de personalización dentro de toda la propuesta.
Y otro es el modo multijugador, que nos enfrenta contra oponentes de todo el mundo en batallas de hasta cuatro jugadores y jugadoras, si bien es un añadido interesante, no he librado muchas batallas de este tipo.
Apartado gráfico y sonoro
En este punto tengo sentimientos encontrados, pero la sensación ha sido positiva en todo momento, sobre todo en el rendimiento, la fluidez, y los detalles que podemos apreciar en los componentes y armas de los AC.
A nivel gráfico cumple con notable alto, ya sea por el nivel de partículas en pantalla, la tasa de fps estables en todo momento aún en combates llenos de elementos como explosiones, movimientos alocados de los mechas, y el disparo de las armas, o por las animaciones de las propias máquinas, en donde todo fluye en perfecta armonía y es todo un deleite visual.
Donde he encontrado elementos que han entorpecido parte de la experiencia, es en los escenarios, si bien muchos de ellos son imponentes y bien diseñados, el nivel de detalle no es muy elevado, y, aunque son pequeños detalles, puede truncar algunos momentos dentro de la exploración, ya sea por los edificios, vehículos, y el mobiliario urbano de algunas zonas.
Pero estos elementos funcionan bien en conjunto gracias a la acción desenfrenada, donde solo tenemos un objetivo, que no es otro que eliminar al objetivo, y ahí no hay detalles que valgan, solo cumplir la misión.
Habría sido de agradecer que el entorno jugase un papel más importante, y aunque hay bidones explosivos, y otros objetos que podemos usar a nuestro favor, no habría estado de más añadir interacciones con el entorno, como la posibilidad de poder lanzar objetos determinados, o arrojar al enemigo contra edificios, que, aunque suene muy peliculero, sería un añadido que sumaría estrategia, y sentido a ciertos mapas.
A nivel sonoro cumple a la perfección, tanto en su banda sonora, que incrementa los momentos de tensión y frenetismo en los combates, como en los diferentes sonidos que se despliegan en combate, tanto de las armas, los AC, la destrucción de parte del entorno, y los diferentes elementos que lo componen.
En cuanto a las opciones de accesibilidad, cuenta con subtítulos en castellano, voces en inglés o en japones, así como con la posibilidad de modificar la velocidad de la cámara, la vibración, y el mapeado de los botones, pero no dispone de descripción de audio, o de modo de alto contraste, ni de la posibilidad de cambiar el tamaño de letra.
Conclusiones
Armored Core VI es un título a tener muy en cuenta si te gusta la acción, y, sobre todo, su ambientación. Sabe conjugar bien todos los aspectos que competen a un mundo futurista de ciencia ficción donde los mecas están a la orden del día, las corporaciones quieren tener el control de los recursos, y las luchas de poder son una constante, o, quizás, no es un futuro tan lejano.
El sistema de montaje es todo un arte dentro de este título, y me he visto buscando combinaciones de todo tipo para probar cosas nuevas, pero yendo siempre a lo seguro y a aquello que me funcionaba en los momentos que así lo he necesitado gracias a poder guardar varias configuraciones.
Habría sido interesante dotar al jugador o jugador de más libertad de acción a la hora de decidir los contratos, para modificar el rumbo de la historia, así como la posibilidad de explorar los mapas de forma libre sin misión alguna, para descubrir todos los archivos y contenedores de equipo, o algún que otro secreto. La cantidad de modos de juegos resulta escasa si queremos extender la vida útil del título, pero su alto nivel de rejugabilidad firma a su favor.
La constante acción, la variedad de enemigos, y los enfrentamientos contra otros AC y jefes finales pondrán a prueba todos nuestros conocimientos, haremos uso de todo el mapeado de botones del que dispone el propio juego, ya que todo tiene una utilidad, y repetiremos combates varias veces hasta alzarnos con la victoria, os adelanto que es posible que, aprendiendo de los errores, probando cosas nuevas, y enfrentando esos miedos, cumpliréis todas las misiones.
Quizás por su planteamiento, y su ambientación de mecas no sea un juego para todo el mundo, pero si es un juego que debería probar todo el mundo, por lo que ofrece, por la diversión asegurada, y porque FromSoftware ha sabido incorporar gran parte de su aprendizaje desde su creación en este título, dotándole de momentos únicos, adrenalina, retos para poner a prueba las habilidades del jugador o jugadora, y regalando enfrentamientos memorables que se quedan grabados en la retina.
