Se ha hecho de rogar, tanto para aterrizar en las consolas de actual generación como para recuperar su esencia, la que se inició con el giro de la franquicia Colin McRae a DiRT, juego que tuvo en su título el nombre del ya fallecido piloto de rallys escocés.

Después de un juego centrado en la vertiente espectáculo con DiRT Showdown y de volver a las raíces del rally más puro con DiRT Rally, Codemasters vuelve a lanzar una entrega numerada que mezcla ambas vertientes y da cabida a todo tipo de pruebas y vehículos: DiRT 4.

La expectación por la cuarta entrega ha sido alta y el listón dejado por DiRT 2 y 3 es elevada, pero es de sobra conocida la experiencia y el buen hacer de Codemasters en el género de la conducción, responsables de esta saga y también de los juegos oficiales de la F1.

La cuenta atrás ya está en marcha, nos espera una pista llena de curvas traicioneras, de lomas resbaladizas, charcos, barro, nieve... que no os importe mancharos, esto es DiRT y esto arranca.

¿Qué tipo de jugador eres?

La experiencia del estudio se deja notar en los primeros pasos, que nos guían de una forma impecable para configurar en pocos y sencillos pasos el tipo de juego que queramos disfrutar. La primera pregunta es directa: ¿Gamer o Simulación? ¿Prefieres una experiencia divertida y no demasiado exigente, o quieres exigirte desde el principio?

Después de una primera prueba de conducción el juego evaluará nuestras habilidades y nos recomendará una configuración y dificultad (Piloto, Pro, Campeón). Decidas lo que decidas, en cualquier momento podrás ajustarlo todo, el juego te invitará a ello en ocasiones, y existen tantos parámetros que modificar que probablemente acabes reduciendo el número de reinicios permitidos o aumentando algo la IA rival o la simulación de daños.

La modalidad casual no será un camino de rosas ni convertirá al juego en un título de conducción arcade alocado, pero sí permitirá al jugador menos experimentado ir mejorando sus habilidades sin demasiada frustración. Con la Academia DiRT, una de las modalidades de paso casi obligado, podremos aprender técnicas de conducción para afrontar, por ejemplo, distintos tipos de curvas en diferentes superficies y con configuraciones de tracción delantera, trasera o 4x4, cómo saber salir acelerando de las curvas, frenar sin bloqueo, conducir por nieve...

Se agradece la Academia, y se agradece que el juego sea simple en apariencia y complejo a la hora de configurar esa experiencia, porque la conducción será totalmente distinta si cambiamos a simulación, desactivamos las ayudas y los reinicios. A diferencia de DiRT Rally este juego da cabida a todo tipo de jugadores y el cuidado en guiar a los menos iniciados es una gran idea para todos los que se acerquen a la saga por primera vez.

Modos de juego

El Rally y el Rally clásico - con coches antiguos y de conducción más variada que nos exigirá conocer más el coche - no son los únicos modos de juego disponibles, aunque sí los más importantes. Contamos con un Modo Carrera en el que crear a un piloto - no con muchas opciones de personalización, también es cierto - e iremos compitiendo en las distintas pruebas de Rally, Land Rush y Rally Cross, subiendo de nivel con cada éxito y adquiriendo dinero y patrocinadores que nos permitirán mejorar e ir creciendo.

Resulta interesante la variedad de mejoras que podemos aplicar para construir a nuestro alrededor todo un equipo de personas que nos ayuden a llegar a lo más alto. Mecánicos, ingenieros o relaciones públicas, todos ayudarán a conseguir reparaciones más rápidas, piezas más baratas o mejores contratos, además de poder acceder a comprar coches de una mayor categoría, en ocasiones necesario si queremos competir en igualdad de condiciones en determinadas pruebas. Las mejoras de personal no son algo estrictamente necesario para avanzar y quien solo prefiera correr puede ignorarlas, pero son un añadido interesante para hacer más divertida y variada nuestra carrera como piloto.

Si bien el número de campeonatos no es muy variado, con solo cinco localizaciones: EEUU (Michigan), Australia (Fitzroy), Gales (Powys), Suecia (Värmland) y España (Tarragona), cada una cuenta con un buen número de trazados, cortos pero variados a diferencia de DiRT Rally que apostaba por etapas más largas y menos numerosas. Ayuda también a darle variedad el hecho de disfrutar de las diferentes etapas con distintas condiciones atmosféricas y de luz.

Si nos cansamos de los rally podemos probar el RallyCross, que cuenta con la licencia de la FIA para que podamos disputar el Campeonato Mundial - al contrario que los rallies, cuya licencia la tiene la saga WRC - y tenemos las pruebas oficiales como la Carrera en Montalegre, Lohéac Bretagne, Hell, Holjes y Lydden Hill y vehículos Supercars, RX2, Super 1600x, clásicos Grupo B o crosskarts.

Se trata de circuitos cerrados en los que tenemos que llegar los primeros teniendo que dar obligatoriamente una vuelta comodín o recorrido ligeramente más largo, definiendo la estrategia para escoger la mejor vuelta que nos libere de tráfico y nos haga incorporarnos en una zona limpia de coches, momento que nuestro asistente nos ayudará a elegir.

En el caso de Land Rush tenemos camiones Pro-2 y Pro-4, Buggies y Crosskarts para competir en pistas de tierra en California, Nevada y México con espectaculares saltos y con doce vehículos, los seis primeros se clasificarán para la final A y el resto la final B.

Por supuesto la parte recreativa sigue presente con Joy Ride, un buen conjunto de pruebas en una gran explanada dentro de una vieja fábrica salpicada de contenedores, bidones, rampas y demás parafernalia para que podamos dar rienda suelta a nuestra imaginación y demostrar nuestra pericia manejando volante, pedales y freno de mano. Podemos escoger entre el Tiempo de Vuelta, donde ir pasando por encima de iconos de reloj que restan y esquivando los que suman y tratando de terminar una vuelta en el menor tiempo posible con un sistema de medallas, también tenemos pruebas en las que golpear el máximo de paneles de corcho en un tiempo límite y también simplemente podemos poner el modo libre y hacer el cabra un rato.

Y por si esto fuera poco tenemos el Campeonato de Juego Libre, que nos permite crearnos y configurar nuestro propio torneo y donde destaca especialmente la opción Crea tu Circuito, una de las grandes novedades de DiRT 4, una herramienta para crear una ruta de rally pudiendo escoger localización, ajustar los parámetros del tramo (longitud y complejidad) y otras opciones como la franja horaria y las condiciones climáticas para que el programa nos genere automáticamente la etapa, ofreciendo de esta manera un número ilimitado de pistas y podamos ajustar el torneo a una exigencia mayor o menor según lo que queramos en cada momento. Además podremos compartir las pistas con nuestros amigos y desafiarles a que superen nuestros tiempos, algo que siempre se agradece.

Por supuesto tendremos opciones online para batirnos contra rivales de todo el mundo. El Modo Competitivo nos ofrece pruebas estándar o pruebas de la comunidad, con una gran variedad de categorías y pistas donde elegir. El multijugador en sí nos permite crear una Jam Sesión o unirnos a una, pudiendo seleccionar estilo de conducción (Gamer o Simulación), disciplina, ubicación o ayudas.

Los modos online podían haber sido más originales, un Joy Ride multijugador habría estado bien, pero con la cantidad de opciones de personalización, variedad de pruebas y clases de vehículos es más que suficiente, además cuenta con la gracia de compartir todas las tablas de líderes entre las versiones de PS4, Xbox One y PC, así que si llegas al número 1 en alguna prueba sabrás que eres el mejor del mundo.

Jugabilidad

Una vez repasados los números vamos a lo importante, las sensaciones al volante. La saga DiRT siempre se ha caracterizado por ser una experiencia divertida, intensa y adaptada a todos los públicos, y aunque con DiRT Rally se apostó por un formato más exigente y solo apto para los más expertos - o al menos no para los que tengan poca paciencia - aquí se ha querido mezclar esa exigencia de las etapas de rally con la diversión del RallyCross, el LandRush y las pruebas de habilidad.

Lo mejor del juego es abrirse a cualquier tipo de jugador. Los que vengan de DiRT 2 y DiRT 3 y estén acostumbrados a un poco de dificultad pero tengan miedo de lo que oyeron sobre DiRT Rally pueden estar tranquilos, el estilo "Jugador" sólo exigirá controlar un poco la velocidad y los virajes, pero será relativamente sencillo derrapar y terminar las etapas de una pieza - bueno, tal vez sin algún guardabarros de vez en cuando - pero el jugador más "Pro" también tendrá su motivo para estar satisfecho con el grado de exigencia, y es que el estilo "Simulación" hará que haya que conducir con gran pericia para controlar los sobrevirajes, subvirajes, la tracción y las distintas superficies, con un comportamiento de los coches que ha sido supervisado por el mismísimo doble campeón del mundo de la FIA World Rallycross Petter Solberg.

En el rally dependeremos ciegamente - y esto a veces es literal en caso de mucha niebla - de nuestro copiloto, que nos irá cantando las curvas, baches y demás cambios y su dificultad. El más mínimo descuido, o un riesgo demasiado alto, podrá dar al traste toda una etapa, lo que nos obligará a conducir con la máxima tensión, y ahí radica la gracia de este tipo de juegos.

Por suerte creo que las etapas más cortas cumplen una doble función, ofrecen más variedad respecto a DiRT Rally y no son tan angustiosas para el jugador. Aún así será habitual que golpeemos el coche, algunas veces se producirán pinchazos y tendremos que decidir si lo arreglamos sobre la marcha o no merece la pena y completamos la etapa con una rueda que, si no cuidamos, puede terminar de reventar. Al final de cada etapa podremos reparar nuestro vehículo, pero tendremos un tiempo límite y algunas reparaciones pueden hacer que se supere, así que tendremos que ajustar la estrategia de reparación. Detalles como ese, o como el de cuidar mucho los faros en una etapa de noche - si los rompemos nos quedamos sin ver nada - hacen que amemos al juego y perdonemos sus imperfecciones, que las tiene.

Las carreras de LandRush son rápidas e intensas, tal vez las más divertidas y frustrantes porque cualquier ligero toque, especialmente con los Buggies, puede hacer que nuestro coche quede totalmente desestabilizado y ya sea imposible coger a los rivales. Además la IA rival parece estar programada para seguir su trazada óptima y si eso la hace chocar contigo y arruinar tu vuelta no es habitual que cambie su camino. El RallyCross, presente también en DiRT Rally, resulta fresco y divertido y recomiendo probarlo primero antes de enfrentarnos a los rally para ir cogiendo soltura con el manejo de los coches.

Respecto a las cámaras contamos con las habituales interiores de capó, vista libre, salpicadero y dos exteriores. Para las carreras frente a otros pilotos las exteriores ofrecen un mejor resultado y nos sirven para ver mejor el comportamiento del coche, aunque las interiores siempre dan una mejor inmersión. Todas funcionan muy bien así que según gustos.

Un rally poco vistoso

Curiosamente uno de los apartados que más me ha decepcionado ha sido el visual. Si bien es cierto que sigue la línea de DiRT Rally, me esperaba mucho más viendo que todos los DiRT numerados habían logrado unos gráficos destacables que incluso dejaban atrás a muchos juegos de la competencia, pero DiRT 4 está muy por debajo de otros juegos de conducción y eso es algo que no esperaba.

Hay que ser justos, el motor EGO funciona a 60 frames por segundo muy estables - salvo en alguna prueba multitudinaria con muchos coches a la vez y golpes, con puntuales caídas que no molestaban - y esa fluidez es una maravilla que hará que muchos jugadores no necesiten más. También el juego luce bien con los efectos climáticos, la nieve y la lluvia están bien recreadas, la niebla está muy conseguida y la iluminación nocturna cumple. Pero en el cielo despejado al juego se le ven las costuras, texturas de pobre calidad, un sistema de iluminación general algo mediocre, sistema de partículas bastante irregular (aunque la representación del polvo está conseguida) y unos daños algo desfasados. Además debo decir que he probado la versión de PS4 Pro, que tiene más resolución, mejoras en reflejos o un mejor antialiasing, así que mi decepción es aún mayor imaginando cómo se verá en PS4.

Respecto al apartado de sonido y FX también he notado irregularidades y sensaciones encontradas. Por un lado el juego cuenta con una gran banda sonora, con más de 40 temas licenciados de artistas como Pretty Vicious, Bastille, The Chemical Brothers o Disclosure, pero por otro aunque muchos efectos de sonido son contundentes y están bien grabados no siempre se reproducen cuando deberían sonar y algunos deslizamientos y golpes se echan en falta.

El juego cuenta con un doblaje al castellano, una voz que nos anima y nos da consejos, a la que en muchas ocasiones le falta un poco de fuerza, sobre todo cuando hemos ganado una prueba in-extremis y estamos exultantes y escuchamos un apagado "bien hecho...". En anteriores entregas el locutor era una fiesta en sí mismo, pero parece que aquí está de resaca.

Conclusiones

He disfrutado mucho de DiRT 4, y aunque al final haya sido un poco duro con el apartado gráfico hay que tener en cuenta que en este tipo de juegos lo que importa es la experiencia conduciendo y esta es muy satisfactoria.

El hecho de ofrecer una experiencia moldeable para cualquier piloto lo convierte en un juego ideal para los amantes de los rally, ya sean novatos y poco duchos como los más expertos o los que quieran tener ante sí un reto de verdad. El juego invita a que vayamos probándonos como pilotos e ir realizando ajustes en la dificultad y la simulación para llegar a sentir lo que siente un piloto de verdad enfrentándose a esa sucesión de curvas a una velocidad no apta para prudentes.

Tiene una buena variedad de pruebas, y aunque las localizaciones solo son cinco en rally y tres en LandRush y esperaba alguna más, el número de etapas y el editor le dan la variedad necesaria. Me ha gustado que hayan mantenido la importancia del rally y hayan sabido integrarlo con modos tan distintos como el Joy Ride, aunque en estos se echa un poco de menos todo ese espectáculo de masas que pudimos ver en Showdown.

¿Puede mejorar? Por supuesto, no va sobrado en números y técnicamente tiene mucho margen, pero divierte, engancha y consigue que cualquier usuario, da igual lo bueno o malo que sea, lo disfrute. Es evidente que Codemasters sabe hacer juegos de coches y lo han vuelto a demostrar con DiRT 4.