Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Funcom. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4 (versión analizada) y XBOX ONE.
Introducción
Si has llegado aquí para leer el análisis de Moons of Madness, tal vez seas uno de esos fanáticos seguidores de la obra e influencias de H. P. Lovecraft. Si no es el caso, entonces no te vendría mal echar un ojo a mi reseña de Call of Cthulhu, donde dedico buena parte de la introducción al venerado escritor de Providence.
El caso es que al bueno de Howard se le atribuye la invención de lo que ha sido bautizado como "terror cósmico", aunque normalmente ambientado en sus coetáneos años veinte, es decir hace un siglo que se dice pronto.
Sin embargo, el concepto de lo cósmico podría sugerir (y así lo hace) algo que se adelanta a su tiempo, de modo que... ¿y si ambientamos los famosos mitos de Cthulhu en el futuro en lugar del pasado?
Moons of Madness no es el primer juego que lo hace, por supuesto, pero ¿qué queréis que os diga? Yo no me canso. La idea de trasladar la visión de Lovecraft a una base aislada en medio de Marte no podría pintar mejor, ¿no os parece? Bien, veamos entonces qué tal ha salido la cosa.
Los antecedentes
Moons of Madness recuerda a La Cosa, en cuanto tenemos una base completamente aislada en medio de un terreno inhóspito. El protagonista, Shane Newehart, vendría a ser el MacReady de esta epopeya futurista.
Pero, a diferencia del abominable alienígena que nos estremeció en la película de culto de John Carpenter, en esta ocasión la cosa (por llamarla de alguna forma) se asemeja más a la de la primera versión fílmica: ésa en blanco y negro donde la criatura era una especie de planta andante.
Tranquilos, que esto no era un spoiler. En realidad no hay una cosa y a la vez hay muchas, es lo de menos. Moons of Madness no es un juego donde tengamos un claro antagonista, sino que representa más bien un viaje, en parte interior, del protagonista.
Con lo dicho ya podéis haceros una idea de lo que tenemos entre manos: Moons of Madness no es un título de terror y personalmente no creo que pretenda serlo, o así lo he entendido yo. En su lugar, la obra de Rock Pocket Games plantea más bien una experiencia inquietante, sobrecogedora y delirante, que todo sea dicho es más fiel al legado de H. P. Lovecraft.
De qué va el asunto
Vamos a darle un poco de forma a todo este terror cósmico. Moons of Madness es un juego en primera persona, con casi inexistentes elementos de acción, que sustituye por abundantes puzles y exploración.
Si te gusta la ciencia ficción y la idea de ser un astronauta en marte, es casi imposible que Moons of Madness te decepcione, ya que está muy bien ambientado, incluyendo toda una serie de detalles relacionados con la vida en otro planeta.
El juego arranca despacio, bien. Formamos parte de un equipo al que prácticamente no veremos, lo cual además de ahorrar unos buenos recursos para el desarrollo de paso nos transmite esa sensación de aislamiento y soledad. Eso sí tendremos bastantes conversaciones por radio que, creedme, en algunos momentos serán el más importante asidero de nuestra cordura.
El tema, sin ánimo de hacer destripes, es que la cosa se irá complicando, cada vez más, y lo que empezara como un día rutinario en la base dará lugar a toda una experiencia pseudo onírica que, como sucede en la ambientación de los mitos, nos sobrepasa completamente, haciéndonos sentir como un mero espectador de algo majestuoso.
Moons of Madness dura unas diez horas escasas entendiendo que vamos a entretenernos con los puzles, durante las cuales no se puede decir que vayamos a aburrirnos. Ahora bien tampoco le pidamos peras al olmo: el juego se conforma en todo momento.
¿Qué quiere decir esto? Pues que no aspira a más de lo que da, lo cual está bien en cuanto se siente un producto bien acabado; pero por otro lado hablamos de un título poco ambicioso, que tenía potencial para haber dado mucho más de sí.
Apartado técnico
En lo visual Moons of Madness luce bastante bien, aunque sufre de ese mal de los juegos directamente importados de PC a base de limitar el framerate a unos 30fps no muy estables.
Si le perdonamos esto, el juego de Rock Pocket Games presenta una fantástica ambientación donde todos los detalles están cuidados, haciéndonos sentir que realmente estamos en una base espacial.
Mientras jugaba, no dejaba de pensar en lo alucinante que habría sido esta experiencia en realidad virtual. De hecho me ha venido a la memoria Red Matter, que se parece mucho a este juego. Ahora bien, las similitudes terminan cuando te colocas el dispositivo de VR y estás literalmente dentro de la base. Una pena, ya os digo.
Con respecto al sonido, está bien implementado. Como es habitual en esta clase de juegos, la música sólo entra en escena para enfatizar los momentos de máxima tensión. Los efectos están a la altura de la genial ambientación. Los diálogos vienen en inglés con subtítulos en español, y tanto el doblaje como la traducción rayan a buen nivel.
Conclusión
Moons of Madness es un título que me alegro de haber analizado. No es un gran juego y no creo que aspire a serlo. Simplemente intenta encontrar su nicho entre la abundante oferta videolúdica de hoy en día, recurriendo una vez más a la ambientación de los mitos de Cthulhu como carta de presentación.
Si eres un fanático de la obra de Lovecraft, sabes que vas a probar este juego antes o después. Si no es el caso, debes ajustar bien tus expectativas antes de acercarte a Moons of Madness: lo que vas a encontrar aquí es un título inquietante, misterioso, intrigante y muy bien ambientado, pero a la vez conformista. Tal vez recomendaría esperar a que baje un poco de precio.
Moons of Madness podría ser más largo, podría dar más miedo, podría plantear mayores retos y, ya puestos, hasta podría tener soporte para realidad virtual. Pero entonces sería un juegazo y seguramente desarrollarlo habría costado unos recursos con los que el proyecto no contaba. De modo que hay que contentarse con una experiencia sencillamente recomendable a poco que te guste la ciencia ficción.
