El asunto de la retrocompatibilidad de Sony en esta generación con PlayStation 4 da para ahogarnos en ríos de tinta. Rumores sobre su llegada, un servicio streaming - PlayStation Now - que sigue acumulando juegos pero se mantiene estancado en un puñado de países...
Mientras la competencia sigue presumiendo, y con razón, de un gran catálogo retrocompatible con juegos que incluso llegan incluidos en los títulos de Xbox One y Nintendo abrió la veda nostálgica de NES Mini y Super NES Mini, Sony sumó dos y dos y anunció PlayStation Classic, una versión reducida de la primera PlayStation. Pasta para sus bolsillos, carnaza para sus usuarios. Todos contentos... o no.
PlayStation Classic, un catálogo con misterio
El arranque de la mini PSX fue prometedor y recibido con mucho entusiasmo. Su precio era algo elevado, 99,99 euros, y de su catálogo de 20 juegos únicamente se anunciaron Final Fantasy VII, Jumping Flash, R4 Ridge Racer Type 4, Tekken 3 y Wild Arms, pero la gente empezó a imaginar qué otras quince maravillas albergarían sus diminutas tripas.
Nosotros mismos realizamos nuestras predicciones o más bien lista de deseos, con la que esperabamos contar con juegos como: Crash Bandicoot el juego de la mascota carismatica, para muchos la primera mascota de Playstation, Silent Hill de los primeros juegos de terror, Gran turismo el boom de los carreras de autos con millones juegos vendidos, Vegas Casino que tenia clasicos juegos de casino como poker, ruleta, que dieron un abre bocas de lo que hoy es el entretenimiento de juegos de azar online, R-Type Delta que aportaba una novedad en forma de decenas y decenas de prototipos entre los que elegir de naves; pero con gran sorpresa para muchos ninguno de estos juegos fue tomado en cuenta para esta especial edicion de Playstantion Classic.
Aunque lógicamente una consola tan exitosa tuviese muchos candidatos a entrar, la gente era más o menos unánime con ciertos nombres y aunque algunos de ellos han terminado llegando - Metal Gear Solid, Grand Theft Auto, Syphon Filter - otros como ya sabemos no y sus sustitutos han resultado bastante extraños.
Can you understand me?
Estos días algunos medios afortunados han podido recibir en sus oficinas PlayStation Classic y se han llevado un par de chascos.
El más gordo e hiriente es que todos los juegos vendrán en perfecto inglés incluso aquellos que en su día se lanzaron localizados al castellano. ¿Las razones? Me alegra que me hagas esta pregunta...
No hay ninguna razón, al menos nada con sentido más allá de reducir costes por unas bajas expectativas de ventas. Sony se ha limitado a hacer dos versiones, la japonesa y la europea/americana, considerando que la mayoría de europeos dominan el inglés y que no merecía la pena andar complicándose en localizaciones.
Y por si esto fuera poco, han salido a la luz algunas imágenes y vídeos del menú de la consola, con un diseño que, según mi parecer, parece corresponder más a un cutre-emulador que a un producto actual, por mucho que quiera imitar a la clásica PlayStation.
Así luce el menú de #PlayStationClassic pic.twitter.com/PxPcDsU5vU
— Raccoon Games (@RaccoonGames) November 10, 2018
Conclusión
No sé a vosotros, pero a mí PlayStation Classic me ha dejado muy frío con su catálogo y estas decisiones de no localizar los juegos, y me da a entender que la primera que no cree en este hardware es la propia PlayStation.
Cuando la consola fue anunciada muchos recibimos la noticia con mucha ilusión. El problema de este tipo de anuncios es que la ilusión se puede tornar en desilusión con un par de malas decisiones.
Soy consciente que este tipo de productos tampoco son un fenómeno de masas y que, incluso aunque hubiese tenido un catálogo perfecto y todo en perfecto castellano, dudo que PlayStation Classic hubiese vendido una barbaridad, pero va orientada al jugador veterano y este suele ser un jugador exigente, si Sony no se exige a si misma casi mejor no saque nada.
Esperemos que con una futura PlayStation 2 Classic hagan mejor las cosas, aunque seguro que habrá muchos que piensen que para hacerlo así, mejor se guarden la idea hasta que alguien en la compañía japonesa crea realmente en ella.
