Voy a contaros una historieta. De pequeño coleccionaba algunas cosas, de hecho mucho más que ahora, pues me he ido volviendo más práctico. Por ejemplo detesto tener por tener videojuegos que no me paso, cuando sé de amigos que compran bundles al tuntún.

Volviendo a la niñez, si tuviera que escoger mi fetiche infantil sería sin duda el fenómeno Masters del Universo. Apenas reunía dinero, de un cumpleaños o de lo que fuera, me faltaba tiempo para ir a la juguetería e incrementar mi colección de "gimans", como los llamaba.

Os podréis imaginar el hype cuando se anunció la película. Que por cierto, reclamo ahora desde la madurez como cinta de culto ochentera.

El caso es que ya me flipaba Skeletor de antemano, pero el papel de Frank Langella interpretándolo me terminó de cautivar. Y entre las muchas frases cáusticas que tenía a lo largo de la peli, con la Hechicera de Grayskull por fin capturada, decía solemnemente:

"Todo le llega al que sabe esperar, y yo he esperado tanto sólo para ver este momento."

Bueno, pues desde que Microsoft anunciara la compra en bloque de Bethesda, y no digamos después de Activision, yo he estado esperando sólo para vivir la última semana, donde al veto de la CMA se han sumado la caída en ventas de Xbox y, por fin, el fiasco de Redfall. ¿Qué decir...?

Quiero aclarar algo antes de seguir: esto es un artículo de opinión, con todo lo que conlleva. No pienso renunciar a este modesto altavoz mediático para decir muy clarito lo que pienso. Sí amigos, paladeaba cada nueva noticia como un bocado exquisito de dulce ironía que se deshacía en mi boca lujuriosa.

Aparte, también quiero dejar otra cosa muy clara: admiro juegos propios de Microsoft como Forza o Halo, que se han currado y que han crecido bajo el sello de Xbox. Forza particularmente es una saga que ha encontrado la excelencia y se ha posicionado como referente en juegos de conducción, demostrando que sí se puede.

Es muy importante entender esto, porque la cosa no se trata de regodearse porque un título como Redfall, largamente esperado como agua de mayo (nunca mejor dicho), termine siendo una especie de broma pesada. Ningún gamer debería alegrarse de un mal juego.

Eso sería envidia cochina. La misma envidia, ya puestos, que llevaba a ciertos usuarios de Xbox a pedir el GOTY para el multiplataforma Elden Ring, no se lo dieran a God of War. La que los movía a hacerle review bombing o a difamarlo como un supuesto DLC.

Son cosas muy distintas, porque aquí de lo que se trata es de celebrar que Microsoft se arrepienta, cuanto más mejor, de haber intentado "competir" a base de comprar editoras con decenas de sagas consagradas; de haberse metido en un lío de narices con resultados dudosos. En definitiva el tema es que, por el bien del mundillo, Microsoft haga algo más que intentar monopolizar todo lo que toca.

Los que mencionaba del God of War son quienes pretenden comparar esto con los acuerdos de exclusividad puntuales y/o temporales de Sony, o con adquisiciones como las de Firesprite y Housemarque. Una comparación falaz.

Pero la mentira, a menudo, lleva a golpes de realidad. El golpe de la CMA vetando la adquisicón de Activision en UK. El golpe de que si tu empresa favorita (sic) ha vivido del monopolio y acumula varias sanciones por ese motivo, no te extrañe que compre un estudio como Arkane y, magia, hagan su primera gran chapuza.

El golpe de que sus estudios internos, completamente malogrados, no se sabe en qué trabajen, con anuncios ad eternum. El golpe de que, si como solución pretenden adueñarse de grandes editoras, tal vez descubran que el talento no se compra. El golpe -y este me dolería hasta a mí- de que los flamantes estudios recién adquiridos acaben como el resto.

Los usuarios de Xbox, al menos los que siguen pasando por un aro cada vez más estrecho, pagan sus 13 euros mensuales y por ellos que arda Troya. Se llama dumping por cierto, pero tú dales sus triples A el día 1 y déjales de historias.

Otros por suerte se van dando cuenta del percal y es que Microsoft no se está consolidando precisamente como una empresa que haya venido para sumar nada, sino todo lo contrario. Se pusieron serios con 360, no terminaron de imponerse y ahora intentan sustraer sagas multiplataforma tras hundir en la medianía sus propios estudios.

Es imprescindible que los usuarios exijamos, que no seamos unos fanboys complacientes. Ahí tenéis mi artículo sobre la deriva de Sony, que por cierto tampoco es que lo esté haciendo precisamente bien.

El caso es que si aplaudimos cualquier decisión del fabricante de nuestra consola, flaco favor le estamos haciendo a ésta. La competencia es buena y beneficia al usuario, pero tiene que ser real y justa, y por suerte en los países serios hay comisiones que lo regulan.

No sabemos qué pasará con Activision, pero el problema es seguir enfrascados en esta guerra donde lo que están en juego es el futuro de muchas sagas. Alegrarse de que salga esa compra es mezquino, porque si no tienes juegos propios, coño, párate a pensar en el porqué.

Y para los que no hayan entendido nada, se lo resumo en su idioma: ¡larga vida a PlayStation!