Bueno, bueno, ya tenemos las cartas sobre la mesa. Con la presentación de PlayStation 5 por parte de Sony, se podría decir que la nueva generación ha comenzado.

Qué dilemas, ¿eh? 500 euros no son moco de pavo, y para un chaval joven directamente es una pedazo de inversión que debe servirle para los próximos años. He ahí la cuna del fanatismo en el mundillo consolero: la gente se alegra de que el contrario pinche, en el fondo atemorizada ante la idea de que su máquina quede relegada al olvido.

Los foros bullen y en cada noticia de consola hay casi más defensores de la contraria, listos para golpear donde más duele, probablemente esperando convencer a alguien o, quien sabe, simplemente cargándose de razones.

No deja de ser irónico que, por el camino, la verdadera razón desaparezca, o por lo menos se difumine tanto que uno pierde el hilo. Al final parece que, en vez de destacar las virtudes de cada sistema, el objetivo es resaltar los defectos del otro.

Dejadme hablaros de mi amigo Juanito, todo un veterano del mundillo y fiel usuario de Xbox. El bueno de Juan tenía una PlayStation 3 (y había tenido antes PSX y PS2) donde compartimos algunos vicios memorables al mítico e infravalorado Space Marine, cuando jugar online era gratis.

Luego se compró una PlayStation 4 porque es lo que tocaba, pero nunca perdonó a Sony por imponer el Plus para jugar en red. Un servicio que, seamos honestos, casi nadie pagaría sólo por los juegos mensuales.

Y es que para entonces Juanito había entrado en una dinámica más azarosa de la vida, con compromisos laborales y familiares. Se dio cuenta de que apenas tenía tiempo para sentarse tranquilo a disfrutar de una aventura, y en su lugar empezó a valorar más los juegos accesibles que le permitían evadirse un rato, normalmente en multijugador.

Así fue como descubrió la combinación Xbox One X + Game Pass Ultimate, que incluye más de cien juegos de primera línea tanto en Xbox como en PC, además del Live para jugar online, y por si fuera poco ahora todo lo de EA, por 13 euros al mes. Sinceramente brutal.

¿Se puede decir que Juanito esté equivocado? Evidentemente no. Por supuesto puedes pensar que si vuelve a apostar por Xbox dejará pasar los títulos exclusivos de Sony que están entre lo mejor de la industria. Sin embargo, para su forma de jugar y sus preferencias, está claro que una Xbox es lo más acertado.

Lo que quiero decir con esto es que hay gente empeñada en echar mierda cuando realmente caben diversos gustos y opiniones. Y me atrevería a decir que quien más se empeña en echarla, es quien más siente que en el fondo la ha cagado (nunca mejor dicho).

Hecha la introducción pertinente, os cuento cómo veo yo el panorama desde una postura que intento sea lo más ecuánime posible, aunque ya deberíais saber que soy sonyer confeso.

Si eres usuario de PlayStation para jugar a Fortnite, Call of Duty, FIFA, etc., chaval te has equivocado de marca. Tienes una consola llamada Xbox que te va a ofrecer este tipo de juegos en un hardware más potente y con un servicio de suscripción mucho mejor que los de Sony, que dicho de paso son un sacacuartos y muy parcos siendo amables.

Si por el contrario eres un usuario de Xbox y te gusta disfrutar de títulos para un jugador, pero crees que por ejemplo Uncharted 4 es un juego "del montón" (como he llegado a leer literalmente en foros), déjame decirte que no tienes ni la más remota idea de las obras maestras que te estás perdiendo. Casi mejor que nunca lo sepas.

Blanco y en botella: ¿priman los servicios, los juegos third y las partidas online? Vete a por Xbox de cabeza. ¿Prefieres los juegos para un jugador con altos valores de producción? PlayStation es tu consola.

Personalmente elijo la máquina de Sony por un sencillo motivo: aunque en peores condiciones, en PlayStation podré seguir disfrutando de los third y jugando online. Sin embargo, en Xbox no podría jugar a los exclusivos de Sony. Con una consola tengo algo peor, pero con la otra directamente hay algo que no tengo.

Me pasé The Last of Us 2 hace tres días, y sigo pensando en el juego y viendo vídeos en YouTube embobado. Sencillamente no puedo renunciar a esos must have, y desde luego espero que jamás llegue el día en que tenga que decirme a mí mismo que semejantes juegazos son del montón. Con Ratchet & Clank y Demon's Souls Remake ya casi me han vendido PlayStation 5, la verdad.

Ahora bien, ojo Sony porque estás anunciando las novedades a 80 pavos. "Como las de Xbox", pensarán algunos. Sí amigos, pero Microsoft te permite pagar 13 euros al mes y tienes TODO incluido desde el día uno. Por eso digo que, si es por comodidad y accesibilidad, su consola es de lejos la mejor opción.

También me ha gustado mucho que Xbox salga desde el principio en sus versiones base y pro, es decir Series S y Series X, para que la gente no se lleve a engaño. Sin embargo está por ver el resultado de esta jugada, que en mi opinión puede ser uno de los siguientes:

1- El BUENO. Los valores de producción son cada vez más altos, así que sería un balón de oxígeno para las desarrolladoras dar soporte nativo a 4K para sus juegos sin que veamos un verdadero salto gráfico en otros aspectos, quitando ray tracing y poco más. En estas circunstancias, si Series S es realmente capaz de mover los mismos juegos sacrificando sólo su resolución, qué carajo, hasta yo me la compraría por 300 euros, y es que no entra en mis planes cambiar mi TV FullHD de gama alta. Jugada maestra.

2- EL FEO. Algunos programadores han sugerido que, además de la resolución, habría que sacrificar otras cosas. Esto supondría un lastre para Series X, como temen algunos, y en el caso de los juegos third también para PlayStation 5, ojo. En este panorama los desarrollos first de Sony, hechos a medida para la consola, lucirían aún más, pero al menos seguirías teniendo una consola de nueva generación funcional por 300 euros.

3- EL MALO. Si PlayStation 5 vende como su antecesora, es decir como churros, y las limitaciones de Series S van más allá de la resolución, habría que evaluar hasta qué punto las third parties van a sacrificar la calidad de sus juegos o bien invertir tiempo y dinero en hacer una adaptación digna a una consola que está por ver cuánto vende. En el panorama más negro para Series S, podríamos empezar a ver que no soporta ciertos juegos o que van a pedales. Cagada épica.

Esto me lleva a una reflexión, quizás polémica: no hay motivos para comprar una Xbox ahora mismo, allá él quien lo haga. De momento no tienes grandes novedades de calado y, a pesar de las buenas intenciones de Microsoft, hay dos consolas muy distintas de salida que está por ver cómo evolucionan. Cuando salió PS4 Pro había 80 millones de PS4 que obviamente no iban a quedar abandonadas. En el caso de Xbox, esta diferencia es de salida. Si tienes una One S y no digamos ya una One X, nada te impide seguir jugando a tu bola de momento, a ver qué pasa con el mercado.

Si quieres comprarte una PlayStation 5, pienso que se justifica más porque de salida llega con más y mejores juegos que la mayoría de sus antecesoras. Digan lo que digan empieza fuerte, sobre todo si se cumple lo de God of War en 2021. Ahora bien, si esperas un poco fijo que acaban sacando una versión con más SSD a un precio ponderado, ya que 825 GB se hace poco. ¿Y qué pasa con la retrocompatibilidad? Aún no han dicho cómo funciona, si es tan simple como meter los discos, algo fundamental para quien pretende dar el salto y jugar a su catálogo pendiente en la nueva consola.

Y ya para concluir, una última reflexión: Sony, ¿qué pasa con la VR? No he visto nada tan indefinido en el mundillo: ni se acaba de ir al traste ni acaba de triunfar; ni pasan de ella ni le acaban de dar el apoyo que merece. ¿Tan difícil era pedirle a Capcom que confirmara al menos el soporte de Resident Evil 8 para realidad virtual? Carajo, entiendo que no te quieras meter ahora con unas hipotéticas PSVR 2, pero si ya tienes unas gafas que encima son compatibles con PlayStation 5, dales algo de vidilla hombre, adorna un poco el evento... En fin.

Eso ha sido todo amigos, ¿vosotros qué pensáis? ¿Qué consola vais a comprar? ¿O vais a esperar? Podéis dejar vuestra opinión en los comentarios.