¿Nunca habéis cogido un juego, lo habéis empezado con ganas, lo habéis seguido por inercia y lo habéis acabado dejando por puro aburrimiento? Esto no es muy común: normalmente los videojuegos, cuando son buenos, es algo que se nota y lo son de principio a fin; y al contrario, si son malos canta a las primeras de cambio.

Sin embargo, algunas veces ocurre que un título entra por los ojos, o nos llama la atención su estilo o su originalidad, pero a medida que jugamos nos damos cuenta de que no era para tanto, ya sea por caer en la monotonía o sencillamente porque la historia no está a la altura.

Esto me lleva a una reflexión. ¿Qué pasa con estos juegos de cara a los análisis en los medios especializados? Voy a contaros un secreto, aunque tal vez ya os lo habíais imaginado: cuando recibimos un videojuego, no siempre es posible completarlo para analizarlo. Esto no quiere decir que el análisis sea vago o superficial: siempre intentamos terminar todos los juegos que analizamos, pero, si es imposible por una cuestión de plazos, entonces debemos conformarnos con jugar lo suficiente como para poder emitir una valoración justa del título en cuestión.

Cuando esto ocurre, lo más probable es que todo el juego, aunque dure más de 100 horas, refleje el nivel de calidad que hemos experimentado en las primeras 20 o 30. Pero si no es el caso, puede darse la situación de análisis cuyas notas están tal vez algo hinchadas.

Yo estoy pensando esto del famoso Persona 5, que compré precisamente por sus buenas valoraciones, y porque me gustan los JRPG claro. Un juego que me ha parecido una pasada hasta que llevaba 40 horas, que me ha seguido enganchando aunque menos hasta las 60, y que francamente empieza a parecerme pesado desde entonces, hasta el punto de que terminarlo a estas alturas se ha vuelto una cuestión de amor propio.

Además este fenómeno, bien pensado, suele inflar las notas más que devaluarlas. Es decir, un título puede aparentar más de lo que luego es, pero raramente pasa al contrario, es decir que acabe siendo mejor de lo que parece en un principio...

¿...Verdad? Pues no señores, ¡esto es muy complicado!

Lo dicho se aplica a los juegos tal cual llegan a la redacción, ¿pero qué pasa con los títulos que mejoran al cabo del tiempo mediante parches? ¡Pasa todo lo contrario! Que locura amigos, qué locura.

Cuando un videojuego empieza a recibir parches, a veces ocurre que mejora sensiblemente con respecto a cómo es tras ser lanzado al mercado. Entonces se da el caso contrario, de notas devaluadas con respecto a lo que el juego acabará siendo en cuestión de unos pocos meses.

Como ya he mencionado en alguno de mis análisis, esto da mucha rabia porque quienes analizamos también somos jugones, y cada vez está más de moda sacar al mercado productos verdes, aún por pulir. De hecho, con franqueza, yo no entiendo a quienes pagan por reservar un juego y tenerlo desde el primer día. Hoy por hoy, es casi seguro que a los pocos días el título empiece a recibir mejoras vía parche, pero tú ya te has pasado la mitad, o incluso lo has terminado.

Final Fantasy XV es uno de estos juegos. Ahora por Reyes ha caído la Royal Edition, por fin. Y digo por fin porque es un juego que esperaba como agua de mayo, pero tuve la sangre fría de no comprarlo ante la avalancha de noticias que hablaban de su historia precipitada, su falta de contenidos, la promesa de no sé cuántos DLC, etc.

A este fenómeno de ampliar y mejorar los juegos vía parches lo podríamos denominar desarrollos vivos, y por lo tanto calificar un desarrollo vivo es, cuanto menos, arriesgado.

Llamadme anticuado, pero no sabéis la cantidad de títulos que estoy ignorando esta generación, a la espera de que lleguen las versiones completas. Juegos que me apetecen mucho, pero se quedan en el tintero.

Estamos en la época del cambio y la saturación de información. Pensad en la contradicción: sabemos mucho sobre algo que nunca es igual. Los videojuegos no se libran, y se han vuelto, pues eso, desarrollos vivos, con parches, una comunidad online, DLCs, etc.

El caso es que, por una cosa o por otra, no se puede valorar un título a las primeras de cambio. Habría que esperar un tiempo, ante todo para terminarlo dure lo que dure, y de paso para que saquen los parches de turno. Sería más adecuado referirse a pre-análisis y luego, aunque sea, actualizar las entradas con una conclusión actualizada. Nosotros algunas veces lo hemos hecho.

Por ejemplo, yo en mi análisis de Squishies he esperado a ver si sacaban un parche que consideraba urgente, es decir he estado pendiente del juego, pero no tiene visos de cambiar. Debemos tener esta mentalidad mutable, como lo son los propios videojuegos, e incluso estar abiertos a revisar un análisis para bien o para mal, si finalmente el título no es lo que parece.

Lo mismo se aplicaría a un juego que acaba siendo un petardo, y desde luego si yo analizara Persona 5, tranquilamente le bajaría un puntito para reflejar que llegado un momento empieza a ser claramente monótono, y esto es un fallo importante; irónicamente, sí habría sido un título redondo de durar menos. A veces, la duración artificial sólo va en detrimento de un videojuego, pero esto da para otro artículo.

En fin amigos, aprovecho estas divagaciones para felicitaros la Navidad y el Año Nuevo, espero que los Reyes os hayan traído muchos y muy buenos juegos, y a ser posibles completos desde su salida y de paso divertidos de principio a fin. ¡Es que lo queremos todo!