Este año parecía que iba a ser un gran año para las consolas de nueva generación, teníamos el E3 2020 la primera semana de junio, la Gamescom en agosto y muchas ganas e ilusión por saber qué nos iba a deparar esta nueva generación.

Esa ilusión y ganas siguen con nosotros, pero estos eventos no han tenido tanta buena suerte en este aspecto. Y es que como se anunció, el E3 2020 ha sido cancelado y la Gamescom será solamente digital.

Estas cancelaciones de grandes eventos hay que sumarle juegos a los que teníamos muchas ganas de jugar, hemos podido ver que a causa del coronavirus han sido retrasados títulos que esperábamos. Como el caso del The Last Of Us Parte 2 que saldrá el 19 de junio y no el 29 de mayo como estaba previsto, o el Ghost of Tshuhima que se lanzará dos semanas más tarde de su fecha original.

Otros títulos como Marvel Avengers y Cyberpunk 2077 también han cambiado de fecha, pero esto ha sido debido a su desarrollo, estos juegos serán lanzados en septiembre de este mismo año.

El jueves supimos que a finales de año podremos disfrutar del próximo título de la gran franquicia de ubisoft, Assassin’s Creed Valhalla, una obra llegará a finales de año tanto para la nueva generación como para la actual y que nos trasladará a una época donde los vikingos arrasaron por Europa, como Los Beatles... pero de otra forma.

Como se puede ver, tras todos estos títulos nos queda todavía un gran año de lanzamientos que conocemos, y con los que poder disfrutar de la generación actual a la que le queda mucho que decir.

Un sacrificio que nos beneficiaría

Todo esto lo digo porque pienso que en la situación en la que se encuentra el mundo a causa de la COVID-19 y el gran catálogo de lanzamientos que nos queda todavía, sería muy precipitado lanzar la nueva generación al mercado a finales de año.

Todavía podemos disfrutar de grandes títulos en esta generación, como los que he dicho anteriormente o los que todavía quedan por saber, de esta forma podemos alargar la vida a nuestras consolas sin tener que sacrificar el comienzo de una generación que pueda llegar con polémica.

Sony ha declarado recientemente que, si Microsoft retrasa el lanzamiento de Xbox Series X, ellos también lo harían con su PlayStation 5.

Además, el problema del coronavirus ha hecho que sea afectada la producción de las consolas, y que de cara a su lanzamiento puedan llegar menos unidades de las previstas.

El problema de que lleguen menos unidades de las planeadas es que su precio podría ser más elevado, a causa de una producción más costosa.

A parte de un precio elevado hay que sumar la especulación, ya que, como pasa con las ediciones coleccionistas, habrá personas que se quieran aprovechar de esto y se harán con las pocas unidades que existan para poder venderlas a precios desorbitados, como paso con Nintendo Switch en su momento.

Son razones que están ahí y no se deben ignorar, aunque por supuesto si la situación evoluciona favorablemente y las fábricas son capaces de satisfacer la demanda, algo que tanto Microsoft como Sony no se han cansado de repetir, las consolas llegarán en Navidades como estaba previsto y sin que eso suponga un sobrecoste.

A pesar de ser optimistas y ponerse en lo mejor, creo que todavía le queda una gran vida a nuestras Xbox One y PlayStation 4 con lanzamientos que llevamos esperando desde hace años.

Por eso pienso que es Mejor “sacrificar” un par de meses siguiendo con nuestras consolas, y de esta forma poder disfrutar todos juntos de la nueva generación con un lanzamiento que nunca olvidaremos.