A finales de este año, probablemente durante el mes de noviembre y a un precio que no me atrevo a vaticinar - lo siento, no soy Michael Pachter ni cobro lo mismo que él, ojalá - tendremos en las tiendas Xbox Series X, la flamante consola de nueva generación de Microsoft.

Su gran tamaño y esa forma tan de nevera encierran toda una bestia, 12 Teraflops, una GPU capaz de mostrar Ray-Tracing, 4K y 60 fps sin despeinarse... hace unos días tuvimos un pequeño aperitivo de lo que podrá hacer, un Inside Xbox que sirvió para abrir boca pero que a pocos les dejó del todo satisfechos.

Y es que sabemos que la consola de Microsoft es capaz de mucho más, y eso es algo por lo que tendremos que esperar hasta el mes de julio, el mes en el que tal vez podamos ir a la playa y tomar el sol en una cuadrícula, donde quizás no podamos escuchar la machacona canción del verano - no todo lo del coronavirus va a ser malo, ¿no? - y donde podremos por fin conocer la pinta que tienen los proyectos de Xbox Game Studios.

Mis cinco deseos para Xbox Series X

Nada menos que 15 son los estudios first-party que tiene Microsoft trabajando en los próximos juegos de Xbox Series X, juegos como Halo Infinite, Hellblade 2 y muchos más desconocidos, proyectos que seguramente en julio descubramos... no todos, posiblemente muchos con una CG poco relevadora, pero seguro que suficiente para elevar nuestro hype por tener Series X hasta la estratosfera.

Venía pensando en qué títulos de Xbox Series X me gustaría que anunciasen, y se me ocurrieron varios nombres muy locos, algunos casi imposibles, lo sé, pero... ¿Hay algo en el mundo de los videojuegos que no se pueda conseguir con una buena chequera?

Aquí van mis cinco elegidos. Con cualquiera de estos ya me compraría la consola de cabeza... bueno, qué demonios, y sin ninguno. Qué ganas de que llegue ya el final de 2020 por tantas razones...

5. Fable 4

Guardo un gran recuerdo de la saga RPG de Lionhead Studios, especialmente de Fable III, que junto con Lost Oddysey y Blue Dragon representaron toda una apuesta por el género, aunque ni con esas consiguió Microsoft triunfar en Japón.

Lionhead ya no está, de la última entrega con Kinect prefiero no acordarme, y se que esta petición es muy difícil, pero los ex-miembros del equipo estarán por ahí, la IP la tienen, y Xbox Series X sería fantástica para devolverle la magia a Albión, a crear cientos de personajes que reaccionen de forma aún más realista a nuestros actos, de volver a conquistar a los vecinos y hasta pedirles matrimonio.

No lo hagáis por mí, hacerlo por Peter Molyneux y por Milo, ese pobre niño que sigue encerrado en alguna parte.

4. Bioshock: Origins

Otro juego difícil de creer y más un deseo que una realidad, pero aún recuerdo que el primer Bioshock fue un gran golpe en la mesa por parte de Microsoft, conseguir esa exclusividad y deslumbrar con el primer descenso a Rapture, la ciudad submarina que buscaba progreso y encontró muerte.

No creo que Irrational Games (ahora Ghost Story Games) esté muy por la labor, a pesar de lanzar sus colecciones remasterizadas para mantener viva la llama, pero... ¿os imagináis una nueva entrega que cuente los hechos anteriores al primer Bioshock y sea exclusivo de Xbox Series X?

Pagaría por ver cómo todo se fue al carajo, por ver cómo lucen los plásmidos a 4K, por volver a escuchar esa música de época... seguro que no soy el único.

3. Ryse: Son of Rome 2

Otro deseado fue uno de esos juegos que causó mucha controversia, aunque yo estoy en el barco de la gente que le gustó por muchas razones. Vale que era simplón en cuanto a la jugabilidad - siempre digo que es un Final Fight o un Street of Rage en bonito - pero la ambientación y especialmente el apartado gráfico de Ryse: Son of Rome fue sobrecogedor, apabullante.

Fue uno de los primeros del catálogo de Xbox One, una nueva demostración de que Crytek maneja el tema gráfico como nadie, y espero que ese Crysis Remastered sea una excusa para hacer dinero y traernos esta segunda entrega, que sepa darle variedad a la fórmula para no repetir errores pasados, más duración y que vuelva a dejarnos visualmente con la boca abierta.

Si aún no habéis probado el primero, ni pensáis hacerlo, desde mi púlpito dictaré sentencia: 👎🏻

2. Alan Wake 2

Soy un enamorado de Remedy, sus Max Payne, el primer Alan Wake, un Quantum Break que a mí me gustó por su original propuesta de vídeo y juego y, por supuesto, por Control, uno de los títulos más premiados y su último trabajo.

Precisamente Control va a tener un DLC basado en Alan Wake, y me cuesta pensar que Microsoft pudiera volver a negociar con el estudio finlandés para trabajar de nuevo en esta IP, especialmente sabiendo que las relaciones entre ellos acabaron reguleras, pero... ¿no sería genial una secuela con los gráficos de Xbox Series X?

Imaginaos esa noche, esa linterna con iluminación dinámica y ray tracing, ese escritor torpe y su forma de correr aún más torpe, ese olor a Stephen King asomando por cada esquina. Qué bonita pesadilla sería.

1. Scalebound

Termino con un juego al que me cuesta enterrar, y seguro que muchos como yo todavía tienen esperanzas en él. Es difícil renunciar a un título de PlatinumGames con Hideki Kamiya, plagado de monstruos enormes y una estética que parece cruce de Monster Hunter y Bayonetta.

Microsoft tenía una exclusiva muy potente ahí, encerrada en el baúl, y el hecho de no haberla "vendido" o permitido que el juego llegue a otras plataformas puede hacer pensar que todavía se guarda esa carta para más adelante. Sería una carta potente.

Mención a los clásicos para Xbox Series X

Termino este TOP-5, que espero que os haya gustado, mencionando a varios juegos que lógicamente también deseo para la sobremesa next-gen de Microsoft, aunque por ser tan obvios he querido apostar por títulos más originales, muchos casi imposibles.

Claro que deseo tener entre manos Gears 6, El próximo Forza Horizon 5, estaría genial un Crackdown 4 y también un nuevo Killer Instinct.

Pero también espero que los equipos de Microsoft Game Studios nos ofrezcan nuevas IPs, nuevas marcas e ideas que nos sorprendan, sagas que lleguen para quedarse. Tal vez en julio ya veamos alguna, y no puedo esperar a que llegue ese día.