Una de las características intrínsecas de cualquier videoconsola es el mando de control remotogamepad, necesario para interactuar con el videojuego.

Sin embargo, los actuales mandos apenas se adaptan a las condiciones físicas de aquellos que por algún motivo no poseen las facultades locomotrices óptimas con las que manejarlo. Aspecto que, por suerte, está cambiando.

Controlar videojuegos con la mente

Un grupo de científicos suizos ha conseguido crear un periférico a partir del cual la persona inválida puede jugar y disfrutar de los videojuegos. Todo ello gracias al potencial del cerebro.

Este nuevo invento utiliza unos electrodos colocados en la cabeza para controlar al personaje gracias a los impulsos cerebrales. El ordenador se percata de dichos impulsos y, a partir de una serie de algoritmos, envía los comandos de ejecución al personaje del juego.

Sin embargo, se trata de una tecnología aún por pulir y difícil de utilizar por el usuario ya que requiere de mucha práctica: la actividad muscular que utilizamos con el mando es mucho más potente que la actividad cerebral o, al menos, más fácil de percibir si además añadimos que, para detectar los impulsos cerebrales, hay que superar la barrera que supone el cráneo.

Esta tecnología se expondrá para el público en el cybathon, las olimpiadas para personas discapacitadas equipadas con alguna prótesis biónica, en una exhibición de cuatro jugadores con el juego Brain Driver diseñado especialmente para esta tecnología.

Ampliando horizontes

El sector del entretenimiento empieza a concienciarse de que no todos sus consumidores tienen las mismas oportunidades para disfrutar de sus productos.

Sin embargo, la tecnología avanza y tanto las grandes compañías como equipos de investigación van adaptándose a las condiciones del usuario que forma parte del mercado. A este respecto, Microsoft es sin duda uno de los que más apuestan por acoger a discapacitados para hacerles disfrutar con sus juegos.

El ejemplo más esclarecedor es su Xbox Adaptive Controller, un periférico que se adapta a las necesidades del jugador con movilidad reducida o la patente de un nuevo mando con un panel háptico en braille para jugadores invidentes.

Estamos sin duda en el camino hacia la integración de todos los públicos y la democratización del videojuego, aunque aún falta mucho para lograrlo.

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