Si quieren ser parte de la llegada a móviles de una de las sagas que crearon su propio género, no falten a la cita este 2 de junio, fecha de lanzamiento para Diablo Immortal, el MMORPG de la saga Diablo que promete una experiencia Triple A sin perder la accesibilidad que ofrece un móvil.

Claro que, después de las quejas por parte de los fans al no contar con una versión para PC, Blizzard anunció hace no mucho que el juego estaría disponible en Battle.net. Eso sí, no esperes un HUD adecuado, eso llegará con el pasar del tiempo y el clamor de los jugadores. Al menos no lo jugarás en un emulador.

Entérate de una de las últimas entrevistas de los desarrolladores antes del lanzamiento de Diablo Immortal

La entrevista fue hecha por el medio VG247, aquí leerás lo esencial, además de aclarar ciertos párrafos.

Para empezar, juran y perjuran que todo el contenido será gratuito, lo cual se agradece. Espera el ya clásico Pase de Batalla y cosméticos varios. Especial énfasis en no comprar objetos legendarios o subidas de nivel, una puya que si no viniera de Blizzard juraría que es para WoW.

Prometen un mantenimiento a largo plazo para el juego, como cargados Pases de Batalla cada mes, nuevas zonas, misiones, demonios e incluso nuevas clases. Obvio la llegada de este contenido dependerá del buen recibimiento del juego.

En cuanto al desarrollo de las mecánicas del juego, mencionaron el reto que significó volver amena la experiencia en móviles, además de tener que adecuarse al nuevo movimiento, ya que ahora el personaje podrá desplazarse con las teclas.

Esto es una novedad, y según los desarrolladores, influyó mucho en la elección de las seis clases jugables actuales.

El mercado de móviles implica también un amplio amalgama de público, el cual puede disponer de cinco minutos antes de ir al trabajo o de un par de horas. Las mazmorras y demás actividades se han tenido que adecuar a diferentes lapsos de tiempo.

Ya han pensado en la llegada de Diablo IV y en como influirá esto a Diablo Immortal, pero no les preocupa lo más mínimo. Al fin y al cabo, son dos experiencias lo suficientemente distintas como para convivir y no canibalizarse.