La tecnología de realidad virtual no es tan actual como el nombre podría inducir, en su época fue una tecnología poco rentable y por ello relegada a un nicho, e inclusive desaparecida en ciertos sectores.

Más que nunca nos invade la promesa de vivir en un metaverso utópico por parte de empresas que ven con el pasar del tiempo que los avances tecnológicos vuelven cada vez más rentable el uso doméstico de unas gafas de realidad virtual funcionales.

Por fortuna, lo amargo que podría parecer esto tiene su contrapunto, ya que estos avances ayudan a otros sectores, con profesionales que implementan lo ya existente en su propio ámbito. Son mentes creativas y conscientes, no excluyentes.

El caso de uno de muchos niños que tiene en la realidad virtual una manera más amena de llevar la rehabilitación en la UCI

El portal Nius recoge el caso de un niño de cuatro años, perdió la capacidad de hablar y tiene afectado una parte del cuerpo, por lo que requiere un tratamiento especial.

Ingresar en la UCI es por sí mismo un ejercicio desgastante, cada paciente está expuesto a una gran cantidad de estrés en un entorno hostil, incluso depresivo. En un niño esto se agrava.

Los estímulos al encontrarse en un entorno más amigable invita a realizar la rehabilitación en la UCI de una manera más amena, todo gracias a la realidad virtual. La inocencia del niño solo acrecientan este efecto.

Una forma de evadirse que puede sonar familiar para muchos, y que necesita más propagación una vez demostrada su utilidad.

Mediante el programa Reactive se busca llevar esta práctica a más niños, disminuyendo el estrés por prolongados internamientos y la percepción del dolor en entornos al aire libre u otros igual de amigables de manera simulada.

El estudio piloto con once participantes fue un éxito, por lo que se esperan exhaustivos estudios en los meses venideros.