Este avance ha sido realizado con una copia facilitada por Koch Media en su versión de PLAYSTATION 5.

Ayer tuve la ocasión de jugar enterito el primer capítulo de Life is Strange: True Colors para traeros bien fresquitas estas primeras impresiones.

Cabe destacar que, a diferencia de las entregas anteriores, esta tercera parte (con permiso de Before the Storm) no llega por fascículos, sino que tendréis el juego completo desde el principio, eso sí dividido en capítulos como siempre.

Esta vez Deck Nine toma el testigo de Dontnod como empresa desarrolladora, trayéndonos sin embargo una aventura muy continuista en el buen sentido, entendiendo que estáis leyendo estas líneas porque os gustaron los anteriores juegos de la saga.

Así, realmente el cambio más vistoso, nunca mejor dicho, lo constituye la factura técnica. Todo el motor del juego ha sido remozado, en este caso recurriendo a Unreal Engine. El estilo pseudo cartoon da paso a unos gráficos más realistas o poligonales si lo preferís, donde destacan las fidedignas expresiones de la protagonista, Alex Chen.

Ahora bien, tampoco es que hablemos de un apartado visual puntero, algo que se nota especialmente en detalles como el cabello de los personajes, o mismamente que Life is Strange: True Colors corre a 30fps incluso en una PlayStation 5, eso sí con la opción de activar el famoso ray tracing.

Por otra parte, el capítulo se desarrolla en el pueblecito Haven Springs que parece un lugar idílico por la soberbia dirección artística, así como la atención por los pequeños detalles y los muchos objetos que abarrotan cada escenario.

El resto es un Life is Strange al uso, con una protagonista algo conflictiva y desarraigada, concretamente una huérfana que se ha movido por casas de acogida y que por fin va a reunirse con su hermano Gabe para vivir en el pueblo.

Por supuesto tenemos el toque sobrenatural, esta vez en forma de la capacidad de Alex para captar el aura de la gente, su estado de ánimo e incluso sus pensamientos, que además la impregnan a ella misma.

Puesto que ocurre nada más empezar la aventura, no se pueda considerar un spoiler decir que, a diferencia de anteriores entregas, en esta ocasión nuestro poder nos acompaña desde hace años, no habiendo aquí el típico momento revelador. Este sería otro punto en que Life is Strange: True Colors se distancia de sus predecesores.

Por lo demás tendremos el mismo ambiente intimista, los típicos personajes bien confeccionados y los característicos momentos zen con musiquilla a lo Anatomía de Grey, además por supuesto del diario y el móvil, aunque ahora también se añade una red social.

Sobre la historia no voy a decir ni mu, y no se puede concluir nada de un primer capítulo. Si acaso debo reconocer que me ha parecido un pelín lenta, pero te conduce adecuadamente hasta un final que te deja con ganas de seguir.

Confío en que, cuando escriba el análisis, la trama de Life is Strange: True Colors haya ido a más, porque desde luego tiene potencial y a fin de cuentas es el pilar central del juego. Lo sabréis en unos días.