Hace un par de semanas nos hacíamos eco de las primeras impresiones sobre Xbox Series X. Ahora, algunos medios han podido usar la consola (recordemos, en versión preview, no es la final) para mostrar DiRT 5 y comentar cómo cambia el título de conducción en la consola de nueva generación.

DiRT 5 saldrá para consolas PS4 y PS4, Xbox One y Series X/S, y también en PC, el día 6 de noviembre (con su debida actualización a next-gen en las correspondientes fechas de cada nueva consola). Hecha esta puntualización, empecemos con las primeras impresiones.

DiRT 5, frame-rate, calidad de imagen o 120FPS

Tal y como recoge, en un interesante vídeo, Digital Foundry, en Dirt 5 podremos escoger entre tres modos distintos de "visionado" o de jugabilidad. Tendremos que priorizar el frame-rate, la calidad de la imagen, o podremos llegar incluso hasta los 120HZ, al jugar en Xbox Series X. 

¿Qué significa esto? Si optamos por priorizar el frame-rate, estamos escogiendo una estabilidad en los FPS, manteniendo los 60FPS estables. Esto implica que la calidad de imagen se vea perjudicada, aunque, según Digital Foundry, solo se nota realmente en la calidad de las sombras.

Por otro lado, podemos priorizar la calidad de imagen. Como decimos, la gran diferencia está en las sombras, y la tasa de frames será variable en este modo. Alcanzaremos 4K dinámicos, al menos en las versiones preview no se alcanza esta resolución nativa.

Ahora bien, si tu televisor o monitor lo permite, podrás alcanzar los 120HZ. En esta preview, el juego ha alcanzado los 1440P a 120FPS, algo que cambia realmente la experiencia de juego, cuando se trata de conducción, llegar a este rendimiento sería lo ideal, y la diferencia es apreciable.

A parte de los temas de rendimiento del juego, es necesario comentar que quizá no sea el mejor juego para ver el esperado salto gráfico. Es cierto que se puede ver una buena cantidad de partículas en pantalla, sobre todo en circuitos con nieve, o gran cantidad de barro. Pero quizá debamos esperar a otros títulos para ver el gran salto generacional, en cuanto a detalles y jugabilidad (como el próximo F1).