Desde los inicios de los videojuegos se ha dicho que jugar es “cosa de chicos”, y por eso prácticamente todos los juegos estaban protagonizados por personajes masculinos, aunque esto está cambiando radicalmente en los últimos años.

En 1981 apareció la primera figura femenina en un juego: una dama en apuros. El videojuego del que hablamos es el primer Donkey Kong y ya se ve el papel que tenía la mujer. Claro que por aquellos años el machismo estaba más presente en el mundo real.

Según estudios, un 45% de mujeres desarrolladoras han encontrado barreras para ejercer su trabajo por culpa de ser, precisamente, mujeres. Y es que solo un 5% de desarrolladores en la industria de los videojuegos son mujeres. Por suerte, aunque estas cifras son bajas, cada vez son más los juegos que están protagonizados por mujeres que hacen algo más que esperar a ser rescatadas. Puede ser porque cada vez son más las mujeres que cogen los mandos (nunca mejor dicho) de las consolas. De todos los jugadores, se calcula que más o menos la mitad son mujeres, y es por ello que cada vez más juegos están dedicados a ellas. Esto parece lógico, pero son la clase de detalles que ayudan a vencer cada vez más el machismo en el mundo.

Quizá a muchos les parece increíble estando en pleno siglo XXI, pero cuando una mujer entra en una partida online de cualquier videojuego está expuesta a recibir insultos de muchos otros jugadores simplemente por su sexo. Los chistes sobre “mandar a fregar” a la mujer o la “inutilidad” para hacer las cosas también están a la orden del día. Lo que muchos no entienden es que ser mujer no significa ser peor.

Los juegos de deporte, guerra o carreras pueden ser los más machistas que hay. La aparición de personajes femeninos en estos juegos es mínima y por ello se puede llegar a la idea equivocada de que solo están destinados a hombres. ¿Por qué no puede una mujer echar una carrera en Need for Speed, librar una guerra en Call of Duty o ser la más goleadora en un FIFA sin que la traten de “marimacho”? Todos los juegos y las compañías defienden que jugar es una forma de entretenimiento para cualquiera pero en estos juegos y en otros muchos ni siquiera dan opción al jugador de escoger entre personaje masculino y femenino. Aun así, muchas mujeres jugamos a ello y no nos avergonzamos.

También está ese cliché de la típica mujer rubia y tetona, hablando claro, que juega solo para que su novio pueda ganarla y hacerse el machito. No hay más que comprobarlo viendo las imágenes que salen si buscas en Google “hombre gamer” y “mujer gamer”. Prácticamente ninguna mujer que juegue videojuegos se siente identificada con las imágenes que circulan por internet de mujeres con poca ropa chupando un mando o tapándose sus pechos desnudos con estos.

Este cliché traspasa la realidad y se nota en que la gran mayoría de personajes femeninos que salen en los juegos siguen este prototipo: maquillaje para que no se las pueda ver ningún desperfecto, un escote que llega hasta el ombligo y una mini falda que es poco más que una tira de tela. Y a esto añadimos que su papel no es precisamente imprescindible para la historia del juego más allá que el protagonista, claramente un hombre, pueda salvarla o, de cualquier manera, hacer que esa chica sea dependiente de él. Esto se hace claramente para atraer a los hombres a comprar el juego, y esto es la mayor prueba de machismo en esta industria. Por suerte esto ha cambiado mucho a lo largo de los años y cada vez son más mujeres las que protagonizan juegos que son realmente referentes para la historia de los videojuegos.

Sin duda todo el mundo conoce a Lara Croft. Ella apareció en 1996 y se encontró en un mundo en el que para buscar tesoros y vivir aventuras solo podías ser Indiana Jones. Lara Croft fue de las primeras mujeres que demostró que se puede vivir sin maquillaje y que nosotras también podemos ensuciarnos las manos y los pantalones (sí, pantalones, nada de minifaldas) en el barro, escalar paredes, luchar contra tigres y, en definitiva, todo lo que un hombre puede hacer. Por desgracia, hasta esta protagonista cayó en la trampa del machismo. A medida que se lanzaban más juegos de la saga, lo único que parecía cambiar eran los píxeles que había en sus pechos y, por si fuera poco, la publicidad que se hacía de ella era con la correspondiente actriz o modelo para, una vez más, cegar a los hombres. Tomb Raider aprendió la lección, ya que la popularidad del juego cayó en picado porque la realidad se impuso y unas buenas tetas no son la solución. Por suerte, en 2013 la saga levantó cabeza gracias a una Lara más humana que vive una aventura real. La solución no era tan complicada: bastó con añadir un poco de ropa al personaje y centrarse más en la historia de supervivencia que se creó con el primer juego.

Los juegos de lucha son el género donde más mujeres (jugables) hay, y no todas se ganan su fama por su forma de luchar. Muchas de ellas muestran un aspecto como el antes comentado. Aun así, estos personajes fueron creados para hacer un rol igual que el de los personajes masculinos y no lo hacen precisamente mal. Chun Li, del mítico juego Street Fighter, es quizá la luchadora más conocida y respetada, además de ser la primera chica en un juego de lucha. Que su aspecto no os despiste, su estilo y un gran repertorio de ataques, con los que es capaz de vencer a personajes que incluso la doblan el tamaño, se ha ganado el respeto que tanto hace falta en los personajes femeninos.

En 1986 Nintendo sorprendió a sus jugares mostrando, en Metroid, que bajo la armadura había toda una heroína, Samus Aran. Muchos de los jugadores seguro que se sorprendieron al descubrir que toda la aventura habían estado controlando a una mujer. Sí, las chicas también podemos salvar el universo sin tener que mostrar un cuerpo perfecto, que aunque sí lo tenía, el 99,9% del juego solo se veía la armadura y en los juegos posteriores no fue explotada por su figura. Fue una de las pioneras en explorar mundos desconocidos y derrotar a toda clase de enemigos. Es por ello que ha dejado una gran huella en la historia de los videojuegos.

La supervivencia a un ataque zombie también afecta a todos y en Resident Evil, el survival horror por excelencia, siempre han apostado por el papel de la mujer. Desde su primer juego ha habido una figura femenina. Estaba acompañada de un hombre, sí, pero era dependiente de tomar sus decisiones, tenía voz y voto, y un papel importante en la historia. Las más conocidas probablemente son Jill Valentine, Ada Wong y Claire Redfield, aunque a esta última se la perdió la pista rápido. En cambio Jill ha aparecido en varios de los juegos, con grandes cambios de apariencia, pero siempre cumpliendo una función y desarrollándose como personaje. Gracias a su habilidad tanto con las armas de fuego como en pelas físicas, se ha ganado el título de heroína, y es que incluso fue capaz de derrotar al mítico Nemesis.

Incluso Ubisoft en una de sus sagas más conocidas, Assassins Creed, ha incluido dos protagonistas femeninas, Aveline de GrandpréEvie Frye, en dos de sus juegos principales. Aunque esta idea quizá surgiera después de levantar una polémica por contestar que “animar a las mujeres es demasiado difícil” a la posibilidad de jugar con un personaje femenino una entrega de esta saga. En cualquier caso, la compañía suavizó la situación con estas dos grandes protagonistas que nada tienen que envidiar al resto de asesinos de las demás entregas. Eso sí, esperamos que esto no sea una medida para “callar bocas” y que Ubisoft realmente se tome en serio el papel de las mujeres en los juegos.

Otra de las sagas más longevas de la industria, Final Fantasy, ha apostado por las mujeres como protagonistas, aunque no tanto como nos gustaría. Quizá la más llamativa sea la protagonista de Final Fantasy XIII. Aunque el juego no gustó a muchos, fue una sorpresa que, después de ver tantos personajes femeninos en segundo plano o importantes pero no jugables, Square Enix se atreviera con una chica dura que trata de salvar el mundo. Todo el mundo recuerda a Yuna, Tifa, Aerith o Rinoa, entre otras, que fueron importantes para sus historias aunque no acababan de llevarse el protagonismo. Sí, cumplían funciones fundamentales para la historia del juego, pero su papel no dejaba de ser el de ayudar a avanzar en la historia de un protagonista masculino. Es por eso que Lightning se ha ganado un lugar especial en la saga, porque ella y solo ella, con ayuda de otro grupo de personajes, es la encargada de llevar todo el peso de la aventura a sus espaldas. Además no destaca precisamente por su físico o su actitud de chica simpática que quiere a todo el mundo, sino más bien lo contrario. Sin duda ha marcado un antes y un después.

Una chica protagonista no siempre implica que sea un papel de una mujer madura e independiente. También una niña nos puede robar el corazón y hacer que nos emocionemos como tontos. Me refiero a Ellie, una de las protagonistas del famoso The Last of Us. Ella es una chica valiente y luchadora, pero efectivamente es una niña en un mundo en el que es muy complicado sobrevivir. Por suerte tiene a Joel, pero es ella misma la que evoluciona a lo largo del juego y aprende cosas que una niña, en circunstancias normales, no aprendería hasta la edad adulta. Sin duda, sin Ellie la historia del juego sería mucho más fría y menos humana. Complementa perfectamente el papel de Joel y es por ello que nos deja diálogos que muestran una humanidad que da escalofríos viniendo de una niña. Además, a través de su DLC, se descubre todavía más detalles de la increíble historia creada para esta joven y en la que podemos ver como besa a su amiga (sí, besa a otra chica). Esta declaración de amor hacia una persona del mismo sexo es algo muy criticado en los videojuegos, por eso los desarrolladores prácticamente no se atreven con estas historias. Sin embargo, ese tema es como el del machismo y muchos jugadores queremos que se vea más amor de este tipo, también muy presente en el juego Life is Strange. Al igual que ser mujer, querer a alguien de tu mismo sexo no debería ser un tabú para nadie.

Una de las últimas mujeres en meterse en este mundo es Aloy, protagonista del recién estrenado Horizon: Zero Dawn. Esta mujer caza, lucha, se construye sus propias armas y, en definitiva, sobrevive en un mundo muy cambiado y dominado por dinosaurios robot. Esta guerrera no se caracteriza por su buen maquillaje, sus exquisitas ropas o una feminidad exagerada. Simplemente es un personaje sobreviviendo. Sin clichés. Es humana, tiene sus propios sentimientos y lucha por lo que quiere. Los responsables del juego querían conseguir con ella que todo el mundo se replanteara luchar por lo que deseen. Aloy opta por ser un icono en la industria de los videojuegos pero no como simple mujer, sino como modelo a seguir para todo el mundo.

Hay muchas otras protagonistas de juegos que merecen ser nombradas como The Boss (Metal Gear Solid), Cortana (Halo), Jodie Holmes (Beyond: Two Souls), Faith (Mirror´s Edge), Bayonetta, Jade (Beyond Good & Evil), 2B (NieR: Automata) y Michonne (The Waling Dead: Michonne), entre muchas otras. Me encantaría poder hablar de todas ellas, pero sin duda sus juegos cuentan sus historias mejor que nadie.

El hecho de que no pueda hablar de todas me hace sentir orgullosa, puesto que significa que las mujeres están ya ocupando el mundo de los videojuegos casi en la misma medida que los protagonistas hombres. Todas ellas tienen una historia de la que todo el mundo, hombre, mujer o lo que se quiera sentir cada uno, puede disfrutar y sentirse parte de la historia sin sentir ninguna vergüenza de su sexo.

Y es que no hay que olvidar que tanto si es una mujer o un hombre quien protagoniza un juego, el jugador sea del sexo que sea puede disfrutar de ello. No hay juegos dedicados a mujeres ni a hombres, cada uno es libre de vivir la aventura que quiera. Elige por ti mismo, no dejes que sean los demás quien te diga lo que puedes o no puedes jugar.