Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por PLAION España, título disponible a partir del 3 de marzo en PlayStation 4, PlayStation 5 (versión analizada), Xbox One, Xbox Series X|S, y PC.
Una de las grandes virtudes de los videojuegos es la posibilidad de vivir épocas pasadas más allá de ser simples observadores, tan pronto estás en el japón feudal, como viviendo la época de los vikingos, o participando en una antigua guerra, en este caso nos trasladamos al año 184 d.C. para vivir parte de la historia de los Tres Reinos, en el análisis de Wo Long: Fallen Dynasty os cuento todas las vivencias que transmite a los mandos el héroe o heroína silenciosa.
A quien conozca la saga Dynasty Warriors no le pillará por sorpresa la aparición de varios de los personajes de la saga en este título, y es que la mano de Koei Tecmo se nota en este aspecto, y si además junta fuerzas con Team Ninja, creadores de Nioh y Ninja Gaiden, te queda un producto más que satisfactorio gracias a su acción frenética, un buen ritmo constante y sus desafíos a cada paso.
Los Tres Reinos y los demonios
Gran parte de la narrativa se basa en la novela histórica de El Romance de los Tres Reinos, dando comienza a su historia a partir del año 184 d.C. en China, pero todo ello aderezado con la aparición de demonios sacados de la mitología China y de la cultura popular, dando pie a una mezcla que funciona en su ejecución, pero que no aporta un guion con toda la profundidad que desearía.
Nos encontramos en una época de agitación donde la estabilidad de la última dinastía Han pende de un hilo, por lo que varios generales, guerreros y guerreras, deberán unir fuerzas para hacer frente al mal que se cierne sobre el país. A todo ello hay que sumarle la aparición de un misterioso elixir que convierte en demonios y seres del inframundo a toda persona que lo tome, dando un resultado devastador y macabro.
Nuestro o nuestra protagonista que podemos crear con mucha variedad de opciones gracias a un extenso y profundo editor de personajes, es quien deberá traer la estabilidad necesaria junto con el resto de personajes que aparecen en esta historia. Nuestro pueblo ha sido arrasado por la fuerza de los Turbantes Amarillos y saldremos en la búsqueda de respuestas y venganza.
La historia se desarrolla gracias a los acontecimientos de diferentes batallas de la historia de los Tres Reinos, pero mezclando la búsqueda de poder del elixir con figuras representativas de la misma, y una trama central de maldad y codicia. Aunque la forma de contar la misma se simplifica a través de hechos importantes, cumple su función de hilo conductor de unos campos de batalla a otros.
Pero no solo de misiones principales vive Wo Long: Fallen Dynasty, también podemos embarcarnos en diferentes misiones secundarias de menor duración, que utilizan los escenarios de las principales con algunas modificaciones, pero que nos permiten ampliar algunas historias de los personajes que conoceremos durante la trama, sin destacar en su planteamiento, y todo ello puede alargar la duración del juego hasta las 35 horas más o menos.
Combates ágiles y constantes
Cada capítulo se enmarca dentro de un escenario determinado llamado "Campo de Batalla", siendo estos cerrados y en gran parte lineales, que sí se permiten ciertas conexiones internas y atajos para ir de unos lugares a otros dentro del mismo, como podemos ver en varios juegos del género souls, porque, efectivamente, toma mucho del género, tanto en dificultad, planteamiento de los combates, y puntos de control, en este caso lugares donde izar nuestra bandera, en los cuales se regenera nuestra vida y también los enemigos, para decirlo sin tapujos, Wo Long: Fallen Dynasty es como el Sekiro de la saga Nioh.
Y eso es un punto a su favor porque los combates son ágiles, llenos de adrenalina, y que nos llevan a estudiar los patrones de comportamiento de los enemigos, así como a usar varias de las técnicas que tenemos a nuestro alcance, como el bloqueo, el esquive, o el parry, una mecánica que usaremos muy a menudo si queremos triunfar, sobre todo contra los jefes finales.
El plantel de armas a nuestro alcance es muy extenso, contamos con espadas a una mano, lanzas de varios tipos, bastones, mazas, armas a distancia como arcos y ballestas, e, incluso, armas duales, entre otras, que dan pie a diferentes combinaciones de ataques, gracias al ataque ligero, a otro más potente, y a las habilidades especiales propias de cada arma, llamadas en este caso artes marciales.
En este título podemos hacer uso de hechizos gracias a las afinidades, tales como la madera, el agua, el fuego, el metal y la tierra, que dejan de lado las clásicas stats de fuerza, destreza o magia, para dar pie a un concepto más amplio en cada una de ellas, pero en base a las ya mencionadas, por ejemplo, la afinidad de madera suma más puntos de salud, la de fuego más poder de ataque, y la de tierra se centra en la cantidad de espíritu que perdemos al desviar ataques, y en disminuir la penalización por llevar más peso de equipo.
Esto del espíritu es como la clásica barra de estamina, pero con peculiaridades, no se gasta al correr o al trepar, y puede aumentarse en positivo, o disminuir en negativo, esto quiere decir que si realizamos suficientes ataques ligeros y parrys exitosos aumentaremos el espíritu por encima del punto medio, lo cual nos permite hacer más esquivas, realizar las artes marciales, los hechizos, o ataques fuertes, pero si tiende hacia la izquierda y alcanza su tope, un golpe puede romper nuestra postura y dejarnos vulnerables.
Por ello es importante medir el coste y el beneficio de nuestras acciones, puesto que si estamos esquivando todo el tiempo y realizando artes marciales sin medir la barra de espíritu, será más fácil que rompan nuestra postura y quedemos expuestos, en este punto se suma los componentes de estrategia y táctica importantes para alzarnos con la victoria.
En los combates contaremos con la ayuda de otros personajes de la talla de Cao Cao, Liu Bei, o Sun Ce, entre otras celebridades de la época, como apoyo y ataque contra las fuerzas enemigas, un hecho bastante interesante, pero que no aporta nuevos ataques o combos, aunque nos darán varias habilidades pasivas, sobre todo si aumentamos el nivel de juramento con ellos cuanto más tiempo nos acompañen en el campo de batalla.
Wo Long: Fallen Dynasty está lleno de mecánicas a tener en cuenta, como el rango de moral, el cual aumentaremos realizando ataques, artes marciales o ataques de espíritu, así como los golpes finales que hacen la vez de remate a enemigos con la postura rota, o cuando les pillemos por la espalda o desde zonas elevadas en los momentos de sigilo.
Este rango de moral nos sirve como nota de corte para enfrentarnos a los enemigos, donde el verde representa un nivel de moral igual o inferior, amarillo unos niveles más altos, y los rojos suelen suponer el mayor desafío de la zona, por lo que hay que medir las posibilidades a la hora de enfrentarnos a los enemigos.
Cuantas más banderas izamos en un campo de batalla, más aumenta el nivel de fortaleza, que nos da acceso al uso de hechizos que requieren más nivel del mismo. Los hechizos se aprenden en cada uno de sus ramas disponibles cuando descansemos en una de nuestras banderas, pero solo podemos acceder a cada uno de ellos si invertimos puntos en su afinidad concreta al subir de nivel.
Los hechizos son muy variados y ricos en contenido, desde lanzar bolas de fuego, regenerar salud con cada golpe durante un tiempo limitado, o crear pilares de tierra en el suelo, son muchos y variados, y tienen múltiples usos. Así mismo, disponemos de objetos de diferente índole para usar en batalla, como cuchillos arrojadizos, granadas de fuego, o artículos que mitigan los efectos negativos como el veneno, o los frascos del elixir del dragón que hacen la vez de estus curativos.
Por último, y no menos importante, al igual que en Nioh disponemos de bestias divinas que nos ayudan en nuestro periplo, las cuales iremos consiguiendo de aliados y en algunas misiones, todas ellas con un poder excepcional y que podemos activar en combate una vez se rellena su medidor pertinente. Cada una de ellas aporta unas habilidades pasivas, y la opción de imbuir un arma con su elemento característico en vez de invocarlas.
Las opciones a la hora de combatir son muy variadas y dan pie a muchas acciones y jugadas para acabar con cada uno de los demonios o humanos a los que nos enfrentamos, los cuales tienen sus propias habilidades y ataques especiales, los más importantes son aquellos críticos que antes de su impacto se iluminan con una intensa luz roja, que si nos aciertan, recibiremos mucha cantidad de daño, pero si hacemos el parry perfecto, reduciremos en gran medida la barra de espíritu del enemigo y podremos golpear fuertemente.
No podían faltar las continuas muertes en este título, si caemos en combate perderemos la mitad de nuestro Qi auténtico (las almas y moneda de cambio de este juego) y se reducirá nuestro nivel de moral, a menos que acabemos con la vida de nuestro enemigo realizando la pertinente venganza. En ocasiones veremos estandartes con un haz morado en el suelo, son otros jugadores y jugadoras caídas en combate a manos de un enemigo, si acabamos con el, seremos recompensados por ello al realizar una venganza exitosa.
Los combates contra jefes son lo más satisfactorio a nivel de combate, puesto que suponen una novedad o frescura entre tanto enemigo común que nos encontraremos en los campos de batalla, ya que portan una buena cantidad de movimientos devastadores y nos llevarán al límite de nuestras capacidades en combate, pero siempre se pueden superar con constancia y dedicación, la tolerancia a la frustración se pone totalmente a prueba con estos enemigos.
El mundo y diseño de Wo Long: Fallen Dynasty
Los diferentes escenarios del título son una clara representación de la época en la que se basa, puesto que recorreremos castillos, zonas de guerra, bosques, y otros escenarios con buen diseño y organización. Muchos de estos escenarios son batallas acontecidas en la época de los Tres Reinos, por ello, quienes conozcan la historia, o hayan jugado a los Dynasty Warriors, reconocerán varios de ellos.
Contamos con un centro base llamada la Aldea Oculta, una zona tranquila donde descansar, conocer a sus habitantes, y en un punto concreto conoceremos a una herrera que se instala allí, que nos ayudará a mejorar nuestro equipo, reciclar todo aquel que queremos o vender objetos, entre otros detalles que es mejor descubrir en primera persona.
Un hecho curioso en este juego, es que solo cuenta la armadura para sumar peso al equipo, por lo que las armas se disfrutan más al poder combinar dos de ellas en batalla mediante un intercambio rápido. Las armaduras van desde peso ligero, medio, hasta las más pesadas, un mayor nivel de peso nos dota de más defensa, pero más gasto de espíritu al esquivar o al desviar ataques, por lo que es necesario compensar el peso con nuestras necesidades, si queremos más agilidad compensa nivelar la defensa y el peso del equipo, o invertir muchos puntos en la afinidad de metal.
El diseño de las armaduras y de las armas es excepcional y nos trasladan completamente a la época, sumando mucha más inmersión, y se agradece el punto de poder cambiar el aspecto de cada componente por aquellos que ya hemos descubierto pero conservando las características del equipo original.
Como era de esperar en el género, podemos invadir los campos de batalla de otros jugadores y jugadoras, así como ser invadidos, para batirse en duelo mientras se sortean a los enemigos de la zona, pero también podemos participar en partidas cooperativas de hasta 3 jugadores para ayudar a otras personas a completar sus escenarios y luchar codo con codo.
Cada campo de batalla está dotado de alguna zona con mecánicas de plataformas, sobre todo para descubrir materiales o cofres ocultos, como buen experto en artes marciales, podemos correr por algunas paredes para elevarnos hasta la siguiente plataforma, pero son distancias cortas. En varios movimientos del personaje se nota la experiencia en las acciones de juegos como Ninja Gaiden por parte del estudio, siendo estos juegos muy dinámicos, exigentes y ágiles en su manejo.
Su apartado gráfico y sonoro
Wo Long: Fallen Dynasty cuenta con un alto nivel de detalle, tanto en la iluminación, en varias texturas, sobre todo las referidas a los rasgos faciales de los personajes, así como un gran nivel de fluidez que no decae en ningún momento de principio a fin en todo el juego, un dato que se agradece sobremanera debido a su alto nivel de exigencia y a la agilidad de la acción.
Es cierto que se atisban algunas texturas más descuidadas, en varias de las armaduras o el terreno, lo cual aporta contraste en lo visual, pero todo transcurre tan rápido que no es típico el hecho de pararse a mirar cada detalle del juego, por lo que no entorpece el concepto visual en general. El diseño de los enemigos y de los personajes aliados está muy cuidado, pero en varios momentos no he podido dejar de pensar que los enemigos se repiten en los diferentes escenarios, dando la sensación de poca variedad, aunque echando un ojo a la enciclopedia de demonios y enemigos no son precisamente pocos.
En consolas se nos permite optar por la opción de rendimiento, la cual recomiendo, o la de calidad para aumentar el nivel gráfico y de detalle. En cuanto al apartado sonoro, es redondo en todos sus aspectos, tanto en los sonidos ambientales, la música propia de la cultura China, y efectos sonoros de movimientos de las armas, pisadas, o saltos que satisfacen cada parte de la acción en pantalla. Cuenta con traducción al castellano, pero no con doblaje a nuestro idioma, aunque se disfruta igual en cualquiera de las opciones que nos ofrecen.
Conclusiones
Estamos ante un título que cumple con todos los requisitos para ser tomado en cuenta dentro del género souls, ante la creciente oleada de lanzamientos inspirados en el género, Wo Long: Fallen Dynasty cuenta con identidad propia gracias a muchos añadidos y la diferenciación en varias de sus mecánicas.
El combate es adictivo y nos lleva a querer aprender nuevas formas de sorprender al enemigo, o a estudiar los patrones de ataque para saber cómo actuar en cada momento, sin duda alguna es un aliciente para mejorar nuestras capacidades a los mandos, que aporta una gran sensación de satisfacción una vez hemos superado un combate complicado.
Cada combate se siente como una danza con el enemigo, una vorágine de movimientos que pueden resultar en una muerte segura, o en todo un despliegue de habilidad y saber hacer. Sus toques RPG ponen el ingrediente necesario para sumar profundidad a todo el planteamiento, y generan parte de la faceta táctica del título.
La posibilidad de luchar codo con codo junto a personajes controlados por la IA o junto a otras personas suma un aliciente a la hora de querer superar cada misión, porque añade una nueva opción para que sea más accesible de cara a enfrentar los campos de batalla, aunque no quita que podamos luchar en solitario en varios de ellos si así lo deseamos.
Quienes tengan Xbox Game Pass están de suerte, puesto que lo tendrán el día de lanzamiento dentro del servicio, y no me tiembla la mano al decir que es un título del que cuesta despedirse una vez lo terminas, no por su historia, si no por la experiencia que ofrece, llena de adrenalina, habilidad y momentos épicos que recordar, además, para quienes conocemos a los personajes que nos acompañan, se agradece la forma en la que reimagina sus acciones y sus motivaciones, todo ello aporta un gran abanico de sensaciones y buenos momentos a los mandos.
