Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Devolver Digital. Juego disponible en PC, PLAYSTATION 4, PLAYSTATION 5 (versión analizada), XBOX ONE y XBOX SERIES S/X.

Introducción

Quienes contamos unos años, en mi caso cuando sólo era un niño, recordamos que la gente se cachondeaba de los productos japoneses, en plan baratos y malos.

Con los años esos aparatos que se decían copiados fueron cada vez mejores y, eventualmente, acabaron superando a sus contrapartidas occidentales. De pronto lo japonés molaba, y todos mostraban un mayor interés y respeto por el país del sol naciente.

Así hasta hoy, cuando la cultura nipona ha sido exportada a todo el mundo. Eso incluye Polonia, desde donde Flying Wild Hog y más concretamente el señor Leonard Menchiari nos traen el enésimo juego de samuráis, esta vez inspirado en las películas de Akira Kurosawa. Hablamos de Trek to Yomi.

Acompañadme en este análisis y veamos qué tal ha salido la cosa.

Trek to Yomi 1

Una extraña comparación

Hablando en plata, lo que tenemos sobre la mesa es un hack'n slash de desplazamiento esencialmente lateral, en blanco y negro, genuinamente ambientado y algo más corto de lo que nos tienen acostumbrados los estándares actuales.

Sin embargo, siendo más rigurosos, cada aspecto de Trek to Yomi destaca por su inconfundible estilo, que se combina con una jugabilidad accesible para confeccionar un título muy interesante.

No se trata sólo de su ambientación a lo Akira Kurosawa, que podría bastar a los más petulantes. Hay algo más en el juego que de alguna forma evoca esos recuerdos infantiles, cuando avanzar a la siguiente zona era todo un acontecimiento.

Trek to Yomi 2

Así, lo cierto es que Trek to Yomi recuerda a muchos títulos emblemáticos, pero uno me ha venido a la cabeza por delante de otros: Onimusha.

Sí, el juego de Capcom era colorista y en general bastante flipado, mientras que aquí tenemos un entorno minimalista, con un combate más comedido en lo que se pretende sea algo medio serio.

Las semejanzas vienen más bien por el lado de esos grandes escenarios que en realidad son engañosos, puesto que nos conducen por pasillos bastante delimitados que sin embargo recorremos con verdadero interés. Trek to Yomi es un fiel heredero de esos espacios hechos con gran mimo por el detalle, que se molestan en sorprender con su contemplación más que en dejarnos explorarlos hasta el último recoveco.

Trek to Yomi 3

Sin descanso

Dejando aparcado al bueno de Samanosuke, Trek to Yomi nos propone acompañar al samurái Hiroki hasta su destino, habiendo una primera fase cuando tan sólo somos un niño a modo de preámbulo.

A partir de ahí vivimos una sucesión de acontecimientos desde que unos bandidos asaltan la aldea vecina, a lo largo de otros seis capítulos en una misma línea temporal.

Algo que me ha encantado de Trek to Yomi es que no pierde el tiempo metiendo dinámicas con calzador para alargar artificialmente su duración: jugando nos sentiremos en la típica parte álgida de muchos títulos donde todo pasa como un vendaval, en lo que sería su apoteosis.

¿Katana de doble filo?

Trek to Yomi nos pone en la piel del protagonista en un momento crucial de su vida, cuando debe afrontar su destino, sin aliento y sin descanso, desde el arranque de la aventura hasta el final de este viaje personal.

Hiroki se abre paso a espadazos, o más bien a golpes de katana haciendo honor al legendario arte del kenjutsu, que diría un japonés. A lo largo de nuestro camino desbloquearemos nuevos movimientos, llegando a ser unos maestros espadachines.

Trek to Yomi 4

El tema aquí es que Trek to Yomi no pretende ser muy difícil, lo cual favorece la transición entre escenas y el avance rápido, apoyado por los abundantes puntos de guardado. A cambio, realmente da la sensación de que puedes pasarte todo el juego con un par de golpes, y de hecho así es.

Esta jugabilidad directa pero simplificada es un arma de doble filo, favoreciendo que conectemos con la frenética sucesión de acontecimientos a la vez que se siente algo desperdiciada.

Hay diferentes tipos de enemigos, pero no unos patrones o golpes recomendables para cada uno. Es más, no tardaremos en descubrir ese ataque comodín que vale para todo, sintiéndose el resto de movimientos como anecdóticos.

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Aunque es cierto que Trek to Yomi podría haber encallado con unas dinámicas más complejas y mal ajustadas, también es cierto que con una jugabilidad más afinada lo habría bordado.

Arte en pantalla

Pero entonces, ¿qué tiene de divertido ir dando siempre los mismos golpes? Hombre, aparte de que al menos tienes que saber cuándo atacar y defenderte, aquí el sancta sanctorum lo constituye el apartado visual.

Lo que vamos a contemplar en Trek to Yomi es una sucesión de entornos alucinantes, donde cada nueva pantalla es simple y llanamente bella, como un cuadro. De hecho si Kurosawa levantara la cabeza, estoy seguro de que él mismo se maravillaría con algunos de los planos y encuadres que atesora este título.

Trek to Yomi 6

He ahí el motivo para seguir: la contemplación de esta obra de arte hecha videojuego. Otro motivo sería acompañar a Hiroki en su búsqueda personal, que es toda una empanada mental en el mejor sentido.

A lo largo de la aventura, hasta en tres ocasiones, se nos preguntará si queremos seguir la vía del amor, del deber o de la venganza. En mi experiencia estas elecciones no alteran el desarrollo del juego, más allá de introducir nuevos diálogos y finales distintos que tampoco son nada del otro mundo, ni lo pretenden. Y es que Trek to Yomi versa sobre el camino, no sobre la meta.

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Apartado técnico

Visualmente Trek to Yomi sobrecoge por su belleza, pero en el sentido puramente técnico cumple bien, con un frame rate estable, modelados bien definidos y efectos de luces muy resultones.

El visionado en blanco y negro, que no hay manera de cambiar, pretende evocar las películas de Akira Kurosawa, cosa que logra con nota. Jugando, no pocas veces me he preguntado si la inclusión de color habría desvirtuado el genuino carácter del juego.

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Sobre el sonido, voces en japonés puro y duro, lo cual me parece todo un acierto, y eso sí subtítulos en perfecto español. Música de corte japonés clásico, muy intimista y peliculera, que a mí personalmente me ha parecido perfecta para acompañar la acción. Efectos a la altura.

Conclusión

Algo tiene Trek to Yomi, que se juega fácil, rápido y cómodo, a la vez que lo disfrutas como un niño. Puede que sus 6 horas se queden cortas, pero siempre puedes buscar la redención por otra de las tres vías, repetir para conseguir trofeos o, por qué no, probar su alocada dificultad kensei donde un sólo golpe mata, tanto a los enemigos como a nosotros.

Esto tiene mucho mérito, porque rejugable, lo que se dice rejugable, Trek to Yomi tampoco lo es mucho, y sin embargo es tan fácil volver a empezar...

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Lástima lo de las mecánicas jugables, que nos presentan un montón de ataques con la katana sin embargo innecesarios, merced a unos enemigos menos variados y exigentes de lo que deberían.

Por tanto, si lo que te gusta es el placer del juego puro y duro, Trek to Yomi no es para ti. Si te basta con estar un poco pendiente de atacar y defender, pero a cambio avanzar por una verdadera epopeya audiovisual de autor, no te lo pierdas.