Al enfrentarme al análisis de Track Lab tengo sentimientos encontrados porque todavía no sé si estoy ante una experiencia musical o un videojuego musical. Si he de decantarme hacia una de las dos opciones escojo la de videojuego musical.

Pero, entonces, ¿a qué tipo de videojuego nos enfrentamos? A uno muy atípico como ahora verás. Está claro que el trabajo de Little Chicken Game Company para las PSVR es interesante, así que vamos a ir desgranado poco a poco todo lo que ofrece.

La parte jugable

Primero explicaré lo que, de entrada, ofrece jugablemente. El juego nos propone una serie de puzles musicales que aumentan de dificultad conforme los vamos superando. Al principio son muy sencillos pero conforme van avanzando el nivel se vuelve un poco más exigente.

Estos puzles son amenos y divertidos. A través de ellos, en realidad, lo que hace Track Lab es enseñarnos los entresijos del funcionamiento del editor de música, la parte creativa del título. Así que aprenderemos el funcionamiento de los MOVE, a combinar piezas que luego utilizaremos en el editor y desbloquearemos loops, piezas musicales y ritmos que podremos utilizar a la hora de realizar nuestras propias creaciones.

La parte creativa

Entramos en la vertiente más divertida del título en cuestión. Aquí tenemos a nuestra disposición gran cantidad de ritmos prefabricados que podremos combinar a nuestro aire. A estos podremos agregar aquellos que creemos nosotros mismos. El sistema de creación es un puzle en sí mismo y nos deja libertad total donde dar rienda suelta a nuestra imaginación y ritmo.

La verdad es que esperaba muy poco de Track Lab y me ha ofrecido mucho más de lo que imaginaba. Una vez comienzas a crear melodías con diferentes estilos y propuestas puedes pasarte horas pinchando en una sesión interminable de buena música que combina todo tipo de ritmos y estilos, desde trap o hardcore hasta riffs guitarreros de puro metal.

La parte mecánica

Todo se basa en colocar las piezas en unas cuadrículas. Podremos combinarlas entre ellas para hacer que la nota o sonido siga un ritmo concreto, rebote o siga la dirección que nos interesa para crear la melodía deseada.

En este sentido hay que decir que traking (espacio de interacción que capta la cámara de PlayStation cuando recoge nuestros gestos y movimientos) es algo limitado, por lo cual tendremos que dedicar unos minutos para situar la cámara en la mejor posición posible para poder disfrutar plenamente de la experiencia que ofrece Track Lab.

Todo lo demás

La representación gráfica del título es claramente sicodélica, pero sin llegar a molestar. Los textos explicativos son claros y se pueden leer perfectamente. Además están en perfecto castellano, cosa que ayuda a entender bien cómo mezclar y crear los distintos loops.

La parte sonora es simplemente espectacular y fácilmente nos dejaremos llevar por los diferentes ritmos, lo cual nos llevará a mover el esqueleto, aunque seamos armarios en cuestiones de baile. El ritmo nos llevará de la mano.

Un último punto muy interesante. Podremos jugar tanto de pie como sentados. La sensaciones jugando el título sentados es bastante limitada. En cambio, si nos decidimos a jugarlo de pie, disfrutaremos de una inmersión total. Nos dejaremos llevar y, cuando queramos darnos cuenta, tranquilamente habrá pasado más de una hora en la que la música habrá sido nuestra terapia del día.

Conclusiones

Track Lab es una propuesta musical muy bien llevada que aprovecha el potencial de los controles de movimiento MOVE para crear una inmersión simplemente perfecta.

Pero la propuesta general del título se queda corta. Haber incluido más puzles habría sido una decisión inteligente ya que, a parte de la parte creativa, ofrecería mayores alicientes para el jugador, sobre todo al desbloquear nuevos loops al completar los puzles.

Otra posibilidad sería la de hacernos sentir realmente que estamos en una sala pinchando una noche de sábado ante miles de personas. Faltan escenarios donde la gente reaccione a nuestras composiciones. Por eso pienso que el título podría haber dado mucho más de sí. De todas formas Track Lab divierte. Y mucho. Éste es el aspecto que más me ha sorprendido.

Todo esto me ha hecho darle muchas vueltas a la nota final de este análisis. Por un lado la propuesta es fresca y divertida. Pero por otro lado pienso que está poco explotada y que podría dar mucho más de sí. Por eso, finalmente me he decantado por un 6, aunque he de aclarar que el juego en sí no tiene ningún tipo de problema y todo lo que hace, lo hace bien. Lo puedes encontrar en la PlayStation Store por 19,99€