Tras lanzar al mercado Ico y Shadow the Colosuss para Play Station 2, en el 2007 Fumito Ueda y el Team Ico comenzaban el desarrollo de The Last Guardian, siendo en 2009 anunciado para Play Station 3. Se ha convertido por méritos propios en uno de los desarrollos más atropellados de la industria, sufriendo parones en su desarrollo e incluso la salida del creativo japones del Team Ico, para fundar su propio estudio, genDESIGN, lo que hacía pensar a muchos que el videojuego jamás vería la luz. Pero sí, SONY y Ueda, ya sea por orgullo o cabezonería, decidieron que el juego debía salir y casi 10 años después de que el proyecto arrancara, llega a PlayStation 4 convertido en un exclusivo de esos que aunque no venda millones de unidades, dota de un prestigio indudable a la consola.

Hay dos tipos de jugadores claramente diferenciados que se sentarán a disfrutar de esta obra, los que jugaron a sus dos anteriores y los veneran y los que nunca los han tocado. Los fans de Ueda, con razón, llevan casi 10 años ansiando más Ico, más Shadow the Colossus, unas propuestas distintas, dónde lo artístico, la sensibilidad y el mensaje son lo primero y la manera de plasmarlo a través de píxeles viene después. Ellos están de enhorabuena, The Last Guardian bebe de ambos, atrapa esa magia y se siente como una tercera entrega, como si estuviese en el mismo universo que sus dos hermanos mayores. En cambio, si no has jugado a ninguno de los anteriores y llegas con ganas a éste, no tendrás prejuicios y las sorpresas serán mayores.

Narrativa poco habitual

La manera que tiene Ueda de contar historias a través de los videojuegos es muy peculiar, el minimalismo es su seña de identidad y no nos cuenta más de lo que piensa necesario ni con largos diálogos o cinemáticas, y deja que el jugador por si mismo la vaya construyendo a largo de la partida. Esto he de confesar que me encanta, y más hoy en día, que las compañías se empeñan en dárnoslo todo mascado y no confían en la inteligencia del que se pone delante del mando.

Pues bien, todo comienza con un acto de bondad, estamos a los mandos de un indefenso niño y a nuestro lado Trico, una bestia gigantesca devoradora de hombres que está herida. Debemos subirnos a su lomo, quitar las doloras lanzas que atraviesan al animal y soltar una pesada cadena que lo tiene atrapado. Una primera escena cautivadora, capaz de mostrar la valentía e ingenuidad del chaval y la indefensión, a pesar de su tamaño, de esta impresionante criatura.

Así arranca este memorable viaje y aquí pienso frenarme yo en cuanto a lo que argumento se refiere, no por falta de ganas de reflexionar de lo vivido, sino por respeto al que tenga intención de jugarlo y haya llegado a este texto buscando una opinión.

Trico

Si The Last Guardian es un título sobresaliente, es sobre todo por la figura de Trico. En apariencia es una gigantesca bestia mezcla de distintas especies (perro, gato, ave...), eso salta a la vista, pero sin duda es muchísimo más, es el protagonista, el actor principal, un personaje que posiblemente pase a la historia de los videojuegos y no sólo por ese argumento tan recurrente de los sentimientos, que también, sino por el destacado salto de calidad en cuanto a inteligencia artificial se refiere.

Sin duda estamos ante el logro técnico más destacable del juego y no es poco para nada, aunque si no conseguimos conectar con Trico como algo más que un npc, que nos despierte la sensación de que compartimos la aventura con nuestra mascota o de un buen amigo al que queremos, probablemente la experiencia no sea tan satisfactoria. Si esto te ocurre, no debes sentirte culpable sobre el por qué, ya que esto es algo muy personal, pero si consigue traspasar el cristal de tu televisión como lo ha hecho en mi caso, te aseguro que habrá merecido la pena.

Jugabilidad

Vamos a dejar un poco de lado la ñoñería y vamos a lo más importante en un videojuego, la jugabilidad. La mecánica básica es conseguir avanzar superando las distintas pruebas en forma de plataformas y puzzles, en los que la colaboración con nuestro mágico acompañante serán la tónica en todo el camino. Se siente como un videojuego de la vieja escuela, pero con ese tirabuzón en forma de perro-pollo que lo hace único y en ocasiones desesperante cuando Trico nos ignora o tarda en realizar una acción. Esto último puede truncar tanto la experiencia como el hecho de no conectar con el animal, y quiero ser pesado de más en estos dos puntos en mi análisis, aún no siendo mi caso particular. Estamos ante una obra que para disfrutarla en toda su esencia debemos de poner de nuestra parte, jugarla con paciencia y disfrutarla entendiendo que al igual que cualquier animal, Trico a veces se pone un poco cabezón. Si sois impacientes y os gusta avanzar rápido, probablemente no sea The Last Guardian vuestro juego.

Y para nada quiero ser negativo con el juego, todo lo contrario, de hecho me parece de lo mejor que he jugado en años. Se siente como una bocanada de aire fresco en la industria, una propuesta distinta, que asume riesgos para ser única y que a pesar de aparentemente estar enfocada a un pequeño nicho de jugadores, estoy muy seguro que trascenderá como referente para muchos otros estudios como ya ocurrió en su día con Ico y Shadow the Colosuss.

Problemas con la cámara...

Aquí abrimos uno de esos melones que no podía pasar por alto y no por ser especialmente sangrantes o desesperantes en mi partida, sino por que están ahí y lo pueden ser para ti, sobre todo si eres especialmente quisquilloso con este tipo de problemas. Y es que al jugar con las escalas de una manera tan arriesgada, se ha pagado un precio, esto suele ocurrir en algunas ocasiones en las que estamos cerca de Trico y sobre todo en estancias pequeñas.

Por otra parte, encontraremos bajadas puntuales de esos 30 fps en zonas con más cargas de texturas del mapeado, que serán muchas menos si jugamos en PlayStation 4 Pro. Los problemas con la cámara y los bajones de la tasa de imágenes por segundo están ahí, en mi caso particular no han sido capaz de truncar mi experiencia y pagar este peaje no me ha supuesto ningún esfuerzo. Sin embargo, creo que Fumito Ueda debería de cuidar mucho más estos aspectos técnicos, ya que son tradición es sus obras y aunque piense que el juego merece de sobras pasarlos por alto para disfrutarlo, él como creativo no debería hacerlo.

Apartado artístico y sonoro

En mi opinión, el diseño artístico y sonoro son otros de los puntos donde más sobresale el título. Primero hablaremos del arte, es espectacular el trabajo hecho con Trico, que rebosa vida gracias a su diseño y el muestrario interminable de gestos que le aportan realismo y al acertado aspecto de dibujos del chaval, que lo hacen menos real y que a mi modo de ver expresa visualmente de una manera brillante quién es más protagonista de los dos.

También, debo destacar el impecable trabajo con los escenarios, muchos de ellos son una obra de arte en si mismos y en los que hay poner en valor la dificultad que implica crearlos pensando que por ellos deben transitar estos dos protagonistas de tamaños tan dispares. Probablemente, este último punto y la dificultad que les habrá conllevado crear una inteligencia artificial como la de Trico, sean grandes culpables de los retrasos y de los quebraderos de cabeza de los desarrolladores.

Por otra parte, en lo que al apartado sonoro se refiere, contamos una banda sonora brillante que nos hará sumergirnos aún más si es posible en esta entrañable historia. Además de contar con un excelente sonido ambiental, unas voces muy acertadas e incluso un idioma inventado para la obra con la que nos habla el narrador que le otorga mucha personalidad.

A pesar de todo lo dicho anteriormente, hay que dejar claro que estamos ante un proyecto que arrancó para la anterior generación de consolas y en el que muchas ocasiones se les ve las costuras en algunas texturas, más cuando en la misma PlayStation 4 hemos visto recientemente maravillas en lo visual como Uncharted 4 o el reciente Horizon: Zero Dawn.

Conclusión

The Last Guardian, en mi opinión es una obra sobresaliente, especial y única que deberían probar todos los amantes de los videojuegos. Además de la excelente noticia del retorno de Fumito Ueda, una de esas figuras necesarias, ya que enriquecen y se saltan por alto lo de que un juego es sólo para entretener, y nos hace plantearnos seriamente si el videojuego es arte, ahí es nada.

Por otro lado si eres un jugador con poca paciencia, que busca inmediatez, que no conectas especialmente con las tramas, no sueles empatizar con los personajes o eres de los que no perdonas los problemas de fps o cámara, te aconsejo que huyas a toda prisa de las fuertes garras de Trico.