Este análisis ha sido realizado con una copia facilitada por Thirdverse. Juego disponible en PCVR, PLAYSTATION VR (versión analizada) y QUEST.

Introducción

Swords of Gargantua, un juego llegado a PSVR desde la realidad virtual de PC y Quest, consiste en abrirse paso a golpe de espada, hacha y maza entre legiones de enemigos en busca de venganza contra el malo maloso para mayor honra de la diosa que nos ha bendecido.

Dicho así la cosa no pinta mal, ¿verdad? Lástima que si ya de por sí el juego era regulero, su adaptación al HMD de Sony le da el golpe de gracia.

Ya podéis haceros una idea del tono que tendrá este análisis. Acompañadme no obstante a lo largo del mismo para entender en qué falla Swords of Gargantua, por si creéis que podéis pasarlo por alto de cara a comprarlo.

Swords of Gargantua 1

Por la diosa

Como si de Atenea se tratara recordando a los Caballeros del Zodiaco, en esta ocasión encarnamos a un guerrero marcial quien, inspirado por la diosa que le ha dado una segunda oportunidad resucitándolo, se lanza a la aventura para derrotar al malvado archienemigo de cuyo nombre no quiero acordarme.

Para tan honorable menester debemos abrirnos paso a lo largo de decenas de niveles por una torre impía, sembrada de esbirros del señor del mal. Cada nivel viene a ser como una arena, similar a una especie de plaza.

Las zonas de combate se repiten más que el ajo, pero esto es algo comprensible al haber tantas. En algunas hay pilares, en otras columnas, pero básicamente vienen a ser entornos sin demasiadas florituras donde liarnos a mamporros.

Swords of Gargantua 2

Una vez derrotados los correspondientes enemigos que llegan en oleadas, tenemos la posibilidad de subir uno o varios pisos de la torre, además de comprar objetos, configurarlos en las cuatro ranuras de equipo disponibles y, ocasionalmente, participar en una especie de "ruleta de la fortuna" que puede comportar tanto ventajas como inconvenientes.

Jugando con la muerte

Algo curioso de Swords of Gargantua es que vamos subiendo de nivel (de experiencia) hasta morir. En cada subida la diosa nos otorga una de tres bonificaciones a elegir, como más ataque, defensa o velocidad. Sin embargo el malo maloso hace lo propio con sus huestes, de modo que cada cierto tiempo éstas reciben mejoras de su señor.

Un momento... ¿subir de nivel hasta morir? Pues sí, es raro de narices pero aquí la experiencia debe ser vista como una acumulación de ventajas a medida que ascendemos por la torre, sólo para esa incursión, en definitiva sólo para esa vida.

Swords of Gargantua 3

Luego en nuestro campamento, al que regresamos tras ser abatidos, además de potenciar las armas y vender aquellas que nos sobran, ahí sí podemos comprar una serie de bonificaciones permanentes con el dinero que sueltan los enemigos.

Básicamente Swords of Gargantua no deja de ser uno de esos juegos que se codean con la muerte constantemente, cuya idea consiste en ir mejorando y cogiéndole el punto a cada nuevo intento. Por eso, aunque siempre comienzas desde el primer nivel de la torre, como os decía se pueden subir varios de golpe.

La mecánica es repetitiva sin duda, pero podría funcionar bien de no ser por lo que os contaré después.

Armas a tutiplén

Si algo caracteriza a Swords of Gargantua es la generosa cantidad de armas disponibles. Tenemos varios tipos de espadas, puñales, mazas, estoques, varas, hachas, amén del práctico escudo. Por haber, incluso hay unos nunchakus bastante curiosos y otras armas exóticas, además de pociones y ayudas para el combate.

Las armas tienen una durabilidad a vigilar, o nos veremos haciendo un punto de daño por golpe. Se restauran solas en su vaina, por lo que conviene ir cambiando de arma aunque muchas veces será más rápido y práctico tirar las viejas y coger otras nuevas del escenario.

Swords of Gargantua 4

Con nuestras armas, además de atacar, podemos también parar y desviar los golpes de los enemigos, lo que agota su barra de stamina. Hablando de éstos, lo cierto es que su variedad no es apabullante, pero el juego se las apaña para ir introduciendo nuevos antagonistas poco a poco.

Un detalle bastante molón de las armas es que puedes hechizarlas tras llenar la barra a tal fin, haciendo un gesto con la otra mano consistente en acariciar la hoja. Así, nuestros ataques gana en potencia por tiempo limitado.

Chiquito de la Calzada al ataque

Hasta ahora lo dicho no pinta mal, y oye si yo mismo leyera esta review pues me estaría llevando buenas impresiones: un simulador de combates con decenas de armas, consistente en ir subiendo por una torre enfrentando a enemigos cada vez más poderosos, mejorando poco a poco a nuestro personaje. ¡Y encima todo ello en realidad virtual!

Swords of Gargantua 5

Lástima que los controles parezcan concebidos como una forma de tortura para arruinar completamente la experiencia, lo que me recuerda a Squishies. Esta vez no marean, pero son directamente ortopédicos.

Jamás podré entender estas cosas. Tienes antecedentes en PSVR como el propio Skyrim VR, donde la implementación de los Move es sencillamente magistral, tanto que te mueves y combates como si manejaras el Dualshock 4.

Sin embargo hacen el port de este Swords of Gargantua y, como aquí no hay sticks analógicos, pues hala vamos a usar los botones de los Move...

...No hombre, no. Puedes asignar los botones al movimiento en títulos relativamente pausados, de exploración. Pero no puedes meter al jugador en una arena de combate donde se desplaza a golpe de botoncitos. De hecho me ha recordado a esa noticia de la chica que se ha pasado Demon's Souls con un step para bailar, e incluso eso es más intuitivo.

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Así que, aunque Swords of Gargantua tampoco es que fuera un must have, habría sido un juego divertido y desafiante de no ser porque al moverte te imaginas a Chiquito de la Calzada con una espada, brincando al grito de "¡no puedorrr!". Toda la versatilidad que logras blandiendo las armas se pierde completamente desplazándote, hasta el punto de rayar en lo absurdo e incluso matar la épica.

Mejor con amigos

Swords of Gargantua se hace más fácil si lo juegas en multijugador con hasta tres compañeros, porque lo curioso del tema es que con esta configuración salen exactamente los mismos enemigos.

No sólo eso, sino que puedes resucitar a tus camaradas caídos en combate y no tendrás que empezar de cero a menos que muráis todos.

Como siempre en realidad virtual, es muy gratificante ver a tus colegas, ahí mismo junto a ti, y por ejemplo chocar esos cinco cuando superáis esa arena que se resistía.

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Aspecto técnico

Swords of Gargantua no destaca por tener unos gráficos vanguardistas, pero es justo decir que son bastante dignos. Los modelados, tanto de los personajes como de las armas, están bien conseguidos y no hay nada que reprocharles.

Los entornos son algo más simplones, en realidad bastante, pero lo compensan con un diseño de corte fantástico que encaja como un guante.

Con respecto al sonido tenemos unos efectos más bien toscos, regulares en el mejor de los casos, y una música eso sí muy pegadiza que no obstante se repite ad eternum.

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Conclusión

Swords of Gargantua sería un juego recomendable para los amantes de los combates, que podrían vivir en primera persona como sólo la realidad virtual permite. Y sería en general un juego de acción majo, con su mecánica de ensayo y error picándote para subir más alto en la torre.

Desgraciadamente hay que hablar en condicional porque los controles son una broma de mal gusto, máxime para alguien que ha recorrido Tamriel a golpe de espada y magia, comprobando cómo un poco de ingenio puede transformar los Move en mandos muy solventes.

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A estas alturas de la película, con títulos en PlayStation VR como Astro Bot, Farpoint, Blood & Truth, etc., la gente de Yomuneco no puede esperar llegar a la plataforma de Sony y besar el santo. Hace falta una labor de adaptación mínimamente decente que no se ha producido en lo fundamental: unos controles a la altura de un juego de acción frenética.

Si a pesar de todo os pica el gusanillo, lo único que puedo aconsejaros es que estéis pendientes de posibles parches con la esperanza de que alguien arregle el estropicio.